Aparte de las teorías de gravitación cuántica más «comunes» que son la teoría de cuerdas y la gravitación cuántica de bucles existe la propuesta de Stephen Hawking llamada gravitación cuántica euclídea y otra que se puede considerar un desarrollo de ésta llamada Triangulación Dinámica Causal.
Mientras que el estado de un objeto clásico se uede describir mediante un conjunto unívoco de números, en el caso cuántico se describe como superposición de todos los estados posibles. La gravitación cuántica euclídea aplica esta idea al Universo de conjunto. El Universo sería pues una superposición de posibles evoluciones temporales del Universo, en particular de posibles formas del espacio-tiempo. Es muy difícil llegar a resultados analíticos, por lo que para avanzar se han hecho simulaciones por el ordenador. Para describir la curvatura en lo microscópico se utiliza la generalización de triángulos a cuatro dimensiones (4-simplex). En general triángulos son muy útiles para describir la curvatura de superficies y se utilizan para hacer gráficas de ordenador y en dibujos animados. La curvatura de superficies bidimensionales está directamente relacionada con la suma de los tres ángulos del triángulo que sólo en el caso de un triángulo plano da 180 grados. Haciendo estas simulaciones se esperaba llegar a nuestro espacio-tiempo continuo macroscópico como propiedad colectiva de estas estructuras microscópicos del espacio-tiempo. También se esperaba que la causalidad inherente a un espacio-tiempo surgiese como propiedad colectiva de estas estructuras y por lo tanto en la teoría de Hawking el tiempo se ponía al mismo nivel que el espacio. Las simulaciones han dado como resultado que la estructura causal, es decir la diferencia entre causa y efecto, es fundamenal y tiene que ser incorporada desde el principio a la hora de “pegar“ los “triángulos“ unos con otros. Con esto a lo que se llega es a un espacio-tiempo cuadridimensional que se construye de forma dinámica a partir de trozitos del espacio-tiempo utilizando las leyes conocidas, al igual que se forma un sólido a partir de moléculas. También se necesita generalizar el concepto de dimensión y lo que resulta es que el espacio-tiempo en lo microscópico no es suave sino es un fractal autosemejante de “dimension espectral“ dos y de hecho no se tiene claro si este fractal poroso está compuesto por “átomos“ localizados o más bien por un patrón complicado que sólo se asemeja lejanamente a las ideas geométricas conocidas. Esta aproximación es relativamente minoritaria, pero en un problema tan complicado como es la gravitación cuántica, puede resultar muy útil atacar el problema desde todos los frentes posibles.