La Administración ya ha comprado derechos de emisión por 69,12 millones de toneladas de CO2, para lo que se han invertido 404,8 millones de euros por parte del Gobierno y de empresas como Endesa, Gas Natural o Hidrocantábrico. Este es uno de los datos del informe Sostenibilidad en España 2008.
Desde un comienzo el gobierno de Zaatero no ha dejado pasar la oportunidad de presentarse como “líder” del cambio climático. Sin embargo esta imagen no tienen nada que ver con la realidad. España emite actualmente un 42% más de CO2 que en 1990, aunque el reparto en la UE de Kioto sólo le permite superar ese nivel en un 15% en 2012. En 2008, las emisiones cayeron un 8%, según Medio Ambiente, el mayor descenso desde 1990 algo que tendrá más que ver con la caída de la producción industrial con la crisis que con la “voluntad ecológica” del gobierno. Según datos del 2007 de la Agencia Europea de Medio Ambiente, al ritmo actual, España habrá aumentado las emisiones contaminantes en un 42% respecto a los objetivos Kioto. Incluso después de comprar cuotas de emisión. Una incremento determinado por el hecho de que España es el país de la UE más dependiente del petróleo. El dióxido de carbono es el principal gas invernadero, es liberado por la combustión de petróleo, gas y carbón. La principal fuente de dióxido de carbono son las fábricas a base de combustibles fósiles que emiten 2.500 millones de toneladas de contaminantes al año, concentradas en las principales potencias mundiales: con EEUU a la cabeza (36,1%) seguido por la UE (24, 20%) y Rusia (con el 17,4%). Aunque Zapatero había declarado su intensión de “situar a España en primera línea para cambiar el modelo energético” y, de esta manera, crear “un nuevo contrato del hombre con el planeta”. De momento nada de esto ha ocurrido, ni va en camino de suceder. Todo lo contrario, el modelo energético de nuestro país –dependiente del petróleo y altamente contaminante- se profundiza cada día. ¿Por qué si no el gobierno con sus recientes normativas ha limitado las cuotas de la energía alternativa (energía eólica o solar) frenando su desarrollo en nuestro país? Energías cuyo desarrollo que a largo plazo podría contribuir a la dependencia a la energía fósil. Por último, sin embrago no hay que olvidar la gran estafa ecológica que en el fondo significa el Protocolo de Kioto para la disminución de los gases invernadero. Un Protocolo no está firmado por EEUU, el principal difusor de CO2 del planeta, y cuyos acuerdos están basado en la “compra venta” de cuotas de emisión de gases invernadero sin una reducción real de los mismos y sin una apuesta seria por las energías no contaminantes. Los acuerdos de Kioto se van reduciendo a una “bolsa ecológica” en la que compran y venden cuotas de gases invernadero a los países del Tercer Mundo. Es allí donde nuestro gobierno ha comprado sus desmedidas “cuotas” de emisión de CO2.