La historia de Bolivia es la historia de una republica que surge de la independencia colonial, sin reconocer los derechos del 80 % de su población, una republica que surge hipotecada a los intereses de las potencias imperialistas de la época.
El ueblo boliviano votará una nueva Constitución el 25 de enero de 2009. De aprobarse, la nueva Constitución supondrá para el país la mejora más significativa en los derechos económicos, sociales y culturales que se ha vivido en la historia de este país.Esta consulta es la historia de la lucha del pueblo boliviano que se comenzó a escribir en 1990, cuando pueblos olvidados del nordeste de Bolivia, entre las llanuras y la amazonía, se lanzaron a reivindicar sus derechos a la vida y territorio, frente a la presión de latifundistas y empresarios madereros que los despojaron de sus espacios ancestrales. Una marcha de humildes indígenas de zonas tropicales, iniciada en la ciudad de Trinidad, capital del departamento del Beni, recorrió entonces 600 kilómetros hasta La Paz y, luego de interpelar al poder que los mantuvo olvidados, consiguió el reconocimiento de sus tierras de origen y reclamó la reforma de la Constitución.El tránsito de esa demanda hasta la redacción del proyecto constitucional y la votación de este domingo fue largo y sinuoso.Se sucedieron en estos 18 años enardecidas batallas por la recuperación de los recursos naturales, como el agua en 2000 y los hidrocarburos en 2003, a la par de que se cuestionaba la validez del sistema institucional, alimentando en esa lucha la popularidad del entonces líder de los cultivadores de coca, el hoy presidente Morales. «Quiero pedir al pueblo boliviano, paz serenidad y que todos apostemos al cambio democrático con justicia social. Esta nueva Constitución Política del Estado garantiza los cambios profundos en democracia, será ratificada, será aprobada por el pueblo boliviano, en el referéndum que es lo más democrático», afirmó Evo MoralesLa historia de Bolivia es la historia de una republica que surge de la independencia colonial, sin reconocer los derechos del 80 % de su población, una republica que surge hipotecada a los intereses de las potencias imperialistas de la época.Surge una clase Oligárquica criolla, blanca descendiente de españoles y europeos que es la que lucho por la independencia frente a la colonia utilizando al indígena como carne de cañón. Que ha mantenido el poder aliada al imperialismo de turno, que se ha enriquecido mediante la rapiña, vendepatrias, reaccionaria y genocida. Una oligarquía que ha conseguido el titulo para Bolivia de ser «el país más pobre de Latinoamérica».El problema indígena como bien decía Mariategui (considerado como uno de los grandes teóricos del marxismo en América Latina) «Todas las tesis sobre el problema indígena, que ignoran o eluden a éste como problema económico social, son otros tantos estériles ejercicios teoréticos -y a veces sólo verbales- condenados a un absoluto descrédito». «La cuestión indígena arranca de nuestra economía. Tiene sus raíces en el régimen de propiedad de la tierra»Esta nueva constitución es un instrumento para restaurar los derechos de los indígenas que son las clases populares, campesinas y proletarias. Son el 80 % de la población.Por lo tanto no es solo un problema étnico, si no de darle a las mas amplias masas populares que son los «indígenas», por fin un estado donde están representadas.El Gobierno de Evo Morales propone una ambiciosa descentralización a favor de las regiones, los municipios y las comunidades indígenas. Plantea una regionalización del país y se discute la idoneidad de los departamentos actuales. Se apunta la posibilidad de crear regiones de menor tamaño como marco de programas económico-sociales compartidos sin menoscabar las competencias de los departamentos.Entre sus disposiciones, la Carta instaura un Estado plurinacional y reconoce a las 36 «naciones indígenas previas a la invasión colonial española» el derecho al autogobierno, lo que deriva en el reconocimiento de usos y costumbres como la justicia comunitaria, que queda en igualdad con la justicia ordinaria en las regiones indígenas. Los jueces de la Corte Suprema serán elegidos por voto popular entre una terna elaborada por la nueva Asamblea Legislativa Plurinacional (Parlamento).La autoridad comunitaria y su derecho a la propiedad y disfrute de sus áreas históricas incluidos sus recursos ha sido uno de los puntos que el imperialismo yanqui ha a querido impedir como en Perú.De esa forma sus empresas y multinacionales tienen libre el camino a la explotación de la Amazonía.La nueva constitución otorga un mayor peso al papel del Estado en las políticas económicas y da prioridad al interés colectivo frente a los intereses privados.También el texto establece límites a la propiedad rural -de 5.000 o 10.000 hectáreas, según el resultado del referéndum de hoy- aunque debido a un acuerdo alcanzado con la derecha parlamentaria esa disposición no será retroactiva.Bastante novedosa es la inclusión entre los derechos fundamentales el acceso al agua, a la electricidad, al gas domiciliario y a las telecomunicacionesEl texto prohíbe, además, la privatización de los recursos naturales, la instalación de bases militares extranjeras y obliga a la propiedad privada a cumplir una función social.Uno de los puntos más polémicos es la declaratoria de independencia del Estado boliviano respecto a la religión, lo que motivó una fuerte ofensiva propagandística de grupos católicos y evangelistas. Alguno llegó a plantear la elección entre Cristo y Evo.El más sorprendente es el que financian las Iglesias Re-Unidas (evangélicas), basado en el eslogan: «Elige a Dios, vota por el no». Las encuestas dan un 80 % por el voto afirmativo, hoy habrá una gran fiesta en La Paz, será un día histórico para Bolivia, un gran avance en el camino de una Latinoamérica antihegenonista, que persiste en un camino de independencia y justicia social.