Las FARC comienzan la entrega de armas a la ONU
Cuatro años después de que empezara a cocinarse en La Habana la paz entre el Gobierno y guerrilla de las FARC, el proceso -que sufrió un serio revés cuando el pasado octubre, el 50,21% de los colombianos votaron ‘No’ en un plebiscito sobre los acuerdos- da ahora un salto adelante con la entrega de la práctica totalidad de su armamento a los inspectores de Naciones Unidas. Colombia está ahora más cerca de la paz definitiva.
El acto se ha celebrado en Mesetas, durante mucho tiempo uno de los feudos de la narcoguerrilla más antigua de América Latina. Las tropas de las FARC han entregado a los funcionarios de la ONU sus armamento individual, un total de 7,132 fusiles, pistolas, lanzagranadas… de manos del mismo número de guerrilleros. En ésta localidad y en el resto de 26 zonas antaño controladas por las FARC, sólo quedarán las «armas necesarias para la seguridad» -necesarias para repeler eventuales ataques de paramilitares- hasta el 1 de agosto, fecha en la que también serán entregadas. En tres etapas a lo largo del mes de junio, la ONU ha ido almacenando el armamento ligero de la guerrilla, aunque la entrega del armamento pesado -almacenado en unas 900 caletas a lo largo de todo el territorio FARC- deberá ser más lento, verificado y prudente, dado lo inestable del material explosivo almacenado en los silos.
Los meses desde el varapalo del plebiscito han sido complicados, plagados de retrasos y dudas. El desarme estaba fijado en La Habana para finales de mayo, pero ante la imposibilidad de cumplir el plazo, gobierno, guerrilla y Naciones Unidas decidieron concederse un mes más.
Ahora que los guerrilleros están entregando definitivamente las armas, se abren otros retos igualmente decisivos para que la paz sea irreversible. Los acuerdos de La Habana establecen en compromiso del Estado colombiano de construir viviendas para los excombatientes, así como cursos de formación para que puedan empezar una nueva vida. Estos puntos del acuerdo, vistos como «privilegios para terroristas» son explotados con ponzoña demagógica por la derecha más contraria a la paz, encabezada por el ex-presidente -ligado a los paramilitares, y siempre cercano a los sectores más belicosos de Washington- Álvaro Uribe.
Pero a pesar de los intentos de descarrilarla -por parte de los sectores más tenebrosos de la oligarquía colombiana o del hegemonismo yanqui- lo cierto es que zigzagueantemente, con avances y retrocesos, la paz avanza con paso firme en Colombia.