Sarkozy anuncia la vuelta inminente de Francia a la OTAN

Un parricida en el Eliseo

Nicolás Sarkozy nunca ocultó su vocación atlantista, incluso en la época en la que Chirac colocó a Francia como concubina de Alemania para enfrentarse al nuevo orden mundial de Bush.(EFE)

Sarkozy sabí­a que una gran parte de la cámara de los diputados -incluso en las filas de su propio partido, la gaullista UMP- lo iban a mirar como un traidor parricida, así­ que fue a la ofensiva. «Afirmo solemnemente que los que aseguran que nuestra independencia se verá mermada engañan a los franceses. E insultan a nuestros socios europeos, a nuestros aliados, dejando entender que no son independientes. Felipe González, un gran europeo que llevó a España a la OTAN lo ha dicho últimamente», dijo mirando a la bancada de la izquierda, como si al invocar al hombre que más ha hecho por los intereses de Francia en España (después de Zapatero), los socialistas fueran a ser convencidos fulminantemente.

Nicolás Sarkozy nunca ocultó su vocación atlantista, incluso en la éoca en la que Chirac colocó a Francia como concubina de Alemania para enfrentarse al nuevo orden mundial de Bush, que rebajaba a “la vieja Europa” de categoría imperialista. Ya entonces, un ambiciosísimo Sarkozy, desde las propias filas de la UMP, defendía una línea antagónica a la del presidente. Es una de las razones principales de la larga historia de enemistad y odio personal e íntimo entre ambos mandatarios. Jacques Chirac no pudo integrarse en la estructura militar –quiso, pero no obtuvo de Bush las concesiones que ambicionaba -, así que su pacifismo de postín llegaba tan lejos como las migajas de poder que el unilateralismo de Washington arrojaba con desdén..Así que al retornar a la estructura militar de la OTAN, Sarkozy no comete un delito de “lesa paternitas” contra Chirac –puesto que “Sarko” no es pariente suyo- sino contra el padre del gaullismo, contra el viejo general que se negó a seguir el camino de la ignominia de Vichy y que en plena Guerra Fría decidió alejar a Francia de la órbita de la superpotencia más poderosa, para conservar lo que quedaba de su independencia y de su “grandeur”. Como si su conciencia le remordiera sin descanso, Sarkozy también justificó el parricidio, mencionando lo que habría hecho el general. "¿Quién puede saber lo que habría hecho hoy De Gaulle? ¿Quién se cree que habría hecho en 1966 la política de 1923?", dijo el presidente mirando a la bancada de la derecha, a los propios diputados de la UMP. No todos miraron a Sarkozy a la cara.Y tuvo que justificar su decisión. "Por primera vez en la historia, Francia no sufre ninguna amenaza de invasión militar", dijo Sarkozy, así que tuvo que fijar una amenaza. Y cómo no, el primero de la lista fue el terrorismo. Pero luego habló de cosas más serias: "Las crisis que golpean el mundo afectan a nuestros valores, a nuestros intereses y a la seguridad de los franceses". En un mundo que marcha a toda prisa hacia el multilateralismo, en un planeta cambiante, donde Asia emerge en detrimento de Occidente “es preciso que Francia cambie para que continúe siendo una gran potencia”. "No creo que el papel de una gran potencia responsable como Francia deba quedarse a medio camino, es decir, en ninguna parte". Y ahí les dió, porque ésta es la razón de peso para la clase dominante francesa, y para las burguesías monopolistas europeas: retomar la alianza estratégica con EEUU para tratar de contener el ascenso de China o India, la reactivación de Rusia o la rebelión creciente los pueblos y países del Tercer Mundo, que amenazan constantemente su estatus internacional, la porción de la plusvalía mundial de la que se apropian."Nuestros soldados actúan en las operaciones militares pero no tomamos decisiones", afirmó vehementemente el presidente francés dirigiéndose una vez más a los asientos de la UMP. : "Las Fuerzas Armadas son y seguirán siendo nacionales. No podrán integrarse en ningún Ejército supranacional del que perdamos la responsabilidad. Además, nadie quiere eso. Conservaremos nuestra fuerza nuclear de forma independiente y conservaremos nuestra libertad de opinión a la hora de enviar tropas", dijo. "Nuestro alejamiento" de la organización es el que "limita nuestra independencia nacional", terminó diciendo tajante Sarkozy.Sonaba convincente, habida cuenta que Francia es desde hace muchos años, uno de los cuatro países que aportan más medios y efectivos a las misiones de la organización., y que la administración Obama ha ofrecido a Francia participar en los organismos de decisión de la alianza atlántica. Pero argumentar que la pertenencia a la OTAN no significa una pérdida a la soberanía pertenece a la categoría de los insultos a la inteligencia. Tratar de convencer que en una alianza militar fundada, encabezada por Washington y donde los presupuestos militares del Pentágono suponen las tres cuartas partes del total, las decisiones se toman de forma ecuánime, sin una subordinación clara a los intereses de la superpotencia, es un despropósito insostenible.