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El 21 de abril de la semana pasada falleció una de las físicas españolas más relevantes de las últimas décadas. Educada en la Universidad de Zaragoza y posteriormente en la Universidad Autónoma de Madrid es una de las físicas españolas más destacadas en la física de partículas. Nacida en Santander y catedrática de física atómica en la Universidad de Cantabria.
El modelo estándar de partículas que hoy en día se conoce, no hubiese sido posible sin científicas como Teresa Rodrigo. Ella se formó con Carlo Rubbia poco después de que le concediesen el Premio Nobel de Física en 1984 por el descubrimiento de los bosones W y Z.
Ella misma desarrolló un trabajo brillante en el detector de colisiones en el Fermilab en EE.UU. que llevó al descubrimiento del quark pesado top en 1995.
No sólo eso, fue pionera también en incorporar instituciones españolas en los experimentos de mayor nivel. Después de incorporarse a la Universidad de Cantabria en 1994 impulsó la entrada del Instituto de Física de Cantabria en el experimento del Fermilab.
Más tarde fue la primera española en trabajar en la Organización Europea para la Investigación Nuclear, mejor conocida por sus siglas en francés: CERN. Participó en el descubrimiento de la partícula Higgs, hito de la física de partículas en los últimos años presidiendo una colaboración científica ahí de más de 2500 personas y trabajando con los detectores Atlas y CMS del CERN.
Son muchos los físicos los que han lamentado su pérdida en los últimos días destacando su brillantez, su carácter amable y el hecho de que ha sido pionera tanto a nivel científico como de líder científico promoviendo de forma destacada la participación española en los experimentos de máximo nivel mundial.