El ministro de Economía Luis de Guindos, por su parte, se sumaba a la fiesta al afirmar que los datos de paro de agosto confirman que la crisis ha tocado fondo. No sabemos si la crisis ha tocado fondo, pero lo que sí es seguro que ha tocado fondo es la desvergüenza de este gobierno para ocultar y tergiversar una dramática realidad que afecta a seis millones de españoles. Los propios números del INEM así lo confirman.
En primer lugar, el número de contratos registrado este mes de agosto suponen una bajada del 0,06% respecto a los de agosto de año anterior. No ha habido más contratos de trabajo, sino menos, confirmando la tendencia observada durante los 8 primeros meses de este año con respecto a los de 2012. Pero además, los contratos indefinidos vuelven a caer con fuerza en agosto, un 16,10% menos que en agosto de 2012. Gracias a la aplicación de la reforma laboral, los contratos indefinidos registrados hasta ahora en 2013 son un 27,46% inferiores a los de 2012. No sólo hay menos empleo, sino que el que hay es cada vez más precario.En segundo lugar, el número de afiliados a la Seguridad Social registró un descenso medio de 99.069 ocupados con respecto a julio. Desde agosto de 2012, la Seguridad Social ha perdido nada más y nada menos que a 568.290 cotizantes. ¿De que se alegra el gobierno, de conducir a la ruina a la Seguridad Social? Que se reduzca el desempleo cuando caen en picado los afiliados a la Seguridad Social lo único que demuestra es que, por una parte, un número cada vez mayor de gente que ya no cobra prestación alguna y está desanimada de encontrar trabajo por esa vía, deja de estar inscrita en los registros del INEM. Y por otra, y todavía más preocupante, que la población activa empieza a reducirse de forma significativa por la huída de jóvenes al extranjero.«¿Cuántos millones de empleos se podían haber creado en España desde 2009 con esos 61.000 millones?» En cuarto lugar, lo que dicen los datos del INEM es que no sólo el escaso empleo que se crea es temporal y precario, sino que el trabajo a tiempo parcial ha batido todos sus récords, Y no precisamente porque la gente quiera trabajar menos horas, sino porque es lo único que se le ofrece. Así, frente al descenso generalizado en la contratación, en agosto han subido con fuerza los contratos temporales a tiempo parcial, es decir, doblemente precarios, que aumentan un 33%, hasta los 343.565.Vistos de conjunto, los datos que el INEM ha ofrecido sobre el desempleo no es que sean malos, es que son rematadamente malos, pésimos. Y por eso la autocomplacencia del gobierno es una auténtica tomadura de pelo para todos los españoles y una burla sangrante para las millones de familias angustiadas por su futuro.
Mucho más cuando hace solo 48 hora acabamos de saber, por un informe del Banco de España, que los bancos españoles han recibido desde 2009 más de 61.000 millones de euros de dinero público. Dinero que, según todas las previsiones, el Estado no recuperará jamás. 61.000 millones de dinero en efectivo, es decir, sin contar los avales y garantías –de los que no se sabe aún cuantos resultarán en más pérdidas de dinero de los contribuyentes– o los fondos aportados por el Estado al banco malo, la Sareb, en el que los bancos han depositado una parte sustancial de sus activos tóxicos. Son un total, se calcula, de alrededor de 185.000 millones de euros de nuestro dinero, del dinero de todos nosotros, entregados graciosamente por los gobiernos –primero por el de Zapatero, ahora por el de Rajoy– para costear lo que ellos llaman pérdidas, pero que en realidad son un robo y una estafa a gran escala de la gran banca española y, sobre todo, extranjera, a donde va finalmente a parar el grueso de ese dinero.¿Cuántos millones de puestos de trabajo productivos y de utilidad social se podían haber creado en España desde 2009 con esos 61.000 millones? ¿Cuánto empleo no se habría destruido en nuestro país si todos los avales y garantías públicas se hubieran puesto a disposición de pymes y autónomos con proyectos empresariales viables? ¿Cuánto talento de jóvenes españoles no se habría visto obligado a exiliarse si un mínima parte de ese dinero se hubiera invertido en I+D+i para mejorar la capacidad científico-técnica y productiva de nuestra economía? Pero para eso, dicen nuestras elites gobernantes, no hay dinero. Sus mentiras y desvergüenza corren parejas con su capacidad para arruinar la economía nacional y entregarla a precio de saldo al saqueo del mejor postor nacional o extranjero.