«Lo que hagamos ahora, determinará el futuro económico para veinte años». Estas palabras de Zapatero marcan el calado de la batalla contra su plan de recortes. No se trata de un ajuste coyuntural, sino de un ataque estructural a la inmensa mayoría de la población, que determinará nuestras condiciones de vida y de trabajo por largo tiempo. Nos jugamos nuestro futuro. Y debemos actuar en consecuencia.
Entre buena arte de la izquierda, hoy circula la exigencia de una huelga general contra los recortes presentados por Zapatero. Es evidente que es necesario impulsar una movilización general, a la altura del calado de la agresión que perpetran. Pero para que la movilización tenga éxito, es imprescindible tener claro el carácter de esta batalla.No estamos ante una escaramuza coyuntural, sino ante una pelea de largo alcance. Para derribar el “decretazo” de Aznar fue suficiente una huelga general. Pero ahora, ésta sólo sería un paso más en el camino. No estamos ante una pelea que pueda solucionarse en un solo round. Debemos prepararnos para una lucha que será necesariamente larga. Porque la hondura de su plan de recortes así lo exige.Ellos pretenden confundirnos. Difunden que este es un ajuste momentáneo, producto de un agravamiento de la crisis, pero que una vez superadas las dificultades los pensionistas o funcionarios recuperarán su poder adquisitivo, y “todo volverá a la normalidad”.No es verdad. Lo que quieren es degradar a España, romper el espinazo del país para someterlo a un sistemático y prolongado saqueo. Tal y como ha sucedido con Grecia.EEUU necesita todo el dinero y lo necesita ya. Y para eso está dispuesta a sacrificar el futuro de España, imponiendo un plan de recortes que golpea de lleno los intereses más básicos del 90% de la población.No se trata de unos recortes que afecten sólo a los funcionarios, o solo a los pensionistas, o solo a las familias con enfermos dependientes, o solo…Es un ajuste estructural que se dirige indiscriminadamente contra toda la población. Que afecta a nuestros ingresos -vía rebaja de sueldos o subida de impuestos- y a nuestra salud -con la catarata de recortes en la sanidad pública-.Que vamos a notar en nuestro bolsillo… y en los años que no viviremos por una peor atención sanitaria.Este es el calado de sus ataques. Y en el pecado tendrán su penitencia. Al golpear a toda la población están preparando las condiciones para que se genere una potente respuesta popular.Pero no es suficiente con movilizarse, la clave va a estar en la línea que dirija la inevitable respuesta a sus ataques.Primero siendo conscientes de a quien nos enfrentamos, a un plan de recortes decretado en el mismo centro del imperio norteamericano, y respaldado por las principales potencias europeas.Y luego preparando una respuesta unitaria del conjunto de sectores afectados.Ellos van a intentar desviar, confundir y engañar las movilizaciones. Principalmente enfrentando a unos sectores con otros -a funcionarios frente a parados, a españoles contra inmigrantes…-, y potenciando movilizaciones parciales que vayan agonizando sin conseguir prácticamente nada.Frente a sus intentos de división, debemos enarbolar la unidad popular, la conjunción de todas las clases y sectores sociales afectados, desde la clase obrera a los pequeños y medianos empresarios, generando un amplio movimiento general que no solo paralice sus recortes, sino que imponga otra salida a la crisis favorable a la inmensa mayoría.