Juan Gil es un sabio capaz de abordar, con profundidad y rigor, diversos campos. Como él mismo declara, “siempre me ha movido el deseo de conocer”. El que conduce a un destacado filólogo y latinista, miembro de la Real Academia Española, a publicar algunas de las obras históricas de referencia sobre la época de los descubrimientos.
Es imprescindible visitar los “Mitos y utopías del descubrimiento”, para comprender el imaginario que movía a los conquistadores. O repasar su edición de “Legazpi, el tornaviaje. Navegantes olvidados por el Pacífico Norte”, para conocer a los hoy olvidados navegantes que convirtieron al Pacífico en “el lago español”
“Mitos y utopías del descubrimiento”
Ha elaborado algunos de los estudios de referencia sobre la época de los descubrimientos y los grandes navegantes, pero usted es filólogo. ¿Cómo surge ese interés por ese periodo clave que gira en torno al descubrimiento de América?
Por una razón muy sencilla. En el Descubrimiento, y en toda la expansión europea, especialmente la española, están muy presentes los mitos de la antigüedad. Colón descubre Amazonas, y habla de grifos y de hombres que tienen cola. Nos movemos en un mundo que es totalmente de la literatura clásica. Colón descubre la India, y de la India se contaban en la antigüedad cosas extravagantes. Es el mundo al revés, el mundo de lo que está lejanísimo, envuelto en mitos. Colón lo que ve es otra realidad, y la interpreta a partir de lo que él sabía de la India. Todo esto se refleja en los mitos.
También por lo que dice la Biblia, que habla de una región riquísima en oro de donde Salomón saca el necesario para construir el segundo templo. Y esa mina la descubre Colón. No es casualidad que después, en el Pacífico, los españoles descubran las Islas Salomón, que todavía tienen ese nombre.
A mí me fascinó y me dejé llevar. Evidentemente, después me interesaron las grandes figuras de los exploradores y los navegantes.
Usted ha escrito una obra de referencia para los estudiosos del Descubrimiento, “Mitos y utopías del Descubrimiento”, en el que documenta el importante papel de los mitos clásicos en el descubrimiento y la colonización. ¿Qué influencia tuvieron en lo que sucedió?
Una influencia enorme. Por ejemplo, cuando Colón se queja de que sus hombres creían que iban a llegar a La Española (República Dominicana) y se iban a encontrar con jauja, que iban a coger oro en la arena. Eso es lo que se decía de la mina del Rey Salomón, lo que la gente creía que se iba a encontrar. El choque debió ser muy grande.
Para aquellos hombres, los mitos eran verdad y tenían una fuerza grandísima
Colón es un visionario. Cree que se están desarrollando las profecías del fin del mundo. Todas las profecías de Isaías, él las interpreta como si estuvieran ocurriendo. Esto que ahora nos provoca incredulidad, para ellos era verdad y tenía una fuerza grandísima.
Estamos aburridos de oír hablar de la globalización como un nuevo fenómeno, sin embargo, el viaje de Magallanes-Elcano creó ya una primera globalización. ¿Qué influencia tuvo, y cuáles fueron sus repercusiones económicas, políticas, para la ciencia, para el cambio de mentalidades?
Una repercusión inmediatamente política, que es el enfrentamiento entre España y Portugal por la posesión de la especiería. Y tiene en España un efecto inmediato, que es la creación de una Casa de Contratación de la Especiería, pero no en Sevilla sino en La Coruña, que inmediatamente va a contar con la animadversión y el recelo de la Casa de Sevilla, y del capital sevillano, por decirlo así. Se crea pensando en que La Coruña está más cerca de lo que sería el destino de la especiería traída, que sería Flandes.
Y, por otro lado, tiene un efecto, el viaje, que atrae al capital extranjero, y no solo al genovés, que es lo que vemos en Sevilla, sino al capital alemán. Empiezan a aparecer los Fúcares y los Welser, que hacen un contrato con la Corona por el cual les permiten poner dinero en los cinco viajes siguientes. Cuando Carlos I venda la Especiería a Don Juan III, se genera un conflicto con los Welser y los Fúcares, que ponen una querella al rey por lucro cesante, porque han perdido dinero por no poder hacer estos viajes. Meten un pleito tremendo que se conserva en el Archivo General de Indias.
Cuando se revisa este episodio se suele dar una imagen únicamente sombría, identificándolo como algo “retrógrado”. Como todo acontecimiento histórico, tuvo sus luces y sus sombras, pero ¿no es una de las fraguas de la modernidad, que sin él no existiría el mundo moderno?
Hay una vitalidad y un empuje enorme. Sobre todo, España y Portugal demuestran tener una vitalidad grandísima en comparación con los otros reinos europeos, especialmente Francia e Inglaterra, que tardan mucho en incorporarse a la carrera por los descubrimientos. Es como pasa ahora en la carrera espacial, en la que hemos asistido a la lucha entre USA y URSS, y los demás están como espectadores.
Hay que tener en cuenta que de esa supuesta edad retrógrada hay relaciones impresas que se convierten en best-sellers, y con Magallanes ocurre lo mismo. Rápidamente, toda Europa conoce lo que ha pasado. Por una parte existe la imprenta, y por otra hay alguien que lo ha escrito, como el secretario de Carlos V, Maximiliano Transilvano. Un hombre importante; su tío es Cristóbal de Haro, uno de los financiadores del viaje. Maximiliano escribió en latín un resumen del viaje que se imprimió varias veces en el mismo año.
Es una época muy vital.
¿Qué condiciones, que solo España era capaz de aunar en aquellos momentos, hicieron posible la expedición?
La voluntad de hacerlo, porque posibilidad de hacerlo tenían Francia e Inglaterra. Caboto, un veneciano al servicio del rey inglés, Enrique VII, llega poco después que Colón al continente americano, sin embargo no hay continuidad de ese viaje.
España y Portugal demuestran tener voluntad en comparación con los otros reinos
Desde el punto de vista de la expansión española y portuguesa, llega Colón en 1492 y en el 93 parte una armada para colonizar aquello. En 1498 llega Vasco de Gama a la India, e inmediatamente después parte una armada para llegar y establecerse en la India. Hay voluntad de hacerlo, cosa que falta en Inglaterra, hasta los tiempos de Drake, que es cuando empiezan de verdad a querer establecerse en el Nuevo Mundo, y Francia igual.
En el IIº Congreso Internacional sobre la Primera Vuelta al Mundo, usted hizo una intervención, bajo el título “El rol del viaje de Magallanes”, en el que daba una visión, poco conocida, sobre la intrahistoria de ese viaje, los hombres que lo hicieron posible, desde los dirigentes a los marineros. ¿Cómo eran esos hombres?
El viaje de Magallanes era una Babel de lenguas. Más de la mitad son españoles, pero luego hay treinta y tantos portugueses, franceses, italianos, que es un contingente enorme, hay 8 griegos, alemanes, ingleses, irlandeses…
Hay veces que uno se pregunta cómo se podrían entender entre ellos. He pensado muchas veces que esta conmemoración se tendría que haber hecho como una empresa europea protagonizada y dirigida por España. De los 8 griegos sobreviven 4, algo que da muestra del espíritu de supervivencia de los griegos, porque de los demás la ratio es menor.
Son 18 hombres los que llegan a Sanlúcar en la primera hornada. Luego, 7 u 8 se quedan en Cabo Verde, y después están los supervivientes de la Trinidad, capturados por los portugueses en el Maluco, de los cuales no sabemos los que quedan, porque probablemente unos se quedarían en la India, otros en Portugal… sabemos que llegan taxativamente hombres como Gómez de Espinosa, que era el capitán, y otros más, pero solo unos cuantos nombres. Es una gran gesta para un pequeño grupo de hombres.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que la vuelta al mundo no entra en los planes de Magallanes. En la Capitulación se comprometen a no surcar aguas que pertenecían al rey de Portugal. Si hubiera vivido Magallanes, no hubiera hecho nunca la circunnavegación. En esto, Magallanes era muy estricto, además era portugués y no iba a contravenir lo firmado con Carlos I.
Ese Pacífico descubierto por los españoles, es donde se está ahora gestando la política mundial
Lo que ocurre es que hay que dar cuenta de todo esto al rey, y solo quedan dos naves. Hay dos caminos de vuelta, el de Magallanes, surcar el Pacífico otra vez y volver a la costa de Nueva España, y el otro, surcar aguas portuguesas, contraviniendo las órdenes del rey. Como hay que dar parte al rey, deciden que ‘tú vas por ahí y yo por allá’, contravienen una orden, pero es la única manera de hacer llegar al rey que ha sido un éxito la operación. Por eso se hace la vuelta al mundo. Si llega a vivir Magallanes no se hace, no entraba en sus planes en absoluto.
Usted ha participado en la edición del libro “Legazpi, el tornaviaje. Navegantes olvidados por el Pacífico Norte”, dedicado a quienes, en sucesivos viajes, hicieron efectiva la mundialización abierta por Magallanes y Elcano. ¿Qué importancia tuvieron y por qué han sido olvidados?
Realmente no es que estén olvidados, lo que pasa es que a un español le hablas de Gonzalo Gómez de Espinosa y no sabe quién es, y es importantísimo en el viaje de Magallanes. De la primera circunnavegación se sabe poco, así que de los demás viajes el olvido es mayor.
Es una pena porque fueron los españoles los que abren el Pacífico. Los ingleses le llamaban The Spanish Lake (el lago español). En la actualidad el Pacífico va a ser el escenario, como antes lo fue el Atlántico, de la lucha por la hegemonía mundial. Ese Pacífico descubierto y surcado por los españoles, es donde se está ahora gestando la política mundial.
Desde la Real Academia Española ha criticado que “el sistema educativo no le dedique más atención a las lenguas oficiales de España”, afirmando que “sería interesante introducir nociones fonéticas (catalán, gallego y vasco) para que se sepa pronunciar correctamente”. Es una vía de unidad, y no de división, a través de la lengua.
Evidentemente. A mí me duele, porque hay veces que se ve escrito una cosa en catalán… ¿y esto cómo se pronuncia? Al niño español, castellano por ejemplo, no se le ha educado en esto y es un error morrocotudo, porque es una riqueza nuestra. Yo admiro a los catalanes, vascos, gallegos… por ser bilingües. Es una cosa estupenda, cuantas más lenguas se sepa mejor. Y creo que hemos descuidado el educar a los niños en nuestra propia riqueza, en este plurilingüismo.