Una moneda global diferente al dólar facilitaría los intercambios comerciales y puso como ejemplo el hecho de que Brasil y Argentina ya estén utilizando sus divisas en las operaciones mutuas, en vez del dólar.
El gobierno de Venezuela resaldó este domingo la propuesta de China, que propone crear una nueva divisa para sustituir al dólar, como moneda de referencia internacional, ante la inestabilidad de la economía estadounidense.En conferencia de prensa efectuada en la ciudad Medellín (centro), donde se celebra la cincuenta reunión de gobernadores del Banco Interamericano del Desarrollo (BID), el ministro de Economía y Finanzas de Venezuela, Alí Rodríguez Araque, explicó que «todo indica» que se avanza «hacia una nueva arquitectura financiera mundial» y se está «trabajando en esa dirección».De esta forma Rodríguez respondió a la propuesta del gobernador del Banco Popular de China, Xiaochuan Zhou, cuyo país debutó en esta asamblea como 48 miembro del BID y propuso avanzar hacia la creación de una nueva moneda de reserva, dadas las consecuencias de la actual crisis capitalista mundial.Para Araque una moneda global diferente al dólar facilitaría los intercambios comerciales y puso como ejemplo el hecho de que Brasil y Argentina ya estén utilizando sus divisas en las operaciones mutuas, en vez del dólar.»Ya lo hizo la Unión Europea (UE), todo apunta a nuevas monedas para el intercambio», agregó Rodríguez, al advertir que el dólar «se debilita» y nadie puede prever en los actuales momentos cual será su cotización a final de este año.El ministro venezolano también celebró la entrada de China en el BID como nuevo miembro y destacó como «sumamente importante su crecimiento sostenido de los últimos años».Sobre el Banco del Sur, que cuando se inaugure se prevé que disponga de un capital de 6 mil millones de USD, dijo que ya «se han llegado a acuerdos decisivos» para su puesta en marcha.Los impulsores del Banco del Sur son Venezuela y Argentina, que buscan consolidar una entidad financiera multilateral suramericana para contrarrestar al Fondo Monetario Internacional (FMI) y otras instituciones crediticias bajo el control de las grandes potencias mundiales, como el mismo BID.En cuanto al principal tema de debate de la 50 Asamblea del BID, la capitalización del organismo para poder otorgar 180 mil millones en estos tiempos de crisis, Rodríguez dijo que cualquier iniciativa «debe apuntar a la integración regional y a la reducción de la pobreza» en la región.»Si es para capitalizar la pobreza lo apoyaremos, si es para invertir en papeles no lo apoyaremos», matizó.»La capitalización debe ser un instrumento estratégico vinculado al proyecto de integración y de reducción de la pobreza», concluyó.China abogó por una reforma del sistema financiero internacional para evitar crisis económicas como la que atraviesa el mundo, y propuso renovar las instituciones financieras internacionales, mejorar su supervisión y fomentar el ahorro en los países. «Se trata de un momento muy difícil, de los más delicados. De acuerdo con el examen que hemos hecho de lo ocurrido, creo que hay que destacar la importancia que tiene que ver con la reforma del sistema financiero», dijo el gobernador del Banco Popular de China, Xiaochuan Zhou, reseñó. En la asamblea del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en la ciudad colombiana de Medellín, Zhou señaló que «la política fiscal, la política monetaria, de nada sirven si no se toma este paso y sufriríamos si no lo hiciéramos», agregó el funcionario.Igualmente, anotó que es necesario «adoptar medidas para incrementar el ahorro» en el mundo, y al respecto recordó que la crisis financiera en China «tuvo un impacto para favorecer el ahorro en los países asiáticos». Más adelante, el dirigente manifestó que un tercer aspecto de la renovación tiene que ver «con la reforma de las instituciones financieras internacionales». China, la tercera economía del mundo y el segundo socio comercial de la región, ha sido la menos afectada por la crisis económica global, desatada en Estados Unidos, y, como ocurrió con la crisis asiática (1997-1998), será uno de los principales pilares de la recuperación del mundo. Su aportación inicial de 350 millones de dólares al BID contribuirá a financiar proyectos concretos, encaminados a paliar los impactos de la crisis en los países menos desarrollados. El pasado año, el gobierno chino publicó el primer Libro Blanco sobre su política hacia la región, donde se plasma una proyección de las relaciones bilaterales desde una perspectiva estratégica, buscando construir y llevar adelante una asociación integral y corporativa basada en la igualdad, el beneficio mutuo y el desarrollo común. Los precios de las materias primas, que constituyen más de 60 por ciento del total de las exportaciones de América Latina, dependen en parte de esta demanda china, que adquiere, entre otros productos, petróleo, cobre, celulosa, soja y frutas, para sostener sus tasas de crecimiento y suministrar alimentos a su población. A Beijing le interesa incrementar en los próximos años las relaciones con América Latina porque cuenta con «abundantes recursos, una buena base para el crecimiento económico y social, y un tremendo potencial de desarrollo».