El anuncio de Iglesias para salir del gobierno y encabezar la candidatura de Unidas Podemos en Madrid venía con otra propuesta, un ofrecimiento a Más Madrid, el partido encabezado por Íñigo Errejón, para presentarse juntos a las elecciones, “todos unidos en una candidatura de izquierdas capaz de ganar a Ayuso… para aglutinar el voto de toda la izquierda transformadora”.
¿Estamos ante la propuesta para aglutinar el voto de “toda la izquierda transformadora” como dijo Iglesias? ¿De qué unidad habla el líder de Podemos?
La oferta fue rechazada en apenas 24 horas por Más Madrid sin que hubiera mediado ningún encuentro entre ellos. Incluso con duras palabras por parte de la candidata de Más Madrid, Mónica García, afeando a Iglesias “que no hubiera contactado con ellos antes de hacer la propuesta”.
“Democracia o fascismo”, esta es según Iglesias la contradicción que define la situación, y en base a ella justifica su propuesta de unidad de la izquierda para echar a Ayuso “ante el riesgo de que en Madrid haya un gobierno de ultraderecha, con Ayuso de la mano de Vox”.
La línea de unidad que Pablo Iglesias plantea como candidato en las elecciones madrileñas, presentándolas como una elección “entre democracia y fascismo”, señalando como único blanco a Díaz Ayuso, siembra una confusión que solo beneficia al gran capital extranjero (especialmente al norteamericano y alemán) y a la oligarquía. Son estos centros de poder extranjeros junto a nódulos oligárquicos los que han planificado el “reparto” de los fondos europeos, niegan o limitan ayudas directas a pymes y autónomos, y maniobran para mantener la reforma laboral o impulsar una nueva reforma de las pensiones.
En la situación actual la elección no está entre “democracia o fascismo”, sino entre quienes quieren aprovechar la pandemia para imponer o gestionar un nuevo salto en el saqueo y el dominio de los bancos, monopolios y el capital extranjero, frente a los intereses del conjunto del pueblo trabajador y el resto de clases populares.
La unidad que necesitamos es la que nos permita unir al conjunto de las clases populares, al 90% de la población. Mientras está en juego un salto en el saqueo y la degradación, pretender encuadrar a la izquierda en “el combate a la derecha”, solo sirve para desviar la atención mientras nos roban la cartera.