Mañana se da el pistoletazo de salida con la presentación de la primera Bianual de Arquitectura Latinoamericana. Esta iniciativa abrirá sus puertas el 19 de mayo y su clausura será el 22 del mismo mes. Organizado por la Universidad de Navarra, el Ayuntamiento de Pamplona, el Colegio del Arquitectos Vasco-Navarro, y la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona, constará de conferencias en la Escuela de arquitectura, paneles y audiovisuales en la Ciudadela, mesas redondas y visitas guiadas por las principales obras arquitectónicas de Pamplona, una oportunidad espléndida para disfrutar de la arquitectura de la ciudad. Los lazos que unen la arquitectura española con la latinoamericana son muchos.
El papel social de la arquitectura en los años 50,nos viene devuelto libre de ideología y trabas, primando el papel arquitectónico social, de viviendas construidas con patios de luces y zonas donde se hace una vida en sociedad. Un viaje desde las corralas del siglo de oro español, a las casas típicas coloniales de Cuba.
La nuestra es una arquitectura que se alimenta de unas raíces mestizas que viaja al continente hermano para nutrirse con el aire fresco del nuevo continente, raíces que no solo se mezclan en el pasado, sino que permanecen en desarrollo constante de países hermanos en los que el clima y el caracter social prima como hilo conductor. Serán doce los trabajos que se escojan, individual o de estudios procedentes de Argentina, Brasil, Ecuador, Chile, Colombia, y Uruguay.
Todos jóvenes arquitectos para los que ya está abierto el plazo de inscripción para optar a ser uno de estos comisarios que represente la arquitectura latinoamericana en esta primera edición de la Bianual de Arquitectura Latinoamericana, que se ha gestado en el IV Congreso Internacional de Historia de la Arquitectura Moderna Española, donde las referencias a Latinoamérica han sido importantes, donde hay que destacar la participación del arquitecto Alberto Sato que analizando la época del exilio español y la modernización de Venezuela desde los años veinte hasta la época franquista declara «De España recibimos la influencia de las arquitecturas populares, que contribuyeron a la llegada del modernismo al país.
Se hicieron viviendas que proponían la vida en comunidad y se presionó sobre la necesidad de espacio público». Una época en la que se construía creando hogares y en los que la vida social era la clave para una sociedad fuerte donde primaba la organización social y vecinal, donde la propia arquitectura se hacía a la luz de la unidad vecinal como pieza estructuradora de la sociedad.