Manuel Gutiérrez Aragón, cineasta

Un pensamiento sobre el cine (2ª parte)

Manuel Gutiérrez Aragón nos ofrece, a través de los artículos recogidos en esta obra, vértebras fundamentales del pensamiento cinematográfico

En el Foros21 anterior publicamos la primera parte de esta entrevista con Manuel Gutiérrez Aragón (Torrelavega, Cantabria, 1942), por la publicación de su último libro ‘En busca de la escritura fílmica’.

Dice Gutiérrez Aragón que “en España no es muy frecuente que los directores de cine hablen, no ya de su trabajo sino sobre lo que piensan del cine”. En esa primera parte el director de películas como ‘La mitad del cielo’, su mayor éxito, ‘Habla mudita’, ‘Camada negra’ o ‘Demonios en el jardín’ nos dejó retazos de su pensamiento: “En el cine la improvisación es imposible…, el cine está cargado de ideología, naturalmente, como no podía ser de otra manera, y la ideología está en la puesta en escena”; “la incorporación de la mujer a tareas de dirección es el acontecimiento más importante de los últimos años… las películas que hacen las mujeres son más testimoniales, es una mirada distinta”; “a diferencia del cine de otros países, en general ves una película española y se nota que es española, por la forma de actuar los actores, por las cosas que se cuentan, por el desparpajo, porque fue donde salía por primera vez el movimiento homosexual, los trans, el disfraz, una cierta desfachatez… el cine español tiene marca de fábrica y se nota”.

Como escritor ha publicado cinco novelas, libros de relatos, ensayos y escrito muchos artículos en periódicos y revistas, y obtenido un reconocimiento con premios como el Premio Herralde por ‘La vida antes de marzo’, su primera novela en 2009.

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Hay dos cosas que dices en el libro que me parecen casi misteriosas. Una es la idea de que la película perfecta es aquella que fuera como la música y es que continente y contenido coinciden y no se pudieran distinguir. ¿A qué te refieres, es una forma idealizada de pensar en una película?

Lo es. Ten en cuenta que en el cine tiene mucha importancia la plástica y el sonido, entonces esa armonía de la plástica y el sonido y la historia que se cuenta estuvieran tan unidos que fuera como una sinfonía, que tú no puedes decir ‘aparte usted las trompetas de la percusión’. La película ideal sería la que no se pudiera distinguir una cosa de otra, el trabajo de los actores de la historia, ni de la música que estás oyendo, ni de la imagen.

¿A qué te refieres cuando dices que el cine es depredador de la pintura o depredador de la arquitectura?

En todas las artes hay que ganar dinero, pero el cine era un movimiento para ganar dinero que desde el principio estuvo en manos, generalmente, del capitalismo más descarnado; porque era el capitalismo americano que no tenía ninguna vergüenza en robar a las otras artes. Hacer lo mejor de por aquí, de por allá… Por eso se especializó en el melodrama. Podría haber sido como la pintura, haber tratado de imágenes sueltas, sin historia. Sin embargo, se dio cuenta que lo mejor era contar una historia porque eso daba más dinero. Y dentro de contar historias, se dio cuenta que la mejor historia a ser contada eran los melodramas, porque los melodramas son los más populares.

El cine no se inventó de un día para otro, sino que se inventó porque se fue fabricando y se inventó leyes, no teóricas como pueden ser las de la pintura o la arquitectura, cómo debe ser una bóveda por ejemplo. O en la pintura por dónde entra la luz en un cuadro, no puede entrar nada más que por un sitio, no por varios, porque eso no se admite; en un cuadro, si hay una ventana, la luz tiene que estar en la ventana.

El cine es un producto del capitalismo”

En el cine, de una manera descarada se inventaron las reglas, no de una manera teórica sino práctica, poco a poco y viendo qué efecto hacían respecto a otra. Por ejemplo, se descubrió que los actores no debían mirar a la cámara, porque si no se iba la ilusión de realidad. Al principio sí miraban o no. Entonces se dijo, no, no y no, por contrato: los actores no pueden mirar a la cámara, eso no vino así hubo que inventarlo. El primer plano no fue una decisión teórica, sino que dijeron si ponemos la cámara más cerca, ¿qué pasará? El cine en eso ha sido muy pragmático y producto del capitalismo. Un capitalismo, además, sin control, como era el capitalismo americano.

Luego le surgieron las leyes, como el código Hays (un código de producción que determinaba, en las producciones americanas, con una serie de reglas restrictivas, qué se podía ver en pantalla y qué no), porque se dieron cuenta que aquello era una bomba.

A diferencia de otras artes, el cine siempre o está apoyado por los gobiernos, o está controlado por los gobiernos, o está prohibido por los gobiernos. Pero el cine nunca es ajeno al poder.

En el franquismo en España había pintura abstracta, les traía sin cuidado que hubiera pintores de una ideología estética o de otra. Pero el cine estaba muy regulado. O sea, que el poder y el cine siempre han tenido unas relaciones de amor-odio. Hoy no se puede hacer una película sin apoyo estatal, hay que reconocerlo. Se intenta disimular, pero no se pueden hacer películas si no hay dinero del Estado, en este país y en cualquiera.

¿Dices que te han influido de igual manera Einstein y tu abuela?

Bueno, hay que dejar de vez en cuando que los autores tengan una expansión. Seguramente eso no es muy de recibo, pero en el marco de la licencia yo diría que sí, porque los recuerdos familiares, los cuentos que te cuentan cuando eres niño te influyen mucho en la manera de contar. Ten en cuenta que el cine se especializó en contar. Y para que te interese tienes que buscar emociones… No tenía por qué haber sido así. Podría haber sido como el circo, sin historias. O podría haber sido siempre de imágenes mágicas y sueltas, tipo magos ilusionistas. Pero no, al final esto del hacer llorar ha sido definitivo para dar dinero.

Las reglas no se crean de manera teórica sino práctica”

¿En qué está cambiando la forma de hacer cine, por ejemplo el peso de la fotografía…?

Cuando yo empecé en el cine, la verdad es que se cuidaba mucho más el encuadre, la fotografía… Ahora ya pasa que es más fácil fotografiar una película, lo puedes hacer con el móvil. Antes no, antes requería la emulsión, requería unos procedimientos lumínicos muy fuertes, porque la emulsión fotográfica así lo exigía, costaba mucho mover la cámara… Ya no se cuida tanto ni en el encuadre ni en la fotografía.

A diferencia de otras artes, el cine nunca es ajeno al poder”

Antes las películas se hacían con una cámara y ahora siempre se hacen con cinco o seis cámaras y un dron. Hacer un plano aéreo te costaba un riñón. Ahora están llenas de planos aéreos y se hacen con el dron. Incluso sobran porque hay demasiados. Se ha perdido un poco de rigor, pero se han facilitado. Yo no digo que se hayan democratizado, porque me horroriza que facilitar técnicamente una cosa sea sinónimo de democratizar. No tiene nada que ver.

En la anterior edición de los Oscar fue muy premiada la película ‘Todo En Todas Partes Al Mismo Tiempo’ que tiene una forma de grabar como si todo fueran vídeos de TikTok. ¿Qué opinas de ese tipo de experimentar o de buscar adaptarse al lenguaje que imponen las redes?

Eso quiere decir que se ha impuesto. Es verdad que ahora cualquiera puede contar una historia, porque está al alcance de sus medios. Otra cosa es que consiga hacerse ver, hacerse oír. No podemos considerar cine al mismo nivel lo de un influencer que se rueda a sí mismo desde que se levanta hasta que se acuesta y lo vende, que una película, no sería serio. Pero en fin, es verdad que contar historias está ahora al alcance del que quiera y, sobre todo, del que consiga que le presten atención. Ahora es más difícil de hacer el que te presten atención, y los influencers a veces han conseguido más atención que Kubrick. En fin, pensemos que no es lo mismo todavía.

El cine, como tantas otras cosas, se basa en prueba y error. Y entonces, ahí está el quid, que la prueba sea mejor que el error.

Como profesional que ha tenido una larga trayectoria de historias, experiencia y aportaciones al cine, ¿tienes algo que dices ‘todavía no he hecho y me gustaría hacer’?

No. Cuando cerré el grifo del cine, cuando decidí que me retiraba, no me he quedado con guiones por hacer, porque siempre he sido más bien pragmático. Yo primero quería saber siempre de qué dinero disponía y luego inventar la historia. No inventar una historia y luego buscar el dinero. Como hijo y nieto de comerciantes, creo que tenía ese lado de decir: primero vamos a saber el presupuesto que tenemos y luego inventamos la historia. Y según eso se hace, se inventa lo que sea. Por lo tanto, no me he quedado con una historia sin contar porque no tenía esos guiones guardados.

Como el cine no hay nada, claro que lo echo de menos.

Escribir es una actividad muy respetable y muy importante, pero es que rodar es como la vida, porque vives una vida mientras ruedas una película. Lo que pasa es que creo que hay que saber retirarse a tiempo, que entonces vienen otras maneras de producir y que hay otro tipo de espectadores.

A mí me gustaba más bien el cine clásico y ahora eso no está tan claro que se pueda hacer. Seguramente sí, ¿no? Seguramente sí. Pero vamos, yo no me adapto, por ejemplo, al hecho de que se pueda rodar con ocho cámaras a la vez y hacer la película luego en la mesa de montaje sin haber pensado antes por qué lo hacía. Lo más importante para mí siempre ha sido preguntarme por qué iba a hacer esa película. Y decir, bueno, voy a hacer esta película ¿de acuerdo? ¿Por qué debo hacer esta película y no otra? Entonces, cuando he encontrado un porqué, pues ya me ponía a escribirla, pero primero tenía que saber por qué iba a hacer la película.

Tienes que saber el punto de vista para mirar la realidad”

Y luego, yo sí creo que los travelling (es una técnica cinematográfica que consiste en desplazar una cámara montada sobre unas ruedas para acercarla o alejarla al sujeto u objeto que se desea filmar)

son cuestión de moral, efectivamente, y que, entonces, elegir el punto de vista de la cámara es muy importante y que no van a hacerlo con ocho cámaras y luego en la mesa de montaje elegir la toma que te conviene, sino que ya de antemano tienes que saber el punto de vista donde tiene que ser mirada la realidad. Para mí esas cosas sí que las siento importantes, pero ya han dejado de ser importantes en general. Entonces, para no tener que pegarte con la realidad te dedicas a otra cosa.