Opinión

Terquedad empecinada

En el 2005, año del Quijote, el escritor colombiano Fernando Vallejo ronunció un discurso que todavía hoy sigue produciendo choques de trenes: "En un lugar de La Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme…". Así empieza nuestro libro sagrado, con el "no quiero" más famoso que haya dicho un español en los mil años bien contados que lleva de existencia España. Y vaya, que es decir, pues para empecinados los españoles, que le hubieran podido dar lecciones a mi abuelo. ¿Y por qué no quiere acordarse Cervantes del nombre del lugar de La Mancha? Porque no se le da la gana. No quiere y punto. España no necesita razones. ¡Ah, cómo me gusta ese "no quiero", cómo lo quiero! En él me reconozco y reconforto, yo que sólo he hecho lo que he querido y nunca lo que no he querido. (…) Así somos: queremos cuando queremos, y cuando no queremos no queremos. España es una terquedad empecinada.” Con la muerte de uno de los grandes genios de la literatura, José Saramago, y el principal emblema del iberismo, o como él decía, del trans-iberismo, es decir, la unidad ibérica e iberoamericana, es necesario subrayar y echar leña al fuego. Coincidiendo con el Día del Español, el Instituto Cervantes ha presentado su informe anual en el que se manifiesta un avance rotundo del español en el mundo. De la gente que lo habla, que lo estudia, que lo enseña… el dato más significativo es el que sitúa en el 2050 a Estados Unidos como el país con más hispanohablantes del planeta. Una fuerza nada desdeñable teniendo en cuenta, como hemos señalado en estas páginas, que los hispanos han sido, por ejemplo, clave en la victoria de Obama. Pero en el terreno que nos ocupa, el de la cultura, el arte y el pensamiento, el desarrollo del español no significa la extensión de un poder de dominio, obvio por otra parte, ni la influencia de tal centro de poder, menos si hablamos de España que a estas alturas no tiene poder ni sobre sí misma. Lo que evidencia es el avance de toda una forma compleja, mestiza y honda de ver el mundo, el arte, la cultura… Hablamos pues de un fenómeno de múltiples caras y aristas, que en hunde sus raíces en muy diferentes realidades. Desde el iberismo de Saramago a la incorrección política de Vallejo, desde el movimiento hispano norteamericano a el aniversario de la independencia de las colonias iberoamericanas. Esta forma de comprender el fenómeno nada todavía a contracorriente contra los restos residuales de la Leyenda Negra, la subversión de la historia reciente iberoamericana y la fuerza de una sociedad llena de vida, de “terquedad empecinada” e iniciativa creadora. Cada paso dado en la dirección de fortalecer la unidad del mundo hispano e iberoamericano debe ser alentado y desarrollado.