Bueno es recordar que Ana Mato suprimió el derecho a la sanidad de más de 900.000 inmigrantes sin papeles y mayores de 26 años sin cotización a la Seguridad Social. No darles la tarjeta sanitaria significa dejarles que acudan al ambulatorio hasta las elecciones. Después ya veremos. La sanidad universal, que de diferentes formas (a través de crecientes listas de espera, medicamentazos, copagos…) ya venía deteriorándose paulatinamente desde hace décadas, daba así un paso atrás de gigante.
Dos tristes e indignantes casos han ilustrado este paso atrás.
En 2013 murió Alpha Pam, un joven senegalés enfermo de tuberculosis, en Baleares por falta de atención sanitaria. Además del asesinato del joven se puso en peligro la salud pública, por la naturaleza de la enfermedad. El asunto se saldo con el cese del director gerente del hospital de Inca.
Un año después murió Jeanneth Beltrán, una joven nicaragüense enferma del riñón, también por falta de atención sanitaria en Castilla-La Mancha. Ni tan siquiera hubo investigación. Al revés, a la muerta se le mandó la factura por el servicio.
Española o extranjera, una misma clase obrera
Es urgente reintegrar a los excluidos en el sistema público de salud. No es de recibo ofrecer, como están haciendo algunos, una sanidad «de segunda» para los inmigrantes sin papeles.
Si España dedicara el mismo porcentaje del PIB a sanidad que el resto de la UE, si se revirtiera el proceso de privatización sanitaria que encarece la sanidad, si se tomaran medidas para obligar a las farmacéuticas a abaratar el precio de los medicamentos… tendríamos recursos sobrados para ofrecer una sanidad pública integral de calidad, para acabar con los cierres de ambulatorios, urgencias, camas, especialidades, ambulancias para el desplazamiento de enfermos, etc. garantizando la igualdad de derechos.
«Detrás del apartheid sanitario residen los mismos intereses que detrás de cada uno de los recortes y privatizaciones-expropiaciones sanitarios: un inmenso negocio para bancos y monopolios contra la salud y los intereses populares.»
La exclusión mata
Carta abierta de la asociación Yo Sí Sanidad Universal a la Fiscalía
Nos hemos enterado por la prensa de que ha archivado las diligencias de investigación iniciadas tras el fallecimiento de Jeanneth Beltrán, el 23 de mayo de 2014, en el servicio de Urgencias del Hospital Virgen de la Salud de Toledo. Usted expresa que “no hubo indicios, ni siquiera mínimos, de la comisión de un delito de homicidio por imprudencia”. Y concluye que “no existió relación entre la muerte de la joven y la atención sanitaria que recibió”. Las personas que día a día construimos Yo Sí Sanidad Universal no compartimos sus certezas. Las circunstancias que rodearon la muerte de Jeanneth nos autorizan a ello. El derecho a la duda es también nuestra certeza a no resignarnos: buscamos la verdad acerca de la muerte de Jeanneth. Debemos contar con una Justicia como servicio público útil, que indague en las causas de la muerte de Jeanneth, en las circunstancias que la rodearon, que se conozca el porqué y se lleguen a evitar finales trágicos como este, tal y como establecen los preceptos legales. La técnica procesal, con la expresión de “no hay indicios de delito”, es difícil de entender y aceptar.
¿Preguntó usted a los familiares y a la amiga de Jeanneth por lo acontecido en las cuatro horas que agonizó desasistida en Urgencias? Es posible que no tuviera Usted elementos suficientes para continuar con una investigación exhaustiva, y por ello queremos compartir algunos interrogantes: ¿Sabe Usted quién era Jeanneth De Los Ángeles Beltrán Martínez? Una joven nicaragüense, de 30 años, con madre, hermanos, una familia y amigos que hoy la recuerdan con dolor. Y que, como otras personas en situación semejante, migró a España para atender a nuestros mayores. Sin sus cuidados, la vejez habría sido aún más triste, despojada de toda ternura. Jeanneth vino a cuidar, pero ¿cómo es posible que no la cuidásemos a ella?
¿Sabe Usted por qué no acudió a un centro sanitario antes de que los dolores que padecía no le permitieran tenerse en pie? La entrada en vigor del Real Decreto-ley 16 /2012 excluyó de la asistencia sanitaria a miles de personas. De un modelo de sanidad universal pasamos a otro con exclusiones y limitaciones. Es especialmente dura la implementación de la normativa en la Comunidad de Castilla-La Mancha, donde no se respetan siquiera las excepciones que marca la norma, y se pretenden cobrar hasta las urgencias. La imposibilidad de obtener la Tarjeta Sanitaria y ver a un médico de Atención Primaria, ha dejado a demasiadas personas en condiciones de total indefensión. Las molestias de Jeanneth habían empezado tiempo atrás, pero ella sabía que “debía aguantar hasta que le llegaran los papeles”. No podía arriesgarse a dejar una cuenta impagada y que, como contrapartida, se le castigara con la probable cancelación del derecho a la residencia.
¿Sabe Usted cómo se hubiese controlado su enfermedad? Asistiendo al Centro de Salud, visitando a su médico de familia, opción que le fue negada. Jeanneth sufría una enfermedad poco frecuente, de fácil diagnóstico y perfectamente tratable en el servicio de Atención Primaria. Ella desconocía su mal, sólo el malestar hacía su presencia y borraba su sonrisa. “¿Pero a dónde ir? Ya pasaría… había que aguantar…” Hasta que no pudo más y fue a Urgencias, acompañada de una amiga que le ayudaba a tenerse en pie. ¿Sabe Usted qué sucedió en Urgencias? Llegaron a las 18.20. Su amiga pedía ayuda urgente; Jeanneth no veía, vomitaba, perdía el conocimiento, pero no la atendían. A las 23 horas la transfirieron de la sala de espera a atención en Urgencias. Jeanneth pasó cuatro horas agonizando. De haberse intervenido durante la primera hora es posible que se hubiera evitado su muerte. Pero fueron cuatro horas de abandono. Es muy injusto y doloroso morir desasistido en la puerta de un Hospital, ¿no lo cree Usted?
«No podía arriesgarse a dejar una cuenta impagada y que le quitaran la residencia»
¿Sabe Usted qué hizo el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM) con posterioridad al fallecimiento de Jeanneth? Remitió a nombre de la fallecida una notificación reclamándole la tarjeta sanitaria o el pago de la factura por la asistencia en el día que murió. Este es el cúmulo de barreras que impidieron la asistencia a Jeanneth. Este es el retrato de la deshumanización del SESCAM. ¿Sabe Usted que esta tragedia se repite cotidianamente? Para su información, hemos hecho un estudio sobre exclusión sanitaria y sus consecuencias desde la entrada en vigor del Real Decreto-Ley 16 /2012, desarrollado, como brazo ejecutor, por el Real Decreto 1192/2012. Sistemáticamente se vulnera el derecho humano más básico, el de la vida, para los ciudadanos que residen en nuestro territorio…»