Según el Ministerio de Sanidad, los ingresados por coronavirus ocupan actualmente el 28 % de las camas UCI en España, lo que se considera «riesgo extremo» al ser una tasa superior al 25 %. Tasa ¿Cómo valoras la situación actual?
La situación está al límite. Hemos mejorado porque venimos de unas cifras muy malas, pero no estamos en la situación que la OMS recomienda. En el momento en el que las medidas se relajen vamos a empeorar otra vez.
Se está barajando la cifra de personas que podrán celebrar juntas las navidades, ¿Las celebraciones navideñas pueden empeorar la segunda ola o incluso provocar una tercera?
Va a empeorar la tercera ola, con la que ya contábamos para enero. Se han precipitado las medidas de relajación. En el puente de la Inmaculada ya estaban abiertos los bares en la mayor parte de las Comunidades. Esto va a hacer que, en diez, quince días, van a aumentar los ingresos hospitalarios y en las UCIS. Creo, incluso, que se va a adelantar la tercera ola, y lo va a hacer sin que se haya hecho el refuerzo de la Atención Primaria, refuerzo de rastreadores, las PCR… Vamos a tener una tercera ola peor que la segunda y nos vamos a encontrar a un personal sanitario mucho más castigado para poder con esta situación. Necesitamos medidas ya, antes de que llegue.
Las vacunas anunciadas solo llevan meses de investigación, cuando normalmente conllevan años de pruebas. Una de ellas, la desarrollada por Universidad de Oxford y AstraZeneca, se someterá a un «estudio adicional» para certificar su eficacia, ya que hay ciertas dudas. ¿Es posible que se retrasen las vacunas respecto a lo planeado?
Las demás vacunas van a un ritmo bueno. Falta que las aprueben las agencias europeas y mundiales, es uno de los puntos más importantes. Pasado este trámite ya podrán estar en el mercado. Soy optimista respecto a las vacunas, pienso que son nuestra gran esperanza y aliado. Cuando empecemos a vacunarnos en enero la incidencia va a disminuir.
El anuncio de las vacunas ha provocado, como es lógico, cierto alivio en la población. ¿Esto puede llevar a una falsa sensación de mejora y a un relajamiento general?
Claro, este es el problema. Ya hemos oído la palabra “vacuna” y pensamos que cuando lleguen van a ser la panacea y va a desaparecer la pandemia. No va a ser así, tan rápido como nosotros quisiéramos. Estamos viendo como la gente y los políticos se están relajando, estos últimos en cuanto a la toma de decisiones más bien económicas que sanitarias, lo cual nos puede perjudicar. La vacuna y las fiestas navideñas nos pueden hacer sentir que ya estamos protegidos, que queda poco y entonces podemos saltarnos las normas. En todo el trayecto que aún falta para la vacuna no podemos tirar por tierra todo lo que estamos consiguiendo. Tenemos que ser todavía muy prudentes. Son solo unas navidades de no poder disfrutar de toda nuestra familia junta. Mejor así y no que a las navidades siguientes no nos podamos juntar por algún problema.
Desde el Confederación Estatal Sindicatos Médicos habéis denunciado que, en palabras de Cristina Sánchez: «la situación de la AP en España es crítica por el abandono y la falta de recursos.” ¿Cómo afectará esto a los planes de vacunación?
Los planes de vacunación se van a llevar a cabo mal, como ya estamos denunciando. Desde antes de la pandemia ya veníamos diciendo que la Atención Primaria está deficitaria y abandonada, no tiene presupuesto ni profesionales. Estamos colapsados. Esto es la gota que colma el vaso. Las vacunas van a suponer otro motivo más de colapso en una Atención Primaria muy dañada que no se ha reforzado. No hay contratos dignos, largos, no se crean vacantes. Todo son sustituciones de tres o seis meses. Cuando te coges un día libre o las vacaciones, no hay sustitutos. Te toca hacer tu trabajo y el del compañero que se va. Los contratos son precarios, el sueldo no es boyante que digamos y hay agresiones a los médicos a raíz de esta situación estresante. Muchos médicos de familia se están yendo fuera porque las condiciones no son agradables para trabajar, se están cogiendo muchas bajas y jubilaciones porque no pueden más. Siempre echamos mano de la Atención Primaria cuando hay algún problema, y por eso tiene que tener los recursos suficientes. El médico está cargado con mucho trabajo y puede acabar colapsando, de forma física como mental. Tenemos que cuidar de quien nos cuida. Los gobiernos se tienen que poner a trabajar con la sanidad y no recortarla.