Ante los brutales atentados de los que está siendo objeto Francia, desde estas páginas queremos expresar todo nuestro apoyo y solidaridad con el pueblo francés, y denunciar que toda forma de terrorismo -no importa bajo qué justificación, sea política o religiosa, intente disfrazarse- es pura y simplemente fascismo.
Francia vuelve a ser el objetivo de la barbarie del terrorismo yihadista, con tres ataques en una misma jornada. Al menos tres personas han muerto en una iglesia de Niza tras un brutal ataque con cuchillo perpetrado por un terrorista. Poco después, la embajada francesa en Arabia Saudí era también atacada por otro hombre armado con un arma blanca, dejando herido a un vigilante. Y el tercer ataque se ha registrado en Avignon, donde un yihadista -también armado con un cuchillo y al grito de Allahu akbar (Alá es grande)- se ha abalanzado sobre unos agentes, siendo abatido.
Esta oleada de ataques se produce en un momento de gran tensión en el país vecino, que además vive un rápido empeoramiento de la segunda oleada del coronavirus. Hace pocos días, el 16 de octubre, se produjo el brutal asesinato yihadista de Samuel Paty, un profesor francés de Historia de 47 años que había mostrado en clase recientemente las caricaturas de Mahoma de Charlie Hebdó, las mismas que le valieron a la revista satírica ser el blanco del brutal atentado de 2015. El docente fue atrozmente degollado en Conflans-Sainte-Honorine, un pequeño municipio en las afueras de París. Su asesino, un terrorista de origen checheno de tan solo 18 años y adscrito al fanatismo religioso, fue abatido por la policía al tratar de ser detenido.
Tras el asesinato de Paty, que -como los producidos ahora- conmocionó a la sociedad francesa y sacó a cientos de miles de ciudadanos a la calles de todo el país a mostrar su repulsa, el gobierno de París ha lanzado una ofensiva en defensa del «laicismo», exponiendo las caricaturas de Mahoma de Charlie Hebdó en lugares públicos. Algo que ha generado protestas fundamentalistas en diversos países islámicos y tensiones diplomáticas con países como Turquía. El triple ataque de Niza, la embajada y Avignon se produce como represalia del terrorismo islámico frente a esta respuesta de Macron.
Francia ha sido repetida y cruelmente atacada en los últimos años por el terrorismo de signo yihadista. Además del ataque a Charlie Hebdó en 2015, en noviembre del mismo año ocurrió la matanza de la sala Bataclan en París y otros lugares de la capital; en julio de 2016 tuvo lugar el ataque terrorista con un camión en el paseo marítimo de Niza; también hay que incluir en esta macabra lista el ataque de Marsella en octubre de 2017, cuando un terrorista atacó a dos mujeres con un cuchillo, causándoles la muerte. El asesinato de Samuel Paty ha tenido el trágico precedente el ataque, hace pocas semanas, de dos transeúntes frente a la antigua redacción de Charlie Hebdo, justo cuando ahora se celebra el juicio a sus terroristas.
Cualquier forma de terrorismo, de usar la muerte y el horror con fines políticos, no tiene otro nombre que fascismo. Nuestro país y nuestro pueblo, que durante tanto tiempo han sufrido la lacra del terrorismo de ETA y también del fanatismo yihadista, bien sabe que la forma de derrotar a estas camisas pardas y su totalitarismo fanático es la unidad y la solidaridad.
Al pueblo francés le decimos: ¡Estamos con vosotros! ¡No pasarán!, ¡Ils ne passeront pas!