María Carmen Casas, delegada sindical y trabajadora de la limpieza del Guggenheim

Victoria de las limpiadoras del Guggenheim tras 9 meses de huelga

Tras 285 dias en huelga, las limpiadoras del Museo Guggenheim de Bilbao han logrado la victoria contra Ferrovial y las pésimas condiciones laborales que seportaban. La clave: la organización, la unidad y la lucha. Nos lo cuenta una de las protagonistas, María Carmen Casas, en esta entrevista

La semana pasada, otra victoria de los trabajadores se sumó a las muchas conseguidas tras movilizaciones y protestas. Es fruto de una de las huelgas más largas de Euskadi, de nueve meses de duración, llevada a cabo por trece de las dieciocho limpiadoras del Museo Guggenheim que tiene contratadas Ferrovial. Las trabajadoras han conseguido un aumento del salario del 20%, acabar con los contratos parciales, disminuir las cargas de trabajo y reducir un 45% la brecha salarial. Lo han celebrado fregonas en mano, con una botella de champán y bailando “El vals del obrero”.

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Habéis estado 285 días en huelga, ¿cómo han sido estos meses de lucha? ¿Estáis satisfechas con lo conseguido?

En un principio no esperábamos conseguir ni la mitad. En el tema económico pedíamos más, pero estamos contentas con lo que hemos conseguido. Ha sido duro, nos pilló en verano y hacíamos muchas actividades para llamar la atención, performances, partidos de fútbol… Lo duro ha sido cuando se ha acercado el invierno y estábamos allí todos los días con frío y lloviendo. Nos hemos mantenido todos fuertes y no hemos decaído. Ha habido días duros, pero nos teníamos los unos a los otros para apoyarnos. Al principio de la huelga sufrimos amenazas de que nos iban a despedir y hemos tenido bastante presión de la policía, venían todos los días y nos pedían los datos diciendo que nos iban a sancionar.

¿Qué mejoras habéis logrado con la huelga?

Nosotras cuando decidimos empezar la huelga estábamos cansadas de las cargas de trabajo que teníamos. Los horarios eran muy malos, había días que entrábamos a las 11 de la mañana y salíamos a las 7, todo de seguido. A la semana suelen ser 35 horas, pero al haber falta de personal, alguna vez hemos hecho 51 horas seguidas. El horario era de lunes a domingo, hay semanas que librábamos jueves, viernes, y luego trabajábamos el fin de semana hasta el sábado siguiente. Por convenio tenemos que librar dos días seguidos y, a veces, lo hacíamos solo un día. A raíz de la pandemia, además, el trabajo se duplicó, y ya no era solo limpiar las zonas, también desinfectarlas. Éramos el mismo personal haciendo más trabajo. No se cubrían las bajas, yo tenía que hacer mi trabajo más el de la persona que estaba de baja. Así es como decidimos que no podíamos aguantar más. Ahora se han comprometido a contratar a una empresa que haga una medición sobre las cargas de trabajo y si hace falta contratar más personal, lo harán. Ya hemos notado lo mucho que ha bajado la carga de trabajo.

“Nos decían que nuestras reclamaciones eran imposibles, pero sabíamos que al final tendrían que ceder.”

Todos los trabajadores somos asociados al sindicato ELA, cuando empezamos la huelga decidimos luchar contra la brecha salarial. Está la limpieza diaria, en la calle, que es un trabajo que hacen mayoritariamente hombres, y la limpieza de oficinas y locales, que hacemos nosotras. Es el mismo trabajo y hay una enorme diferencia de salario, de 8.000 euros. Hemos conseguido un 20% de subida del salario y una mejora del horario. No hemos conseguido terminar con la brecha salarial en su totalidad, pero la hemos reducido en un 45%, el objetivo es equipararnos en el futuro, reducirla del todo.

Otra cuestión importante, con la que estamos contentas, es haber conseguido acabar con la parcialidad. Tenemos tres compañeras que trabajaban a jornada parcial, 20 horas, 600 euros al mes y hemos conseguido que se amplíe a jornada completa, 35 horas. Con los horarios que tenemos, tampoco podían conciliar y conseguir otro empleo más.

Ha sido una de las huelgas más largas de Euskadi. Sois todo un ejemplo de lucha y perseverencia, frente a quienes difunden que las movilizaciones “no sirven para nada”. ¿Es importante organizarse?

Sí. Es lo que nos decían a nosotras al principio, no vais a conseguir nada… etc. Es verdad que, hasta el mes de noviembre, en las negociaciones, la empresa decía que una subida salarial era salirse del convenio provincial y que no era posible, estaban cerrados en banda. Con el resto de reclamaciones alegaban lo mismo, la empresa tiene un contrato con el Museo Guggenheim y decían que nuestras reclamaciones se salían del presupuesto que les daba el museo. Metimos una demanda por vulneración del derecho a huelga y entonces empezaron a negociar, pero nos hacían propuestas que no era nada. En el mes de enero- febrero ya había propuestas que se podían empezar a valorar. Nosotros ahí seguíamos, nos han hecho trampas para desgastarnos, pero sabíamos que al final tarde o temprano iban a tener que ceder.

El año pasado fue flojo para el museo por la pandemia y pudieron salvar más o menos la situación con las cinco personas que se quedaron trabajando. Este año ya es importante para el museo, es el 25 aniversario, tienen muchos eventos y no lo podían hacer con tan poco personal. Al final han tenido que ceder, pero el museo no ha querido saber nada de la huelga en los nueve meses, se han lavado las manos.

Estamos viendo cómo las trabajadoras esenciales, de la limpieza y los cuidados, como vosotras y las Kellys, entre otras, os estáis movilizando para acabar con la precariedad.

Sí. Nosotras por Twitter hemos tenido mucho apoyo de las kellys de Barcelona, muchísima gente nos ha apoyado. Estamos promoviendo que la limpieza sea un trabajo que se valore, hasta ahora no le dan el valor que tiene y hemos conseguido algo de dignidad. Es por lo que luchamos y seguiremos luchando, ahora estamos apoyando a los demás colectivos que están en huelga.

La enorme brecha salarial: cobraban 8.000 euros menos por hacer el mismo trabajo que sus compañeros.

Vuestra victoria también es ejemplo de solidaridad entre la gente. Habéis sobrevivido durante todos estos meses gracias a la caja de resistencia.

Sí, eso ha sido lo que nos ha dado más fuerza para mantenernos estos meses, si no, no podríamos haber mantenido la huelga. Si todos los sindicatos hicieran lo mismo, la gente se podría movilizar más. Hay muchos conflictos que no llegan o no terminan bien por esto, porque la gente no se puede permitir tanto tiempo en huelga, sin un sueldo que llevar a casa. En el caso de Tubacex había varios sindicatos, y a los que no tenían caja del sindicato la gente les apoyó bastante, daba dinero para que los trabajadores resistieran. Esto es lo que te da la fuerza, saber que puedes tener un sueldo para seguir.