Una vez más la apertura de un ciclo electoral, que culminará con las elecciones generales previsiblemente en diciembre de este año 2023, coloca en primer plano una realidad que se quiere minusvalorar o minimizar: hay un espacio sociológico en la sociedad española a la izquierda del PSOE que representa un 19% del censo electoral, con más de 7 millones de posibles votantes.
Una izquierda que cada vez tiene mayor capacidad de incidencia en los acontecimientos políticos del país.
Es un espacio que incluye fuerzas con hegemonía parlamentaria, incluso en el gobierno de coalición, pero que las transciende y va más allá de lo que esas fuerzas mayoritarias representan.
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Ese lugar a la izquierda del PSOE no se limita a lo que representan Unidas Podemos y Yolanda Díaz. Hay otras fuerzas parlamentarias como Más País, Compromís o Teruel Existe, que sumaron en las últimas elecciones generales de 2019 casi 800.000 votos. A los que habría que sumar los cientos de miles de votos de izquierdas que hay en las bases de votantes de fuerzas nacionalistas catalanas, vascas, andalucistas, gallegas, canarias o castellanas. Y los de una izquierda extraparlamentaria, con fuerzas como PACMA o Recortes Cero, que agrupan a casi medio millón de votos.
Es un espacio político-social plural y diverso que hunde sus raíces en numerosas organizaciones de lucha y movimientos sociales: desde las luchas obreras y del pueblo trabajador en miles y miles de fábricas y centros de trabajo de toda España dirigidos por comités de empresa y sindicatos, a los movimientos en defensa de las pensiones del sistema público y por el blindaje constitucional de las pensiones; desde la lucha del movimiento feminista y LGTBI a los movimientos en defensa de la Sanidad y la Educación públicas; las luchas de los pequeños y medianos productores del campo o el movimiento ecologista y los colectivos contra el maltrato animal…
Ese lugar a la izquierda del PSOE no es patrimonio de ningún partido en exclusiva y nadie por sí solo se puede arrogar su representación. Y tampoco es una “izquierda marginal” que apenas cuenta. Ha sido y es parte fundamental de los movimientos de lucha que han creado las condiciones para reducir los recortes, garantizar el poder adquisitivo de las pensiones con el IPC, subir el Salario Mínimo o los derechos de las mujeres. Sin la movilización de esta amplísima base social de izquierdas y progresista muchas de esas conquistas no se habrían convertido en leyes.
El voto de la izquierda que ocupa este lugar es un voto trasformador porque es un voto activo que en gran parte forma parte de la fuerza de la calle. Que va de la urna de las elecciones a la manifestación.
Ese lugar a la izquierda del PSOE no es patrimonio de ningún partido y nadie por sí solo se puede arrogar su representación
El reto de ese lugar en la izquierda
Cada cierto tiempo, especialmente cada vez que se abre una ventana electoral, las diferencias y debates en la izquierda se manifiestan con más intensidad. No son la manifestación de “egos” y “personalismos” sino la manifestación de diferentes posiciones y enfoques ante los problemas más acuciantes que afectan a las diferentes clases y sectores sociales y al país.
Hoy, por encima de cualquier interés partidista, lo que interesa a la izquierda es establecer cuál es la alternativa y el programa para hacer frente a los problemas principales a los que se enfrenta la mayoría de las clases populares y trabajadoras y en nuestro país en su conjunto.
Y eso significa, en primer lugar: ¿Cómo hacer frente al atraco monopolista que es la crisis de inflación y tipos de interés, agudizada por la prolongación de la guerra imperialista rusa en Ucrania? Cada vez está más claro que la alternativa no puede limitarse a la continuidad del mismo tipo de medidas aplicadas en el último año, medidas para aliviar la situación de los sectores más necesitados, o impuestos especiales, mínimos y temporales, sobre los ingentes beneficios de bancos y monopolios de la energía.
Necesitamos una alternativa basada en redistribuir la riqueza. Una redistribución que no significa recaudar un poco más de los ricos, sino tomar medidas para poner los recursos que hoy se concentran en muy pocas manos al servicio de reindustrializar el país creando riqueza y empleo de calidad; del desarrollo de las nuevas energías dando cabida a las pymes en los proyectos de los fondos europeos; limitando los precios de la electricidad o los alimentos básicos a cargo de los monopolios de la energía o las grandes cadenas de distribución; o aplicando la redistribución salarial imponiendo un tope a los salarios máximos para que ningún trabajador y trabajadora cobre menos de 1.200 euros netos al mes.
Lo que interesa a la izquierda es establecer cuál es la alternativa y el programa para hacer frente a los problemas principales
En segundo lugar, cómo resolver los problemas especialmente sentidos por las clases populares y que afectan directamente a su calidad de vida: garantizando el derecho a la Vivienda para todas las familias, prohibiendo los desahucios, la calidad de la atención en la Sanidad pública, la Dependencia, Educación o las Pensiones para que ningún pensionista cobre menos de 1.000 euros al mes.
Tercero, cómo reforzar el papel de nuestro país en la lucha por la Paz frente a la guerra de agresión imperialista rusa en Ucrania, desde la soberanía y la autonomía para decidir.
Y cuarto, cómo fortalecer la doble unidad. Por un lado, cómo dar pasos en la unidad de las fuerzas progresistas y de izquierda frente a la crisis y avanzar en la redistribución de la riqueza. Y por otro, cómo fortalecer cada vez más la unidad del pueblo trabajador de todas las nacionalidades y regiones de España.
Este es el debate que a estas alturas se hecha en falta en la izquierda y que no es sino la expresión de una línea de unidad y lucha que Recortes Cero viene promoviendo el último año a través de charlas, debates y recientemente concentraciones en ciudades de todo el país.
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Más de 450 actos, más de 300 organizaciones participando
Recortes Cero: Unidad… para «que la crisis la paguen los que más tienen»
Como se puede ver en las imágenes, el abanico de organizaciones que han participado en los actos y las concentraciones impulsadas por Recortes Cero son un verdadero crisol de cómo unir y movilizar la izquierda plural en este espacio.
Organizaciones sindicales como CCOO y UGT en Tenerife, CGT, la Inter-Sindical y el Sindicato del Taxi en Valencia; sectores en lucha como Kellys Unión Madrid, Servicio Doméstico Activo, el SAD… o Gestha.
En Madrid. una gran presencia de la marea blanca con la Plataforma de Centros de Salud y la Federación en defensa de la Sanidad Pública…
Asociaciones cristianas como el Movimiento Rural Cristiano…
Y partidos como Podemos y Juventudes Socialistas en Galicia; Más Canarias; Compromís, Joves de Esquerra Unida y las JSPV de Valencia; en Terrassa, el PSC y Tot per Terrassa; Alternativa Republicana de Málaga; Por un Mundo Más Justo; Movimiento Unidad del Pueblo Canario…