«El movimiento surgido poco antes de las elecciones municipales ha demostrado que sigue manteniendo una importante capacidad de convocatoria, no solo entre los jóvenes, sino entre los ciudadanos que se sienten perjudicados por los efectos y por la gestión de la crisis económica. También deja patente el carácter no violento de las protestas.»
Defender el derecho de unos ciudadanos a manifestarse no es lo mismo que avalar sus osiciones y sus consignas. El Pacto del Euro alcanzado por el Consejo Europeo en marzo conllevará sacrificios en los países de la eurozona cuyas economías estén en peores condiciones a la hora de obtener financiación internacional para su deuda. España se encuentra entre ellos, sin que, llegados a este punto de debilidad, ni el actual Gobierno ni ningún otro disponga de margen para evitar una política de austeridad. Los indignados se sienten perjudicados, y con razón, por el reparto de costes que supone esa política. No es un panorama halagüeño, pero es el que tendrán que resolver los responsables políticos tratando de encajar los distintos intereses. (EL PAÍS) LA VANGUARDIA.- Después vinieron los Fets de Juny, que traerán cola –más de la que cree alguna gente habituada a pensar que en Catalunya los conflictos de fondo quedan resueltos una vez emitido el correspondiente sketch humorístico en TV3–. Los Fets de Juny traerán cola y algún día sabremos si el intento de secuestro del Parlament de Catalunya fue un acontecimiento radicalmente espontáneo. Y, por último, había ayer más gas carbónico en la manifestación de Barcelona porque la Generalitat de Catalunya es la única administración que está diciendo la verdad –o media verdad– a los ciudadanos: hay que cortar en la sanidad, en la educación y en lo servicios sociales para evitar la bancarrota del Estado de bienestar. En el resto de las autonomías –trece de ellas en fase de cambio o ajuste de gobierno– se sigue disimulando. Esa es la otra foto fundamental del momento español. EL MUNDO.- La mejor solución para la economía española son elecciones anticipadas, según un informe remitido a sus clientes de todo el mundo por la división de investigación y análisis de Citigroup, uno de los mayores grupos financieros de EEUU y del planeta. El informe de Citi considera que habría más control presupuestario si el PP controla el Gobierno y la mayoría de las autonomías. Se trata de un análisis sobre «la crisis de deuda soberana de la Eurozona» fechado el pasado lunes 13 al que ha tenido acceso EL MUNDO y en el que los expertos de Citi aseguran: «Los sondeos apuntan que el principal partido de la oposición, el Partido Popular, logrará una probable victoria con amplia mayoría. Pensamos que unas elecciones anticipadas serían realmente positivas para España porque proporcionarían al país mayor estabilidad política y provocarían una dirección coherente del presupuesto de la Administración central y de las comunidades autónomas». Editorial. El País Tercera indignación Por tercera vez en pocas semanas, los indignados han vuelto a marchar por las principales ciudades españolas, y también en algunas europeas. El movimiento surgido poco antes de las elecciones municipales ha demostrado que sigue manteniendo una importante capacidad de convocatoria, no solo entre los jóvenes, sino entre los ciudadanos que se sienten perjudicados por los efectos y por la gestión de la crisis económica. También deja patente el carácter no violento de las protestas. El clima pacífico en el que los miles de manifestantes recorrieron las calles demuestra el error político de intentar criminalizarlos, describiéndolos como cómplices, o incluso integrantes, de grupos que practicarían la kale borroka o la guerrilla urbana. Esto es lo que hicieron la pasada semana el consejero de Gobernación del Ejecutivo catalán, Felip Puig, además del propio presidente de la Generalitat, Artur Mas. Arrojar sospechas de trazo grueso sobre la totalidad de los ciudadanos que participan en las protestas no servirá, más tarde o más temprano, para seguir ocultando la principal evidencia hasta el momento: que es en Cataluña, y solo en Cataluña, donde han tenido lugar incidentes graves. Las únicas explicaciones posibles serían, o bien que el fenómeno de los indignados solo ha generado brotes de violencia en la comunidad catalana, o bien que la gestión del Gobierno de Artur Mas ha sido incorrecta, o ambas cosas a la vez. El consejero Puig sigue debiendo una explicación detallada de las decisiones que adoptó. Defender el derecho de unos ciudadanos a manifestarse no es lo mismo que avalar sus posiciones y sus consignas. El Pacto del Euro alcanzado por el Consejo Europeo en marzo conllevará sacrificios en los países de la eurozona cuyas economías estén en peores condiciones a la hora de obtener financiación internacional para su deuda. España se encuentra entre ellos, sin que, llegados a este punto de debilidad, ni el actual Gobierno ni ningún otro disponga de margen para evitar una política de austeridad. Los indignados se sienten perjudicados, y con razón, por el reparto de costes que supone esa política. No es un panorama halagüeño, pero es el que tendrán que resolver los responsables políticos tratando de encajar los distintos intereses. También los que invocan los indignados cuando, amparados por sus derechos y dentro de la ley, salen a las calles. EL PAÍS. 20-6-2011 Opinión. La Vanguardia La plaza y el palacio Enric Juliana En Madrid, la manifestación contra el estado general de las cosas fue más tranquila que en Barcelona. Más relajada, más de aperitivo dominical bajo un espléndido cielo castellano, y posiblemente menos numerosa, pese a la grandilocuencia de las cinco columnas confluyendo en la plaza del dios Neptuno. En Madrid, los manifestantes no tenían cuentas pendientes con la policía. El palacio y la plaza han pactado en la capital de España y han chocado en Barcelona. Caray, ese sí que es un buen cambio de papeles. El tópico dice que en Barcelona siempre se acaba pactando y que el choque del carnero es cosa de los madrileños, de los mesetarios y de la España visigótica en general. Saber por qué en tan delicada ocasión –la primera protesta a gran escala y sin los sindicatos de por medio desde el estallido de la crisis– se han invertido los papeles de las dos principales ciudades de las Españas es primordial. En Madrid, lo hemos visto estas últimas seis semanas, el primer ministro Alfredo Pérez Rubalcaba toleró con guante de seda la acampada en la Puerta del Sol, pese a la presión en sentido contrario de la derecha madrileña que orbita alrededor de Esperanza Aguirre Gil de Biedma. La movida de Sol concluyó sin incidentes, después de que el Centro Nacional de Inteligencia interceptara el plan de un grupo de exaltados de llevar a cabo un asalto nocturno del Congreso de los Diputados. Desde el primer día, la más céntrica plaza de Madrid estuvo trufada de informantes de la Policía, la Guardia Civil, el servicio secreto y los dos principales partidos políticos. Los estados mayores centrales saben lo que ocurre en el interior del 15-M madrileño. Y los sucesos de Barcelona han tenido la virtud de atemperar a la derecha capitalina He ahí otra curiosa paradoja. Excepto un diario de extrema derecha con delirios de estado de excepción, el tono ha sido muy comedido estos últimos días. Desde la calle Génova han tocado el pito. A Mariano Rajoy no le interesa una España en llamas. En Barcelona todo ha sido bastante más complejo, como corresponde a una gran ciudad que desde hace siglos afronta los conflictos sociales a pelo, porque el Estado fuerte está lejos y el propio, el próximo, es incompleto. En Barcelona, las cosas se envenenaron a raíz de una intervención policial con doble filo. Se pretendía evitar un mal mayor –que la plaza Catalunya fuese un polvorín en plena celebración de la gran victoria europea del Barça–, y para ganar peso en el nuevo escenario político catalán, el conseller de Interior, el impetuoso Felip Puig, quiso interpretar el papel del Capità Collons (Miquel Badia, legendario y discutido comisario de orden público de la Generalitat republicana), con resultados no muy afortunados para el Govern que preside Artur Mas. Después vinieron los Fets de Juny, que traerán cola –más de la que cree alguna gente habituada a pensar que en Catalunya los conflictos de fondo quedan resueltos una vez emitido el correspondiente sketch humorístico en TV3–. Los Fets de Juny traerán cola y algún día sabremos si el intento de secuestro del Parlament de Catalunya fue un acontecimiento radicalmente espontáneo. Y, por último, había ayer más gas carbónico en la manifestación de Barcelona porque la Generalitat de Catalunya es la única administración que está diciendo la verdad –o media verdad– a los ciudadanos: hay que cortar en la sanidad, en la educación y en lo servicios sociales para evitar la bancarrota del Estado de bienestar. En el resto de las autonomías –trece de ellas en fase de cambio o ajuste de gobierno– se sigue disimulando. Esa es la otra foto fundamental del momento español. LA VANGUARDIA. 20-6-2011 Economía. El Mundo Citigroup cree que ‘adelantar las elecciones sería positivo para España’ Carlos Segovia La mejor solución para la economía española son elecciones anticipadas, según un informe remitido a sus clientes de todo el mundo por la división de investigación y análisis de Citigroup, uno de los mayores grupos financieros de EEUU y del planeta. El informe de Citi considera que habría más control presupuestario si el PP controla el Gobierno y la mayoría de las autonomías. Se trata de un análisis sobre «la crisis de deuda soberana de la Eurozona» fechado el pasado lunes 13 al que ha tenido acceso EL MUNDO y en el que los expertos de Citi aseguran: «Los sondeos apuntan que el principal partido de la oposición, el Partido Popular, logrará una probable victoria con amplia mayoría. Pensamos que unas elecciones anticipadas serían realmente positivas para España porque proporcionarían al país mayor estabilidad política y provocarían una dirección coherente del presupuesto de la Administración central y de las comunidades autónomas». Los analistas de Citi justifican este comentario en «la mayoría de las comunidades están ahora gobernadas por el PP» y con unidad de mando habría más control presupuestario. El banco estadounidense admite que adelantar elecciones «supondría a corto plazo que no habrá nuevas reformas económicas ni medidas audaces en el país durante los próximos seis y nueve meses», debido al periodo que se extiende desde la convocatoria y disolución de las Cortes, la campaña electoral y la toma efectiva de posesión del nuevo Gobierno. Pero, incluso con este inconveniente, defiende que Zapatero no agote la legislatura. «El todavía difícil entorno económico, la derrota electoral en las elecciones locales y el creciente descontento de la población pueden ser incentivos para que los socialistas no retrasen más la convocatoria de elecciones», augura. En el análisis lamenta que el Gobierno actual está dando pruebas de que no toma ya medidas importantes. «El nuevo decreto ley de reforma laboral es probablemente otro pequeño paso positivo en la introducción de más flexibilidad, pero no es, a nuestro juicio, una medida decisiva». Lamenta que siga sin atacar «el asunto clave de desligar los salarios de la inflación», porque «los altos costes laborales siguen siendo el mayor obstáculo a la creación de empleo». Otro informe del pasado día 15 del banco británico Barclays critica que el Gobierno aún no ha tomado «medidas correctivas suficientes para cubrir el probable desvío presupuestario de las comunidades autónomas». Pronostica que la vicepresidenta económica, Elena Salgado, no podrá cumplir el compromiso con Bruselas de rebajar el déficit público este año al 6% del Producto Interior Bruto y que lo excederá en un 0,5%. Esta desviación exigirá un recorte adicional de 5.000 millones de euros. Aunque Barclays ve «exagerado» el debate sobre el déficit oculto de las autonomías, sí cree que éstas no cumplirán su compromiso de ajuste. «Creemos que los mecanismos existentes de control son generalmente insuficientes y deben ser reforzados, posiblemente a través de techos de gasto autonómicos», señala a sus clientes internacionales. «España es el país que es verdaderamente sistémico en la periferia del euro y aunque ha conseguido desacoplarse ampliamente de los países intervenidos por la UE y el FMI, continúa viéndose afectado por episodios de contagio transitorio», afirma un informe del banco alemán Deutsche Bank del pasado día 6 de junio. Para eso reclama, entre otras medidas, «un mayor control central de las finanzas locales». A todos ellos se une un informe de Goldman Sachs publicado el pasado jueves en el que se asegura que «la operación más popular del mes en el mercado de renta fija es vender España». Estas preocupaciones son las expuestas por la misión del FMI que, como en años anteriores, analiza la situación económica española. Según ha podido saber EL MUNDO, la delegación del Fondo, encabezada por James Daniel, mantuvo una reunión el pasado miércoles con el coordinador económico del PP, Cristóbal Montoro. Daniel preguntó por el calendario electoral y cómo serían los primeros días de Gobierno del PP. «¿Adoptará un plan de choque o un proceso de reformas gradual?», preguntó el responsable del FMI. «Por supuesto, de choque», respondió Montoro. Los expertos del FMI preguntaron por la última reforma laboral y Montoro y otros diputados del PP explicaron que no es suficiente como para atacar el problema del paro. EL MUNDO. 20-6-2011