Defendió que su gobierno «no pidiera el rescate» como «la gran medida social de la legislatura», y la creación de 3 millones de puestos de trabajo como su gran promesa para los próximos años. Pero si por algo estuvo marcado el debate fue por tres grandes ausencias: los responsables del atraco, la dimensión del saqueo y la defensa de la soberanía.
Su discurso triunfalista no cala entre los ciudadanos. Según la encuesta del CIS, para el 75% de los que siguieron el debate “Rajoy no fue realista” y “no transmitió sensibilidad hacia los problemas de los españoles”. De la “pesadilla” no han salido los 5,5 millones de parados de la EPA, ni los más de 7 millones de trabajadores precarios que forman parte de los “trabajadores pobres” con salarios bajo el umbral de la pobreza. «El debate estuvo marcado por tres grandes ausencias: los responsables del atraco, la dimensión del saqueo y la defensa de la soberanía» El “desgarro social” está en esos casi 2 millones de familias con todos sus miembros en paro, los 3,6 millones de parados de larga duración sin posibilidades de empleo, o las 145 familias que cada día desahucian los bancos. El “ahondamiento de las desigualdades” lo gritan 13 millones de personas en riesgo de pobreza y exclusión social, mientras el 1% de la población acumula el 27% de la riqueza y el 10% acapara más del 55%. El rescate lo impuso la Troika en julio de 2012 con 100.000 millones de euros a disposición del Estado, de los cuales se han utilizado 41.300 millones, y un Memorando con 32 condiciones de obligado cumplimiento y dos misiones de supervisión al año por los “hombres de negro”.En lo dicho hasta aquí, si añadimos las mutuas descalificaciones y acusaciones de corrupción, consistió el debate sobre el estado de la nación. Rajoy fijó el terreno y en él se movieron los diputados de los diferentes grupos parlamentarios, con descalificaciones a Rajoy por vivir fuera de la realidad y culpando de la situación a la corrupción, a la “crisis mundial”, a la falta de dinero o al “capitalismo de amiguetes”. ¿Pero es ese el terreno que da la verdadera dimensión del estado de la nación?Un saqueo sobre el 90% que viene del exteriorEl problema fundamental no es que el discurso de Rajoy sea “triunfalista”, o que como un nuevo ZP convierta los “brotes verdes” en el “final de la pesadilla”. El problema es que el discurso de Rajoy (como el de Pedro Sánchez) es el discurso de esa Troika que va de Washintong a Berlín pasando por el FMI, el BCE y la Comisión Europea. Mientras que desde la oposición éste y otros debates, incluso los que se han presentado fuera del Parlamento, centran la atención en los “Bárcenas y los políticos corruptos”, “los excesos de la casta y los ricos” o las “mentiras de Rajoy sobre la salida de la crisis”, ocultando la magnitud de lo que ocurre y a sus auténticos responsables.No sufrimos las “inevitables consecuencias de una crisis mundial”, sino la ejecución de un planificado proyecto hegemonista impulsado desde Washington y Berlín, del que también se beneficia la oligarquía española. Un proyecto de degradación e intervención cuyo centro es el saqueo sobre el 90% de la población y el expolio de las riquezas nacionales.«El discurso de Rajoy (como el de Sánchez) es el discurso de esa Troika que va de Washington a Berlín pasando por el FMI, el BCE y la Comisión Europea» Desde diciembre de 2009 el FMI está exigiendo la devaluación de los salarios y rentas de los españoles (un 25%), y ayer mismo volvía a la carga exigiendo la rebaja del Salario Mínimo y recortar las prestaciones a los parados. El pistoletazo de salida del saqueo y expolio a gran escala lo dio Obama en la madrugada del 10 de mayo de 2010, con su llamada a Zapatero para dictar el primer plan de recortes por 15.000 millones de euros que incluían: la congelación de las pensiones, la rebaja del 5% del sueldo a los funcionarios, la eliminación del cheque bebé y la subida de impuestos.Dos hitos más han marcado esta intervención descarada e indignante. La llamada de Merkel en agosto de 2011 para que Zapatero y Rajoy modificaran el artículo 135 de la Constitución e introducir el concepto de “estabilidad presupuestaria” que garantizaba la prioridad absoluta del pago de la deuda a la banca alemana y norteamericana antes que a los parados o los jubilados españoles. Y el rescate financiero ordenado por la Troika en julio de 2012.¿Quién se lo lleva?Nada de esto sobre los auténticos responsables se ha dicho en el Congreso. Y mucho menos sobre la dimensión del saqueo y el expolio. Entre 2010 y 2014 se nos han impuesto rebajas salariales (136.273 millones), recortes sociales (64.800) y subidas de impuestos (41.351) por un total de 242.000 millones de euros. A los que añadir los 250.000 millones en efectivo y avales que el Estado ha entregado en los rescates de la banca y convertidos en deuda pública.Entre los saqueadores de dentro y fuera no hay un reparto proporcional. Por cada euro que se lleva la oligarquía española, el capital extranjero se lleva casi tres. Las grandes potencias imperialistas, norteamericanos y alemanes, son los principales beneficiarios del saqueo y el expolio y los principales explotadores del país. Controlan el 41,5% de las acciones del Ibex-35 y se llevan cada año 47.808 millones de beneficios; poseen casi el 50% de la deuda española de donde sacan 12.582 millones de euros anuales sólo por los intereses; y más de 84.000 millones de euros de la plusvalía extraída por sus multinacionales que operan en España. Más de medio billón de euros extraídos por el capital extranjero de nuestro país entre 2010 y 2014. Esto es lo que nadie dice y permanece oculto: ¡el auténtico atraco del siglo!La sumisión al imperioNo sólo en lo económico, la defensa de la soberanía estuvo ausente del debate en todos los terrenos. Ni una referencia al papel militar de España, cada vez más subordinada a la estrategia militar norteamericana, ni siquiera por los que se consideran la oposición progresista o de izquierdas, es de auténtica vergüenza y sumisión. Mientras sus señorías debatían en el Congreso, fuera el ministro de Defensa, Morenés, se ofrecía para intervenir en primera línea en Libia, y el de Exteriores, Margallo, hablaba de volver con tropas a la guerra de Irak porque para combatir al EI “necesitamos tropas sobre el terreno”.El proyecto de intervención hegemonista incluye la aniquilación de la soberanía nacional en todos los terrenos. Lo que inició Zapatero, con el envío de tropas a Afganistán y el “escudo antimisiles” en Rota, Rajoy lo sigue desarrollando con misiones en escenarios especialmente sensibles para el hegemonismo yanqui, en África o en los países Bálticos, en el marco de la guerra en Ucrania.Un camino soberanoDe un debate donde se extirpó lo esencial del estado de la nación, no podían salir propuestas que constituyeran en su conjunto el camino que la “nación española” necesita para acabar con el proyecto de intervención y saqueo, el expolio y los recortes. La situación no se cambia con medidas paliativas para los sectores más afectados por los recortes, o promesas de crear empleo precario y mal pagado.La alternativa sólo puede venir de un programa que tome como claves:La defensa de la soberanía, para decidir y proponer un programa sin imposiciones exteriores. Con medidas como la derogación de la reforma del artículo 135 de la Constitución, o de los tratados firmados con la UE perjudiciales para los intereses nacionales.La redistribución de la riqueza, para elevar el poder adquisitivo de la mayoría de la población y ayudar a las personas, reactivar el consumo, aumentar la demanda del mercado interno y favorecer la inversión productiva y la creación de empleo y riqueza; al tiempo que se recupere la inversión para acabar con los recortes en Sanidad, Educación y prestaciones sociales. Y medidas como una reforma fiscal integral para que paguen más bancos, monopolios y grandes fortunas, y una auditoría de la deuda.Ampliación de la democracia, que refuerce los mecanismos de participación directa y capacidad de decisión de los ciudadanos sobre los asuntos claves del país y sobre los cargos electos. Reforma del Código Penal para dar a la corrupción el mismo tratamiento que la ley reserva para el crimen organizado, dirigida a eliminar las tramas de corrupción, a perseguir a los bancos y monopolios que se han beneficiado, y obligar a que devuelvan el dinero robado.Y una política de frente amplio que haga posible una nueva mayoría social, trabajando por unir e implicar en estos objetivos al 90% de la sociedad, desde trabajadores, parados, pensionistas, pequeños y medianos empresarios, autónomos y profesionales a fuerzas y colectivos sociales y políticos.