¡16.676,50 millones de euros!

La economía crece el 2% pero la banca ha obtenido un beneficio un 22,4% mayor que en 2017. No hay nada como mandar en un país para crecer diez veces más que el resto de la nación. El beneficio neto global de la banca fue de 16.676,5 millones para las seis mayores entidades. Y siguen sin pagar el porcentaje de beneficios que les corresponde ni devolver el rescate bancario.

Cuando aún colea la escandalosa marcha atrás y enmienda del pago de gastos de hipoteca con que les protegió el Tribunal Supremo, los seis mayores bancos presentan unos beneficios estratosféricos. Sólo el Santander copa la mitad de todas esas ganancias. Y todavía hace unos días Ana Botín, su presidenta, refiriéndose al nuevo impuesto sobre la banca se permitía declarar que “la tasa impositiva debe ser la misma para todas las empresas. Los bancos somos una empresa más. Tener una tasa diferente no se justifica”. 

A lo que se sumaba en lo que ya parece parte de un programa de humor, el comentario del responsable de KPMG (firma de asesoramiento bancario) en España:  «la implementación progresiva de la nueva regulación financiera también está teniendo incidencia a la hora de restar brillantez a los resultados bancarios». Ya ven, el intento de fijarles un impuesto adicional de un modesto 2% a sus transacciones les resta brillantez a los beneficios bancarios. 

Baja la bolsa, gana la  gran banca 

Resulta chocante a primera vista que la banca incremente beneficios cuando la Bolsa (IBEX35) ha caído un 15% los últimos doce meses. Es la expresión del grado de dominio que la Gran banca ejerce sobre el conjunto de la economía, incluídas las grandes empresas.  Las entidades que cotizan en la bolsa de Madrid se dejaron más de 50.000 millones de capitalización; pero para aguantar parte de sus pérdidas se obligan con créditos bancarios… y más ganancia para la Banca.

El activo acumulado de estos seis bancos alcanza los 3 billones de euros. Dos veces el Producto Interior Bruto de todo el país.  Y su rentabilidad alcanza el 7%. Ahora bien, en el accionariado de estos gigantes ya se ha colado el capital extranjero, principalmente fondos de inversión norteamericanos, que exigen una rentabilidad del 10% para poder llevarse su dividendo. Así que asistiremos a un intento vía reducción de impuestos, o aumento de tasas de interés, o liquidación y venta de activos (pisos, terrenos… como ya están haciendo) para cumplir con las exigencias de los fondos estadounidenses.

En millones de euros

Bankia pública

Si Bankia ha pasado a tener beneficios multimillonarios y es el segundo banco que más aumenta sus ganancias en porcentaje, de ningua manera deberíamos consentir que fuese privatizado. Los planes para su venta se han ido aplazando pero siempre están sobre la mesa. Cuanto más saneado está, más presiones hay para que el Gobierno lo saque a subasta. Defender una banca pública que pueda ser motor del crédito a la industria, a la investigación nacional, y a las pymes, debe ser una exigencia. Con una banca pública rentable no hay argumento para su privatización.