El anuncio de un “Brexit duro” confirma que en la nueva “era Trump” EEUU busca degradar a Europa para imponerle condiciones más draconianas
No habrá un “Brexit suave”. Londres apuesta por una salida “dura” de la UE que implique también la no pertenencia al mercado único. Al mismo tiempo, a pocos días de acceder a la presidencia, Donald Trump multiplica sus elogios a Londres mientras agudiza sus ataques a la UE. El Brexit puede explicarse por la crisis de la UE, pero se ha cargado en Washington. En un momento de recomposición global la burguesía británica apuesta por reforzar su relación con el centro del imperio, mientras la “línea Trump” parece buscar una laminación de una UE más débil y más sometida a los dictados norteamericanos.
La primera ministra británica, Theresa May ha anunciado que Reino Unido no va a estar “mitad dentro, mitad fuera” de la UE. Ha sido Londres quien ha pulverizado la posibilidad de un “Brexit suave”, que mantenga a pesar de la salida de la UE una parte de las conexiones con Bruselas.
Por el contrario, el gobierno británico apuesta por una desconexión total con la UE, aunque ello implique dejar de pertenecer al mercado único. Tras cuatro décadas de integración en la UE, Londres quiere garantizarse el control pleno sobre sus fronteras y la salida de la jurisdicción del Tribunal de Justicia Europeo. Abordando desde aquí la negociación de un “tratado de libre comercio” con la UE, negociado bilateralmene con cada país. «¿Por qué Londres reuncia a las ventajas del acceso privilegiado a un mercado de 500 millones de consumidores?»
La respuesta hay que buscarla en Washington. En una entrevista con dos de los principales medios europeos (el Times británico y el Bild alemán), Donald Trump sacó toda su artillería contra la UE.
Alabando el Brexit y anunciado que “la gente quiere su propia identidad. Más países van a abandonar la UE”. Declarando que le es indiferente “si los europeos están unidos o desunidos”, y amenazando con que los ciudadanos europeos puedan verse afectados por el refuerzo de los controles fronterizos en EEUU. Atacando directamente a Merkel por su política de acogida de refugiados. Y exigiendo que “los aliados europeos aumenten su contribución a la OTAN y a la lucha contra el terrorismo”.
En el nuevo diseño global que defiende la “línea Trump” la UE se convierte en un engorroso organismo, con el que es necesario negociar. Washington necesita que sus “Estados vasallos” -y EEUU considera que los países europeos lo son- aumenten sus tributos a las arcas imperiales, y se sometan por completo a la estrategia global norteamericana.
Esta es la gasolina que alimentó el triunfo del Brexit, y ahora expande el incendio radicalizando la posición de Londres. Un sector importante de la burguesía británica ve más rentable fortalecer su “relación especial” con Washington que continuar a una UE cada vez más degradada en el concierto internacional.
La sacudida del Brexit no ha terminado. Va a agudizar la crisis económica, política y social en Europa, influyendo en los próximos y decisivos comicios en Alemania o Francia.
Debemos tener claro que el epicentro del terremoto Brexit no está en Londres sino en EEUU, y que es la dependencia de Europa respecto a EEUU lo que provoca sus terribles consecuencias.