Entrevista a Silvia Marsó

Yerma según Narros

Silvia Marsó interpreta Yerma en una de las cimas del teatro de Lorca junto con Bodas de Sangre. El amor como presagio de la muerte en el universo lorquiano. Eros y Tánatos encerrados en Yerma personaje interpretado magistralmente por grandes actrices como Margarita Xirgú o Nuria Espert y ahora por Silvia Marsó.

Comparas al personaje de Yerma con una diosa. ¿Quién es verdaderamente Yerma?

Quizá suene a metafísica pero creo que cuando Lorca escribió Yerma también escribió sobre el planeta, los astros, sobre la naturaleza y la vida. No es sólo la historia de una mujer que quiere tener hijos y no puede. El árbol de la vida de Terrence MalicK película que me encanta me recuerda mucho a esta historia.

Las diosas antiguas eran diosas de la fertilidad, de la vida pero al mismo tiempo lo eran de la muerte. ¿Reconoces estos dos rasgos en el personaje de Yerma?

Por supuesto. Sin dar detalles, por si alguien no conoce la obra y quiere verla, en Yerma la vida y la muerte es una relación directa, es casi una evolución. Es tan hondo y profundo el teatro de Lorca que abarca muchos planos. Muchos filósofos han hablado de esto pero Lorca lo hace de una forma más directa a través de la historia de una mujer analfabeta. Pero precisamente por esa sencillez, y por esa sociedad cerrada y conservadora que la rodea en la que tanto tienes tanto vales ella se rebela contra todo y contra su propio destino. Sí que hay esa evolución de la vida a la muerte.

En Bodas de sangre, por ejemplo, la vida y la muerte se desdoblan en Adela y Bernarda pero en Yerma son las dos caras del mismo personaje. ¿Cómo construiste un personaje tan dual y contradictorio?

Es complejo. Es un personaje que tiene mucho recorrido interno que no está escrito y que tienes que descubrir a través de las palabras. Siempre que Yerma se refiere a la esperanza, a la luna, al deseo, la búsqueda, etc. se simboliza con el agua. El agua que corre conduce a la vida. Cuando es muerte, desesperanza, oscurantismo habla de charcos, de pozos, de agua estancada, encerrada. Todo es simbólico, pero subliminalmente Lorca describe una forma de ser y de pensar la vida.

Yerma es un personaje que han interpretado grandes actrices desde Margarita Xirgú a Nuria Espert. ¿Has tomado alguna referencia del trabajo de otras actrices para preparar el papel?

No debo. No es bueno, al revés, nunca he visto la obra. No he tenido ocasión de ver a Nuria Espert aunque me hubiese encantado. Nuria Espert junto con Víctor García hizo una recreación del personaje. Nosotros estamos interpretando el texto de Lorca, sin ninguna innovación, tal cual. Estudiando el texto Yerma es una mujer corriente con una mayor sensibilidad a la naturaleza. Es una ecologista antes de que surgiese el término, como una hippie antes de la guerra de Vietnam. Es una mujer libre que se enfrenta a la sociedad y a su destino enfrentándose a su propio padre que impidió que se casara con Víctor. Yerma es también un canto a la libertad y al amor libre. A través de la manipulación de su padre sucumbe Yerma, pero también toda su familia.

A veces se reduce el teatro de Lorca a un retrato de las mujeres en la España profunda y ese es evidentemente un plano de lectura. Pero ¿no crees que sean estos personajes femeninos tan arquetípicos, tan antiguos los que hacen de Lorca nuestro autor más universal más allá de nuestras fronteras?

Lorca se ha representado en todos los idiomas, en todos los países, en Japón, Yugoslavia… Claro que es una España determinada pero sobretodo es la historia de una mujer frente a la naturaleza o el ecosistema anulada por un fatal destino decidido por un hombre. Yerma es un personaje universal y que no tiene fecha de caducidad, se representará toda la vida. «El vocabulario de Lorca es cinematográfico»

¿Por qué dices que Miguel Narros es el Van Gogh del teatro?

Nunca había trabajado con un director que trabajase de la manera que él lo hace. Me sorprendió mucho y me desconcertó. Cada día cambiaba todo, me deprimí porque pensaba que no le gustaba mi trabajo. Pero acabe entendiéndole. Narros va pintando unas pinceladas en un lienzo en blanco, cada pincelada tapa a otra. Va equivocándose y busca que nos confundamos cambiando de color cada día, buscando nuevos matices. Va pintando capas y capas en los ensayos hasta pintar un cuadro magnífico, sacando lo mejor de cada uno de nosotros porque es sin duda un gran director. Narros es como un pintor impresionista, no puedes entender su trabajo hasta que termina el cuadro y lo miras desde dos metros.

La música es de Enrique Morente ¿no? Háblanos de la puesta en escena.

La música tiene mucho de Lorca. Morente era un poeta, no sólo un gran intérprete y compositor. La música está muy acorde con la atmósfera planteada por Narros y Lorca. Las ilustraciones musicales que acompañan los cambios de escenas o los poemas tienen ese poso onírico que tiene en muchos momentos Yerma y al mismo tiempo la sencillez de la música tradicional.

Es la segunda obra de Lorca que represento. La primera fue Doña Rosita la soltera que dirigió mi querido José Tamayo.

Lorca era un poeta sublime, a través del lenguaje puede provocar tantas imágenes que no tiene igual. Valle-Inclán era un virtuoso, un prestidigitador del idioma pero el vocabulario de Lorca es cinematográfico. Un gran maestro que llega a través de un lenguaje precioso y barroco pero también a través de las imágenes. Las imágenes al pueblo más llano, menos intelectual le llegan como latigazos de una forma directa. Por ello es un autor que llega tanto a los más intelectuales como a la gente más sencilla.

A pesar de los recortes los Premios Max han sido muy interesantes con el Nuevo Teatro Fronterizo de Sanchís Sinisterra. ¿Qué obras y autores nos recomiendas ir a ver?

Yerma gira por toda España y en enero y febrero estaremos en el María Guerrero en Madrid. Recomendaría el Festival de Otoño en Privadera en Madrid. Me han hablado muy bien de El inspector comedia dirigida por Miguel de Arco o por ejemplo Nuria Espert a la que admiro con La loba. Cada vez hay más salas alternativas con montajes muy interesantes. La crisis atrae al público a un teatro más reflexivo, mas critico cansado de la telebasura. Es una salvación tener un espacio donde encontrar buenos autores.

El teatro es también asamblea y quizá la gente tiene necesidad de encontrarse hoy más que nunca.

Sí, el teatro es un espacio donde encontrarse. Hay muchas ideas nuevas pero no nos unimos. No importa si los gobiernos son de izquierdas o de derechas, son incapaces de gobernar el país. Aquí mandan los banqueros y el poder económico. Espero que al final de todo esto haya un cambio, una revolución de no sé qué tipo pero espero que cambien las cosas.