¿Dónde está el secreto? ¿Acaso Oliu es un gestor tan brillante que es capaz de reflotar una entidad en quiebra como la CAM hasta hacerla rentable en un tiempo récord? Nada de eso. La realidad es que la adjudicación resume a la perfección la sustancia del rescate bancario: nosotros, el 90% de la población, asumimos las pérdidas a través del dinero público; y ellos, los grandes bancos se quedan con los beneficios.
El Banco Sabadell ha comprado la CAM… ¡por un euro! Y a cambio va a recibir 5.249 millones de ayudas públicas.
Un negocio redondo que pagamos todos, a través de una “cuota de rescate” que se traduce en recortes sociales y rebaja salarial.
“Con esta operación, el Sabadell incorporará una entidad previamente saneada y sin riesgos adicionales”. Así de claro ha hablado el presidente del Banco Sabadell, Josep Oliu.
Se ha tragado -al precio de regalo de un solo euro- una entidad como la CAM, cuyo tamaño era equivalente al del Sabadell. Y gracias a ello va a convertirse en el quinto banco español por activos, superando al Popular.
El Fondo de Garantía de Depósitos, es decir el dinero público, va a recapitalizar la CAM con una inyección de 5.249 millones de euros. Alrededor de la mitad de este importe va a pasar directamente a convertirse en capital del Banco Sabadell.
Pero todavía hay más. Más regalos, más dinero público entregado a la banca.
La CAM tiene una cartera de créditos dudosos -derivados principalmente de su implicación en el boom inmobiliario- que asciende a 24.000 millones de euros. Según el Banco de España, las pérdidas de este agujero pueden ascender a 5.500 millones.
«Más regalos, más dinero público entregado a la banca» Pues bien, el dinero público, a través del FROB, asumirá el 80% de estas pérdidas durante los próximos diez años. Si a esto les sumamos las provisiones que ya tenía la CAM, el Sabadell sólo tendrá que pagar, en el peor de los casos, 300 millones de estas pérdidas.
Y la cosa todavía no termina aquí. El gobierno va a avalar con dinero público los 4.600 millones de créditos de la CAM con otros bancos que vencen el año que viene. Y también se hará cargo de los 7.700 millones de euros de préstamos concedidos por el BCE si la CAM no puede hacer frente a su devolución.
Es decir, todas las pérdidas, presentes y futuras, corren a cuenta del Estado. El Banco Sabadell no tiene que hacer frente a ellas. Pero sí va a recoger los beneficios que, una vez saneada con dinero público, reparta la CAM.
Así yo también hago negocios.
«¿Por qué se entrega a un banco privado a cambio de nada?» A cambio de este multimillonario regalo, el Banco Sabadell va a desguazar la CAM. Primero cerrando alrededor de 300 oficinas, lo que supondrá despedir aproximadamente a 2.000 trabajadores. Y luego desentendiéndose de la obra social, que había sido previamente separada del negocio financiero y que no ha entrado en la operación. O dejando en la estacada a más de 50.000 pequeños inversores, que habían comprado cuotas participativas de la CAM, que el Sabadell no ha comprado y que ahora no tienen ningún valor.
Por un solo euro se han quedado con una de las cajas más importantes del país, pueden recibir hasta 21.249 millones de ayudas públicas -si sumamos las inyecciones de dinero líquido y los créditos avalados-, y tiran a la basura lo que no consideran rentable, aunque eso signifique condenar al paro a miles de familias o liquidar la obra social.
¿Hasta cuando vamos a permitir estos atracos disfrazados de “rescates bancarios”?
Si la CAM va a ser saneada con dinero público, ¿por qué se entrega a un banco privado a cambio de nada? ¿Por qué no se nacionaliza consecuentemente, para que sus recursos se destinen a promover el empleo y el desarrollo económico?