La Unión Europea está dispuesta a ofrecer a España un año más para que cumpla con los objetivos de reducción del déficit. A cambio de más recortes y mayor intervención y control de Bruselas.
España cerró 2015 con un déficit excesivo del 5%, frente al 4,2 previsto. El incumplimiento de los objetivos de reducción del déficit pactado con Bruselas, supondría un ajuste de 23.000 millones de euros para acabar este año con un déficit por debajo del 3% como exigía la Comisión Europea.
Ante esta situación, el gobierno ha cambiado sus previsiones empeorando los datos del déficit, la deuda y el paro previstos para 2016 y 2017.
Las nuevas previsiones macroeconómicas presentadas por De Guindos en el Congreso aplazan hasta 2017 el objetivo de reducir el déficit por debajo del 3% del PIB. Fija el objetivo del 3,6% para 2016 y un 2,9% para 2017. «La oferta de Bruselas es un “regalo envenenado”, Negociar los plazos a cambio de asumir el grueso del saqueo y aceptar una vigilancia más estrecha y directa de la Troika»
Según este nuevo marco económico, creceremos hasta ocho décimas menos en estos dos años y la tasa de paro, lejos de bajar, aumentaría este año rozando el 20%. Y lo mismo ocurrirá con la deuda pública que seguiría en 2016 y 2017 rondando el 100% del Producto Interior Bruto del país.
Pedir a Bruselas un año más para cumplir con los objetivos del déficit es la principal novedad.
Pero bajar del 5% que acabamos 2015 al 3,6% que propone el gobierno, significa recortar 1,4 puntos, o sea 14.000 millones de euros. Recortes que se repartirán entre la Administración central (2.000 millones de euros que Montoro ya descuenta en los presupuestos de 2016) y las Comunidades Autónomas, que tendrían que aplicar recortes adicionales por 10.000 millones de euros.
De Guindos dice que su propuesta “evitará un ajuste muy intenso”. ¿Acaso le parece “poco intenso” que a los recortes acumulados de todos estos años se le sumen otros 14.000 este año?
¿O los 10.000 nuevos recortes que las autonomías tendrán que recortar en las ya muy recortadas Educación, Sanidad y recortes Sociales?
Pero además este escudero de la Troika en España no dice que eso no evitará que, cuanto menos entre 7.000 o 10.000 millones de euros, queden aplazados para aplicar en 2017.
Estas son las bases del Programa de Estabilidad que el gobierno en funciones presentará en Bruselas, y que comprometerán al futuro gobierno.
Envenenada “oferta trampa”Bruselas aún tiene que aprobar el Programa de Estabilidad que le presente el gobierno, pero está dispuesta a conceder ese año adicional para rebajar el déficit por debajo del 3%.
Eso sí, como ha vuelto a recalcar el vicepresidente comunitario Valdis Dombrovskis, nada será gratis: la senda de consolidación fiscal español ha registrado un “desvío importante” en 2015, lo que “tendrá implicaciones para este año”.
La oferta de Bruselas es un “regalo envenenado”. Negociar los plazos a cambio de asumir el grueso del saqueo y aceptar una vigilancia más estrecha y directa de la Troika sobre el control y aplicación de las medidas, exigiendo a España un “rendimiento de cuentas” trimestral.
Se aceptaría el montante del ajuste para este año, unos 14.000 millones de euros, dejando pendientes entre 7.000 y 10.000 millones para 2017.
El gobierno se comprometería -como decía la recomendación del 9 de marzo a utilizar todos los instrumentos “preventivos y correctivos” previstos en la Ley de Estabilidad para obligar a cumplir los recortes en las Autonomías.
Y aún está por ver el “paquete de reformas convincentes” que Bruselas exigirá y que, como ya ha dicho el FMI y los comisarios de la Comisión tendría que llevar más reforma laboral y revisar la política de salarios.
Una propuesta que además ha de ser aprobada de inmediato por el gobierno “en funciones”, sin esperar a la formación de gobierno y mucho menos si hay elecciones.
El nuevo gobierno, sea cual sea su composición, nacería ya hipotecado por un acuerdo trampa con el que sólo se busca la continuidad y profundización de las políticas de saqueo e intervención sobre nuestro país.
La oferta de Bruselas es una auténtica oferta envenenada cuyo objetivo no es sino la aplicación completa de los recortes, 23.000 millones de aquí a final del 2017, multiplicando la intervención y el control sobre nuestra economía.