Marithania Silvero obtiene el premio de investigación Vicent Caselles

Una matemática onubense refuta una conjetura matemática de hace más de 30 años

Estamos acostumbrados a atarnos los zapatos todos los días y ahora en las navidades se empaquetarán muchos regalos con algún lazo y habrá que deshacerlo de alguna manera. También los marineros necesitan conocer diferentes tipos de nudos para su labor. Lord Kelvin llevó la cosa más lejos.

Para explicarse la gran variedad de elementos en la naturaleza el matemático y físico Lord Kelvin a finales del siglo XIX también recurrió a los nudos. Estableció la hipótesis de que los diferentes átomos podían ser explicados por los diferentes tipos de nudos que realizarían en sus trayectorias las partículas que constituyésen esos átomos.  Un tipo de nudo diferente daría lugar a un átomo diferente. Hoy sabemos que eso no es así, pero a partir de esa hipótesis hubo un gran interés en el estudio matemático de los nudos y se empezó establecer la teoría matemática de nudos.

Un nudo se puede definir de forma matemática. Supongamos que tenemos una cuerda con los extremos pegados. Se pueden hacer un sinfín de transformaciones estirándola y cambiándola de forma, sin cortarla.  Al final se pueden tener nudos de características diferentes.  Los nudos se agrupan en familias diferentes y el matemático Louis Kauffman estableció la conjetura que dos familias particulares, la de nudos alternativos y la de pseudoalternantes, eran equivalentes.

30 años más tarde mientras Marithania Silvero, nacida en Huelva, estaba haciendo su tesis doctoral encontró un contraejemplo que contradecía esa conjetura y ahora ha sido galardonada por su trabajo por el premio Vicente Caselles. 

Hay mucho talento en nuestro país como demuestra la que ahora es profesora de la Universidad de Huelva. Urge reindustralizar el país para que esto pueda transformarse en bienestar para todos.