Nuevo trabajo de Marí­a Pagés

Utopí­a

Pagés estrena este espectáculo dedicado al visionario arquitecto brasileño Oscar Niemeyer. Un proyecto que surge de la necesidad de un cambio frente a la actual crisis.

María Pagés es reconocida internacionalmente por su personal concepto estético del arte flamenco. Comenzó su carrera profesional con la compañía de Antonio Gades. De sus colaboraciones cinematográficas destaca su participación en Carmen, El Amor Brujo y Flamenco, de Carlos Saura. Hoy María Pagés con su propio ballet ha conquistado un lugar propio en el panorama de la danza mundial.

¿Cómo surge este nuevo montaje?

Utopía es un proyecto que surge de la necesidad de un cambio. Vivimos una situación en la que la mayoría lo cree necesario. Podemos aspirar a mejorar y ser más felices porque la utopía es una realidad. Estamos en un momento comparable a otras crisis del siglo pasado y no quiero bailar por bailar sino hacer de mi trabajo algo útil para la sociedad.

Utopía está inspirada en la arquitectura curvilínea de Oscar Nieyemer, autor de la ciudad de Brasilia. ¿Cómo se traduce eso en el baile?

Niemeyer ha sido un compañero y una inspiración. Pero el proyecto Utopía surge de la necesidad de reivindicar la ética y los valores humanos frente a la estética del consumo. Conocer a Niemeyer ha sido una suerte y me ha hecho involucrarme todavía más en este proyecto. Su coherencia es un ejemplo para todos.

Vivimos una época consumista que ha desencadenado la crisis y es necesario recuperar los valores humanos frente la codicia por acaparar más poder y dinero. No solo vivimos una crisis económica sino también una crisis de valores. Este espectáculo es el resultado de casi dos años de investigación. En Utopía están también los poemas de Baudelaire, Benedetti, Machado, Larbi El Harti o Neruda … Y en todos ellos he encontrado coincidencias.

Niemeyer sabe precisamente que la utopía es posible. Brasil ha pasado de ser un país del tercer mundo a ser un país que crece y que está acabando con la pobreza.

La historia de Brasil es muy interesante. Aunque queda mucho por recorrer Brasil ha pasado de ser un país muy rico pero muy pobre a ser casi una potencia. No todos son fuegos artificiales, olimpiadas o juegos de futbol, queda todavía mucho por hacer. Pero es que en la vida nada es recto sino curvo como su arquitectura. La vida está llena de altibajos y Oscar ha luchado por hacer de su país lo que hoy es y a sus 104 está siendo testigo del cambio de Brasil.«La escenografía evoca una plaza abierta a todos»

¿Qué tienen en común la arquitectura y la danza?

El proceso creativo de un arquitecto tiene similitudes y puntos en común con una coreografía tal como yo lo entiendo. El está ligado a otras artes como lo está también el flamenco. Niemeyer parte de un trazo, y nosotros bailamos a partir de un trazo imaginario. Sus bocetos muestran la planta desde arriba, y yo también hago el dibujo coreográfico desde la misma perspectiva. La arquitectura no es estática, es algo vivo, que te transmite movimiento. Niemeyer siempre reivindica la curva frente a la línea recta y el baile esta hecho de curvas.

¿Cómo te ha inspirado su arquitectura?

El espacio escénico de esta coreografía traduce mi personal interpretación de la ideología arquitectónica de Oscar Niemeyer. Es una escenografía liberada de la construcción arquitectónica, depurada hasta el extremo que evoca una plaza abierta a todos. Las curvas generosas o los espacios amplios y abiertos quiebran la rectitud del teatro. Es un espacio escénico sin densidad y primigenio. Pero en Utopía hay muchos otros detalles que coinciden con su ética y su estética. Todos estos detalles más reconocibles o menos hacen que el espectáculo hierva y transmita.

¿Por ejemplo?

Por ejemplo las letras que se cantan en el espectáculo están inspiradas en Baudelaire… Nieyemer me descubrió un Baudelaire brillante, positivo frente al poeta maldito que yo desconocía. Oscar es también un admirador de Antonio Machado quien ha estado siempre presente en mi trabajo.

¿Ha visto él el espectáculo?

No, él por su edad no puede desplazarse y además él no viaja nunca en avión. Queremos ir a Brasil y creo que se lo debemos.«En la vida nada es recto sino curvo como su arquitectura»

¿Cómo poner en escena algo tan abstracto como una utopía?

Este es uno de los trabajos que he tenido más claro desde el principio. Imaginé una imagen muy clara en la que el color y la luz son muy importantes. Yo siempre imagino una imagen final como si de una premonición se tratase.

El diseño de escenarios, el vestuario y la coreografía son muy depurados y estilizados como los trazos elementales de Niemeyer.

Sí, aunque he nacido en una ciudad barroca por excelencia como Sevilla yo soy muy esencial. Es parte de mi carácter y es cierto que con la experiencia depuras tu estilo para tocar la esencia de las cosas.

Las coreografías son muy corales y por primera vez he bailado descalza. El vestuario por ejemplo recurre a colores muy básicos y muy simbólicos. Son cuatro colores: el gris, el rojo, el blanco y el negro. Los vestidos son del color del hormigón de sus edificios. El blanco y el rojo son también colores muy importantes en su obra. Y el negro es un trazo sobre el blanco porque a partir de un trazo es como nace la arquitectura y el baile. Para el vestuario que yo misma he diseñado, he contado con el trabajo de María Calderón para el tratamiento de las texturas y los colores de los tejidos.

La música es muy importante también en Utopía. Lo bueno que tiene el proceso creativo en el flamenco es que vas trabajando la música al mismo tiempo que el baile. Cuento con Rubén Lebaniegos un gran guitarrista y compositor y con el cantautor brasileño Fred Martins.

Frente al ballet clásico los ballets flamencos están teniendo un auge y reconocimiento mundial muy importante, ¿por qué?

La danza evoluciona hacia adelante y en concreto el flamenco vive un momento muy fuerte de evolución. Los ballets flamencos están siendo reconocidos en el panorama coreográfico mundial. Pero no siempre ha sido así. Hemos inaugurado el Festival de Danza Contemporánea en Sydney con el espectáculo Dunas y ha sido un éxito. Cualquier artista que se acerque al flamenco lo tiene que reconocer. El flamenco en el mundo de la danza es hoy una de las disciplinas más importantes o por lo menos más interesantes por el momento que vive.

El flamenco es tradición y conservador por sí mismo. Es un arte popular que nace sin escuela y que necesita de la tradición para que no se pierda; pero el flamenco es un arte vivo permeable y sensible a todo lo que ocurre a su alrededor.