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Terremoto polí­tico con epicentro en Andalucí­a

Este domingo, de acuerdo con los resultados de las elecciones andaluzas, se ha iniciado un auténtico terremoto político en el país y dos nuevos partidos, sin apenas estructura, Podemos y Ciudadanos, se han colocado como tercera y cuarta fuerza política en Andalucía, tradicional e histórico granero electoral del PSOE, el partido que, además, viene gobernando la comunidad autónoma desde la Junta Preautonómica hace ya treinta y siete años.

De acuerdo con algunos de los pronósticos, sondeos y encuestas de las últimas semanas, el Partido Popular que en votos (1.570.833) y en escaños (50) ganó las elecciones en 2012 , y estuvo a cinco escaños de la mayoría absoluta, se ha hundido electoralmente perdiendo votos, más de medio millón, y escaños, 17. En este caso, el gran derrotado no sólo ha sido el candidato popular Moreno Bonilla, que no ha tenido oportunidad de ser conocido, el candidato de Javier Arenas, de Soraya Sáenz de Santamaría y del propio presidente del Gobierno, frente al candidato de la secretaría general Dolores de Cospedal José Luis Sanz. Sorprendentemente el PP, en la oposición, ha perdido cinco veces más de votos (medio millón) que el PSOE en el poder, algo más de cien mil.

Como se ha venido anunciando, y en algunos casos exigiendo, el bipartidismo sobre el que ha venido funcionando el país desde el inicio de la transición, está a punto de desaparecer .Ya hubo un primer aviso en las europeas del pasado mes de mayo, y ese aviso ha vuelto a repetirse este domingo en Andalucía donde el teórico bipartidismo (esta comunidad nunca ha vivido la alternancia en el poder) ha pasado del 80 por ciento al 62 por ciento. Todavía el bipartidismo no ha muerto, pero ha iniciado ya el camino de su desaparición.

Ahora se inicia una etapa decisiva: la etapa de los pactos. Probablemente Susana Díaz, la gran triunfadora de la noche junto con Podemos y Ciudadanos, no tenga el mínimo interés en mover ficha para no descubrir la jugada estratégica de cara a las autonómicas y municipales del próximo mes de mayo. Aunque ella ha pedido total libertad para pactar, sin estar condicionada por la dirección federal del partido, tiene a mano intentar un acuerdo con Ciudadanos. ¿Le conviene a ella? ¿Le conviene en estos momentos a Ciudadanos? Probablemente no le conviene a ninguno de los dos. En cuestión de meses, cambiar un pacto con Izquierda Unida por otro con Ciudadanos no responde al clima que parece desprenderse de los resultados de este domingo.

La pregunta que se hacen los expertos es si estos datos son extrapolables a las autonómicas y municipales del próximo 24 de mayo, esas que son contempladas por Mariano Rajoy y por el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, con creciente preocupación, en tanto los resultados pueden condicionar de algún modo, en el futuro personal de ellos, dentro de sus partidos e influir en sus candidaturas a la Presidencia del Gobierno en las elecciones generales de finales de este año o principios de 2015. Y, sobre todo, si los dos nuevos partidos van a desplazar a ese bipartidismo que definitivamente ha entrado en crisis.

Para Rajoy, después del fiasco andaluz, una segunda derrota en las autonómicas y en las municipales (por la poca capacidad de pacto que tiene en estos momentos su partido ya que el principal objetivo de varias formaciones es “terminar con el PP”) y, por encima de todo, la pérdida de Madrid y Valencia, dos de sus históricos graneros electorales, generará un movimiento de rebeldía, que intentará utilizar al expresidente José María Aznar, -cada vez mas critico con Rajoy y preocupado por el partido- como ariete para replantear la candidatura a la Moncloa.

Para Sánchez, la de este domingo ha sido una victoria de Susana Díaz y no de él, ni del partido, porque, además, así ha querido plantearlo ella desde el principio, con una campaña tan personalista que no ha dado siquiera al secretario general el lugar que se merecía. Le han invitado a lo realmente imprescindible. Este domingo se examinaba solo ella, y en mayo, el que se examinará será él, y él tendrá que cargar con las consecuencias que se deriven de los resultados. De todos modos, en caso de fracaso (aunque el PSOE tiene mucha más capacidad de pacto que el PP) no se le puede endosar a Sánchez, que no deja de ser un recién llegado. Todo el fracaso de un partido inició su larga crisis en el reinado del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, convertido, en estos momentos, en uno de los máximos conspiradores dentro de la organización. Tanto que el propio Sánchez, tan prudente en casi todo, ha llegado a confesar a los periodistas que hubiera preferido que se hubiese quedado en Cuba tras su polémica visita a Raúl Castro.

En fin, para Podemos y Ciudadanos el camino sigue lleno de incógnitas, en las que influye mucho la necesidad de tener en marcha una estructura partidaria eficaz amplia, aunque hay una tendencia general que parece responder a un esquema que han venido dibujando los sondeos y estudios demoscópicos: Podemos tiende a estabilizarse y Ciudadanos parece que seguirá creciendo con clara tendencia al alza…

En resumen, este domingo se ha iniciado un terremoto político cuyo epicentro está localizado en Andalucía y que se extenderá dentro de mayo por toda España, con repetición de los temblores a finales de año.