El año pasado el Premio Nobel de Física fue a físicos que contribuyeron de forma significativa a herramientas hechas de luz. Arthur Ashkin, uno de los galardonados, fue capaz de demostrar que mediante luz láser se podían manipular partículas con un tamaño de milmillonésimas partes de un metro. Más adelante incluso llegó a atrapar bacterias vivas sin dañarlas mediante lo que hoy en día se conocen como pinzas ópticas.
Ahora un equipo de la Universidad de Salamanca ha conseguido que el haz de luz contenga torbellinos de velocidad variables. Hasta ahora sólo se habían conseguido crear haces con torbellinos de velocidad constante. El equipo de Salamanca hizo los cálculos teóricos y las simulaciones necesarias que indicaban que eso era posible y pidieron a un equipo estadounidense de la Universidad de Colorado que lo comprobase en la práctica.
Se ha podido comprobar y el resultado se ha publicado en la revista prestigiosa Science con Laura Rego, física óptica de la Universidad de Salamanca de 25 años, como primera autora.
Es muy probable que estas investigaciones tengan una variedad de aplicaciones para el estudio y la manipulación de lo más pequeño: moléculas, proteínas, bacterias, virus etc.
Si la ciencia en España puede producir esto con todos los recortes, ¿qué sería capaz en otras circunstancias?