Un grupo de investigadores españoles ha conseguido controlar de forma sostenida la llamada carga viral del virus de inmunodeficiencia humana (VIH) en cinco personas seropositivas gracias a una vacuna terapéutica, sin necesidad de fármacos antirretrovirales.
La importancia del ensayo hecho en trece pacientes de Can Ruti (Badalona), el Clínic y el centro BCN Checkpoint (ambos de Barcelona) a los que se administró una vacuna terapéutica reside en que cinco de ellos (38,5%) controlaron el VIH sólo con su sistema inmunitario.
La vacuna, llamada MVA.HIVconsv, fue diseñada en Oxford y se aplica combinada con un fármaco (en este caso Romidepsina) para conseguir el llamado efecto “kick and kill”. El fármaco reactiva los virus durmientes en las células defensivas para que dejen de ser invisibles al sistema inmunitario. La vacuna refuerza las defensas para que acaben con él.
Lo normal es que el virus reaparezca al mes de suspender el tratamiento antiretroviral. En ningún ensayo se había conseguido el control del VIH entre 5 y 27 semanas como en este.
Estos resultados fueron presentados el pasado jueves 17 de febrero por su coordinadora, la leridana Beatriz Mothe, en la Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas en Seattle (EEUU), considerada la más importante del mundo sobre VIH y Sida.«España está a la cabeza (de encontrar la vacuna contra el sida), pero no es la cabeza»
Estos hechos vienen a confirmar las palabras de Bonaventura Clotet, jefe de la Unidad de VIH de Can Ruti (Hospital Universitari Germans Trias i Pujol de Badalona) y uno de los mayores especialistas en el tema: “España está a la cabeza (de encontrar la vacuna contra el sida), pero no es la cabeza. Creo que nuestra vacuna es una de las mejores, si no la mejor, y la prueba es que se ha adoptado un modelo parecido en proyectos europeos”.
Quedan importantes retos en el camino. Que exista una vacuna disponible para uso general puede suponer 10 o 15 años.
Pero se pone de manifiesto que en esta carrera para curar el Sida, España puede ser cabeza de un camino basado en el reforzamiento del sistema inmunitario, la liberación de los pacientes de los controvertidos fármacos antiretrovirales y que nuestro sistema científico y médico sea referencia mundial en tratamientos no tóxicos y accesibles.
Para eso, además de brillantes científicos y medios suficientes, hace falta voluntad política para liderar proyectos autónomos y no ser mera subsidiaria de las viejas potencias y sus grandes farmacéuticas.