En los últimos veinte años se han producido importantes cambios, tanto en la situación internacional como en nuestro país. ¿Cómo debemos explicarlos, y sobre todo qué respuesta darles para hacer avanzar un proyecto de transformación social?
“La vieja doctrina Monroe, América para los americanos, sigue vigente. Revisada y adaptada, ha logrado trasladar las fronteras de EEUU hasta Asia, hasta África, hasta allí donde la estrategia de sus intereses, tanto los militares como los comerciales, lo determinasen. Nada de lo que sucede en el mundo será entendido si se ignora esta verdad de todos los días”. José Saramago (Premio Nobel de Literatura 1998)
Esta reveladora cita del escritor comunista y Nobel de Literatura portugués, José Saramago, nos coloca ante la cuestión clave: ¿quién manda?, ¿quién tiene el poder?, ¿a quién nos enfrentamos los que aspiramos a cambiar el mundo?
La respuesta de Saramago es contundente: todo el planeta se ha convertido en territorio de intervención norteamericano, y nada de lo que sucede en el mundo puede ser explicado sin partir de aquí.
La reciente visita de Obama a nuestro país nos ha dado un claro ejemplo, con los líderes de las principales fuerzas políticas acudiendo a una base militar norteamericana a entrevistarse con el representante de la superpotencia.
Los comunistas de UCE compartimos la radical afirmación de Saramago. Partimos de que EEUU, la única superpotencia, es el enemigo común de todos los pueblos y países del mundo. Y que en España cualquier proyecto de transformación social debe en primer lugar acabar con la cada vez mayor dependencia de nuestro país hacia Washington. «Como planteaba Saramago todo el planeta se ha convertido en territorio de intervención norteamericano, y nada de lo que sucede en el mundo puede ser explicado sin partir de aquí»
Pero en el seno del movimiento popular existen profundas divergencias sobre este punto crucial, el que nos permite distinguir los auténticos enemigos de los verdaderos amigos.
El pensamiento dominante entre amplios sectores de la izquierda, y del que participan muchos progresistas y revolucionarios, nos dice que las tesis marxistas sobre el imperialismo han quedado ya superadas por los cambios operados en la globalización, y que ahora los enemigos a los que nos enfrentamos son el neoliberalismo, la dictadura de los mercados o un capital transnacional que se impone sobre los Estados.
En esta Escuela Central de Marxismo vamos a abordar estas diferencias, de forma abierta y partiendo de la unidad entre quienes comparten los deseos de cambio y transformación social.
¿Quién domina el mundo? ¿Capitales sin patria o potencias imperialistas? ¿Mercados sin rostro o una superpotencia como EEUU?
¿Qué determina lo que sucede en España? ¿El avance de las políticas de austeridad o el dominio económico, político y militar de EEUU y la oligarquía española?
Vamos a contestar todas estas preguntas partiendo de las herramientas teóricas que nos proporciona el marxismo, que nos permiten transformar la sociedad al servicio de los explotados y oprimidos, de la misma forma que a un físico la ley de la gravedad le capacita para intervenir sobre la naturaleza.
Pero también vamos a buscar la verdad en los hechos, enfrentando los múltiples cambios que se han sucedido tanto en España como en el mundo, y dándoles una respuesta.
Es un reto ambicioso, pero abordarlo es vitar para cualquier progresista y revolucionario que aspire a un cambio social real, y se rebele contra la esclavitud espiritual a que nos conduce la cada vez mayor monopolización de la información y la opinión en el mundo y en nuestro país.
Por eso llamamos a todos los progresistas y revolucionarios a participar en la Escuela Central de Marxismo de Unificación Comunista de España, para abordar conjuntamente la decisiva tarea de dotarnos de una línea que nos permita comprender y cambiar el mundo y nuestro país con el objetivo de satisfacer las demandas de la mayoría social.
¿Capital mundial o una única superpotencia?Toda una corriente de pensamiento en la izquierda afirma que la globalización ha creado un capital mundial, sin patria ni nacionalidad, y que su apabullante dominio es el que impone las políticas de austeridad.
Según esta visión, los Estados habrían perdido su anterior papel, y sería indiferente si un gran banco o transnacional es norteamericano, alemán o español. «Sin colocar en el centro la intervención y el dominio norteamericano, y luchar por ser independientes de los mandatos de Washington, ningún cambio real será posible»
Pero la realidad del mundo nos habla de una única superpotencia, EEUU, que interviene en todos los rincones del globo, y que ha subordinado a su yugo incluso al resto de grandes potencias.
En lo económico, y a pesar de su agudo declive, EEUU es el primer país por volumen de PIB del mundo, con 16,8 billones de dólares, muy por encima del segundo (China, con 9,2 billones), y superando la suma de las otras cinco potencias imperialistas (Japón, Alemania, Francia, Reino Unido e Italia).
Las diez compañías con mayor capitalización bursátil del mundo son norteamericanas, así como 54 de los 100 monopolios más grandes del mundo. Y el capital norteamericano controla el 34% de todos los activos financieros invertidos en el exterior, una cifra superior a la suma de todos los países de la UE.
EEUU sigue disponiendo de toda una serie de herramientas como el FMI, las agencias de calificación o un sistema monetario internacional con el dólar como núcleo, que le permiten descargar los peores efectos de la crisis que ellos mismos provocaron en los países más dependientes y controlados. Este es el origen de los recortes.
A través de sus mecanismos de intervención política, EEUU desestabiliza países (Venezuela, Brasil, Argentina,…), derriba y acosa regímenes hostiles a su hegemonía (Libia, Siria, Corea del Norte, Birmania,…), promueve golpes de Estado (Egipto, Paraguay, Honduras,…), espía a sus aliados (Alemania, Francia, Japón,…), y controla férreamente a las élites dependientes que le aseguran el control de los países dominados.
EEUU dedica cada año más dinero a gastos militares que la suma de los 15 países que le siguen en el ranking. Cuenta con más de 1.000 bases repartidas por todo el mundo donde actúan más de 250.000 militares norteamericanos. Sólo 45 países de los más de 200 reconocidos por la ONU están libres de la presencia militar yanqui.
Esta es, como afirmaba Saramago, la verdad de todos los días sin la cual nada de lo que sucede en el mundo será entendido.
La que conducía hace muy pocos días, con motivo del anuncio de la visita de Obama, a un periodista como Ansón, nada sospechoso de antiamericanismo, a confesar abiertamente que “eufemismos aparte España, Francia, Italia, Portugal, Holanda… son virreinatos del imperio que encabeza Barack Obama”.
Esta es, por tanto, la primera cuestión que abordaremos en la Escuela Central de Agosto, porque es sin duda la más decisiva. Sin colocar en el centro la intervención y el dominio norteamericano, y luchar por ser independientes de los mandatos de Washington, ningún cambio real será posible.