Armando Bo

Tras los pasos de un genio

Armando Bo, nieto del mí­tico director argentino, se embarcó con Nicolás Giacobone en la última genial aventura de Alejandro González Iñárritu. El resultado del viaje es una pelí­cula que «no huye, no se espanta, permanece ahí­, con el foco abierto, mirando lo que hay»

Aún ecando de pretencioso, el título de este artículo engarza la búsqueda de Armando. Un nieto buscando el genio familiar, un publicista buscando el genio del cine, un guionista buscando el genio en la dirección. “Biutiful” aspira a ocho Goyas y al Oscar por la mejor película de habla no inglesa. Más allá del resultado “Biutiful” ha rasgado las pantallas y revuelto los estómagos agradecidos. "Biutiful" es una película que levanta alfombras y remueve conciencias… Amada u odiada, ¿no? Precisamente, ¿cómo habéis percibido la reacción del público y de la crítica? Si algo levanta controversia es porque es interesante. Ese es el lado positivo. No es una película cómoda, y hay gente que no le gusta ir al cine a incomodarse. Yo la primera vez que la vi me encantó. Es bueno que genere controversia, que es lo que pasa con las grandes películas. Luego el cine es muy subjetivo. Todo el mundo puede opinar. No es frecuente bajar la mirada a ese nivel: el lumpen-proletariado relacionándose con inmigrantes ilegales en una capital de glamour europeo… Totalmente. Estaría bueno que reconozcan, de alguna manera, lo arriesgado de un proyecto de esta envergadura, estando Javier como estrella principal, y que no es una película “pochoclera” (“pochoclo” es como se le llaman a las palomitas de maíz en Buenos Aires). Una película que habla de una realidad social que está ahí, en todas las grandes ciudades, como decís vos. A pesar de que dicen que es una película negativa, uno sale del cine agradecido de lo linda que es la vida y queriendo ir a ver a su familia. Aunque te deja dolido y te revuelve las entrañas. Contrastan las mismas panorámicas de Barcelona que “Viki Cristina Barcelona”, pero con temblores diferentes… en “Biutiful” aparece una ciudad inquietante. Son dos realidades, y existen las dos. Ninguna puede negar a la otra. Todo el mundo conoce determinados lugares, como la Torre Eiffel, La Sagrada Familia o los pueblitos en Italia que son casi turísticos. Pero casi no quedan lugares que sean de verdad. El retrato que hace Alejandro de Barcelona yo lo viví en primera persona. Cuando hicimos las localizaciones yo estaba parado en Santa Coloma y casi no había españoles. La mayoría eran argentinos, peruanos, chinos, africanos… de todo menos españoles. Los dos retratos son válidos. El de Woody Allen existe puntualmente, porque los vemos todos… el Louvre, Gaudí… lugares donde todo el mundo va. Y luego están aquellos en los que Alejandro ha profundizado y que es bueno saber que existen. El mismo Alejandro habla de “la belleza en la sordidez”, es decir, hasta en la degradación hay valores de humanidad, de ternura, determinación… Esto es lo difícil, lo que, cuando prejuzgas la película, a primera vista no ves. Pero si uno busca encuentra esa luz. Y eso es lo bueno, que la película no da luz todo el tiempo, sino que cuando la da es enorme. El personaje de Javier intenta portarse como debe, sinceramente, pero son muchos los obstáculos. Como lo que ocurre con las estufas, de un buen gesto surge una tragedia… ¿buscasteis ese contraste trágico? La historia fue apareciendo. Fue una búsqueda dentro de la improvisación. De todas maneras la película es una tragedia clásica que venimos viviendo desde hace mucho tiempo. Estos elementos fueron apareciendo en el proceso, porque eso es lo que pasa en la vida, uno busca hacer las cosas bien y a veces no salen. Como que sería irreal que no fuera así. Uno no puede estar decidiendo sobre todo. Estas cosas pasan… y es lo primero que hay que asumir. Otra escena de choque es la de la persecución de los manteros. Un hecho que se ha convertido casi en el folclore de cualquier gran ciudad es presentado como un acto fascista. Cuando trabajamos en el guión hubo un “research” (investigación) muy importante amparado en la realidad y en las cosas que realmente pasan. Cuando uno estaba en la Plaza Cataluña o en Las Ramblas y veía a los del top-manta salir corriendo… no se si sucede exactamente así, como aparece en la película, pero cuando entrevistábamos a esta gente te contaban cosas como la que pasa en la película. Lo cierto es que están ahí pero hay gente a la que le incomoda verlas o saber que existen. Sin duda no es que ocurra así siempre, sino que la película “esencia” el hecho… Totalmente. Hablemos de tu Opera Prima, “El ultimo Elvis”. ¿Qué nos vamos a encontrar? Realmente fue esta película la que nos permitió entrar en contacto con Alejandro. Cuando leyó el guión nos convocó para contarnos la historia que tenía en la cabeza y empezar a escribirla con él. Como primera medida sirvió para estar presentes en “Biutiful” que nos gusta mucho. “El último Elvis” es la historia de un hombre que vive en Avellaneda, que es un barrio de las afueras de Buenos Aires, y que tiene un don con la voz, canta exactamente como Elvis. De alguna manera decide vivir su vida a través de la de Elvis y no de la suya propia. Es metafóricamente hablando lo que pasa mucho hoy a través de los medios, con la gente que quiere vivir la vida de otros. No es una película costumbrista argentina, sino la vida de un personaje que no tiene personalidad propia. La película trata de meterse en su cabeza y seguirle todo el tiempo para mostrar su punto de vista, en definitiva, porque cree que es Elvis Presley. ¿Cómo ha sido la experiencia de tu primera película como director? La verdad es que fue genial poder participar en “Biutiful” y ver a Alejandro trabajar, porque me pulió un montón de cosas. Yo he sido director publicitario durante diez años, es decir, he dirigido pero nunca tan cerca de un cine tan real. Poder rodar “El último Elvis” habiendo vivido la experiencia de “Biutiful” ha sido fundamental para mi a la hora de contar las cosas y encarar una película, que es independiente, pero no una “pequeñita” película argentina. La experiencia fue fundamental para mi a la hora de ofrecer un resultado bien producido. Supongo que es inevitable que tu experiencia publicitaria, contar historias exprés tan concentradas, haya influido a la hora de hacer cine, ¿no? Hace tres años te hubiera dicho otra cosa pero… por una parte hay maneras y técnicas que están hermanadas, y por otra hay cosas que te permite una película, profundidades y sensibilidades, que la publicidad no te permite, y que tampoco se buscan. La publicidad tiene otro fin, aunque te enseña a resumir y eliminar todo aquello que no sirve o aburre. Tanto en “Biutiful”, que Alejandro también tuvo en la publicidad su escuela hace mucho tiempo, como en “El último Elvis”, siempre se cuenta algo, no se llenan espacios… que no hayan muchas caminatas ni cosas que, en realidad, no sirven. Es una escuela de síntesis. En España tanto el mundo de las series como el de la publicidad están dando muy buenos profesionales y excelentes productos cinematográficos… Es que la publicidad tiene mucha prueba y error. Cada mes uno prueba algo diferente y ve cómo reacciona la gente. Se prueban un montón de cosas visuales, porque en la publicidad uno puede permitirse ver cómo bancar los presupuestos, cosas que haciendo un corto cada cinco años no podrías hacer. Yo desde luego he llegado a la película con el ojo y la experiencia muy trabajada en cuanto a las herramientas visuales que tenía. Creo que es una buena escuela. Por otra parte el cine es el contenido. Si trabajas en la publicidad y quieres hacer una película tienes que tener claro esto. No se puede pretender trabajar solo con imágenes en las que realmente no pasa nada. En definitiva: un trabajo visual importante y algo que decir. ¿Cuál va a ser el recorrido de “El último Elvis”? Estamos viendo a qué festival va. Lo interesante sería estrenarla en julio. Además Alejandro es también productor de la película. Nos gustaría llevarla a todas partes. Estamos cerrando con vendedores internacionales y todo ese proceso que para mi es nuevo. Permíteme… el año pasado triunfó en los Goya “Celda 211”, una película que coge como protagonistas a un grupo de presidiarios que se rebelan, mostrando cómo gente capaz de terribles crímenes se enfrenta al poder desde la lealtad y el coraje… mostrando las entrañas del sistema penitenciario. “Biutiful” tiene ocho nominaciones. ¿No hay ahí una apuesta por un cine que desentraña la realidad y te muestra lo incómodo, lo que se oculta o se encierra porque no se quiere ver? Creo que es vital que suceda eso, porque sino el cine va a perder una batalla terrible contra las series de televisión. El cine necesita remover, si es solo para entretener es más fácil quedarse en casa viendo una serie en televisión. Para llevar a la gente a las salas es necesario que pasen cosas. Cuando uno ve una película y termina, si te cuestionas cosas o te hace sentir de tal manera… creo que ese es el poder del cine. Si no ocurre eso se está apoyando que se pierda ese poder que tiene. Es que “Biutiful” habla de la esclavitud del siglo XXI… Totalmente. Creo que también es el cine que a Alejandro le interesa. Un cine que te lleva a mirar lo desagradable, pero que al hacerlo descubres que está lleno de vida y de verdad. Sí, claro. Desde luego no es una película para aburrir. Más allá de tratar un tema social hay una trama que te atrapa. También está hecha para entretener, y es importante. Una película debe mantenerte agarrado de los huevos para que en ningún momento te aburras. Uno debe trabajar para eso. Y te guste o no eso es lo que hace “Biutiful”. Es intensa. Luego está abierta a lo que cada uno quiera opinar, claro. Pues nada más y “mucha mierda” en los premios. Un gusto, maestro. Los Goya en Foros21 Oscar Aibar Director de “El Gran Vázquez” “Toda su generación venía entroncada con el gran humor satírico español, Florez, Mihura… es un humor muy arraigado en lo español, la picaresca. Así como el western nació por y para la cultura norteamericana, la picaresca es por y para la cultura española… “se más listo que el que te quiere engañar”. Y la película utiliza mucho esto. Ellos lo hacían sin saberlo[…] Yo hago viajar al espectador durante una hora para que se plantee qué sería de su vida si fuera así: no pagues, deja a tu mujer por una que te encuentras en la calle… digamos que luego exploto las consecuencias, y para eso he hablado con mucha gente que sufrió las consecuencias de esta manera de ser de Vázquez. La pregunta es: ¿valdría la pena pagar este precio?” “La gente que ha analizado lo que se ha llamado el “Bruguera way of life”, no solo Vázquez, sino los cómics de los 60, finales de los 50, hablan de tres constantes: ridiculización de la autoridad, como el Superintendente de Mortadelo y Filemón; la familia, no como ese rollo modélico, sino como algo desestructurado, caótico y salvaje, como la familia Cebolleta, siempre tirándose los trastos y viviendo como animales; y luego el trabajo, no como salvación, sino como “la chapuza establecida”. La gente no vive para trabajar sino que trabaja para vivir, es un mecanismo, no un objetivo. Esa era la filosofía y Vázquez era el número uno. Vázquez se rebelaba contra lo establecido, no creía en la familia y su vida es un canto a “no trabajes, vive”. Eso era Vázquez y Bruguera.” “Lo que él hacía en su vida era por rebeldía. La primera vez que estuvo en la cárcel fue por un tema de cheques con Bruguera, pero, en definitiva, era porque acumulaba muchas deudas. Cuando no le pagaban algo iba a un hotel de lujo y les enviaba la factura, o les enviaba las páginas en blanco… les hacían entregar no se cuantas páginas a la semana y firmar un papel que decía que el personaje que habían creado no era suyo sino del señor Bruguera, que se le había ocurrido a él. Vázquez se rebelaba todos los días como podía, no era un perrito fiel.” Jordi Gasull Guionista de “Lope” “La película se centra en el Lope joven que vive con pasión todo lo que hace, con gran intensidad. Y es más, hay quien pregunta a quién ama de las dos. Y es que ama a las dos, y por eso sufre su corazón. Y de hecho cada una es diferente. Lo que él hace, Elena de Osorio es incapaz de hacerlo. Parece una mujer adelantada a su tiempo, pero es la que está más presa de las convenciones. Hace lo que dicta su padre y le pone una barrera al amor, siendo una mujer que le ha puesto los cuernos a su marido, es una empresaria teatral, manipula a su padre y a Lope, pero al final es incapaz de romper con sus comodidades.” “Los españoles del XVI hicieron barbaridades, pero muchas más barbaridades hicieron los ingleses del XVII o los norteamericanos del XIX, y se han ido de rositas. Si viajas por Iberoamérica y ves el porcentaje de población con herencia indígena, y haces lo mismo en Norteamérica, yo creo que se pueden extraer conclusiones. La cultura anglosajona es la dominante, y sin quitarle mérito a Shakespeare que es maravilloso y un monstruo de la literatura universal, Lope no le va a la zaga. Es una figura que hay que reivindicar más allá de nuestras fronteras. Y la película ayudar a eso; un autor que se merece más reconocimiento no solo por la extensión de su obra sino por la calidad… y no solo por el teatro sino por sus maravillosos sonetos. Estos días he visto a chales pasando en Twentti el Soneto 126, el de “esto es amor, quien lo probó lo sabe”. Es maravilloso que esta película ayude a los jóvenes a recuperar un acerbo cultural que debemos lucir con orgullo.”