Que tiempo este en el que asistir a un homenaje a Miguel de Cervantes es un acto subversivo y hasta peligroso. Como periodista siento rabia por los vergonzosos hechos ocurridos en la Universidad de Barcelona que recuerdan a los ataques a librerías y cines durante la transición por los grupos fascistas
Como directora de un medio de comunicación siento verguenza y preocupación por lo ocurrido en la universidad de Barcelona. Activistas de sindicatos nacionalistas convocados por la CUP y Arran han reventado la celebración de una conferencia sobre «Miguel de Cervantes en Barcelona» organizada por Societat Civil Catalana (SCC) en el Aula Magna de la Universidad de Barcelona. En la conferencia intervenían el académico Francisco Rico y Jean Canavaggio, director de la Casa de Velázquez y uno de los mayores especialistas en la obra cervantina.
Envueltos en sus banderas, bendecidos por alguna suerte de justicia universal y al grito santo de «fuera fascistas de la universidad» los convocantes entraron a empujones en la facultad y aporrearon la puerta del Aula Magna intentando entrar al acto en un ambiente de alta tensión. Dentro del Aula Magna había unas 200 personas encerradas con llave, mientras fuera los concentrados gritaban «el fascismo avanza si no se le combate» el públicó se levantó para gritar «libertad» frente a una agresión total contra la libertad y el debate de las ideas en lo que debería ser el foro por excelencia del pensamiento.»La revolución de las sonrisas» revela su rostro más negro. Orgullosos de sus guerrilleros la CUP ha declarado que los estudiantes que han boicoteado el acto «son ejemplo y orgullo» y amenaza con que las asambleas «responderán» si el equipo de gobierno de la universidad no está «a la altura». Les faltan las cadenas, pero la retórica más barata no puede ocultar el carácter verdaderamente fascista y antidemocrático de una agresión que ha impedido celebrar un acto cultural en la universidad
«Con la Iglesia hemos dado, querido Sancho»