El autoconsumo, una opción cada vez más desarrollada en el mundo, Japón, EEUU, Brasil, Alemania y también España, es una forma mediante la cual un particular o una empresa pueden producir parte de la energía que necesitan, principalmente mediante placas fotovoltaicas y molinos de viento. El ahorro suele oscilar entre el 15% y el 44% de la energía necesitada por una empresa. Pero además si le sobra puede (o podía) venderla.
La reforma energética del gobierno ha puesto en pie de guerra a este emergente sector económico. No sólo carga contra la producción “casera” de electricidad, sino que penaliza a las empresas que han apostado por ella y que tendrán que pagar una tasa del 27%. Con la nueva reforma arancelaria es más caro producir la energía que comprarla a las fuentes tradicionales, las eléctricas. Es decir la bajada de costes que había conseguido el desarrollo científico- tecnológico lo elimina el gobierno a través de impuestos y cargas.«Con el nuevo sistema tarifario sobre el autoconsumo es como si cobraran impuestos por encender una chimenea en nuestra casa» En última instancia lo que se pretende es seguir pagando a las eléctricas el supuesto “déficit de tarifa”, unos 24.000 millones de euros en 2011. El déficit tarifario es lo que el gobierno paga a las compañías eléctricas por la diferencia del coste de la energía y lo que percibe, y encierra una trampa: se calcula como si toda la energía produjera según el método más caro. La energía nuclear o hidroeléctrica, extremadamente baratas no se tienen en cuenta para calcular el déficit tarifario, que se convierte en una forma de saqueo sobre el erario y sobre el bolsillo de los ciudadanos.Como plantea en su comunicado la UNEF (Unión Española Fotovoltaica) gracias al desarrollo de la tecnología se ha bajado el coste de la producción de energía solar en un 80% en 5 años.La reforma del gobierno ataca por dos sitios: subir el precio de los costes fijos, pagas gastes lo que gastes y produzcas lo que produzcas; y reducir el coste del consumo, lo que perjudica a quien consume menos o a quien produce su propia electricidad. En segundo lugar anula la posibilidad de que la red distribuidora de energía tenga que pagar la energía generada y no consumida (que por ley hay que ceder a la red). Es decir: si tú tienes placas solares en una finca y produces más energía de la que gastas la tienes que volcar a la red eléctrica (porque ya de antes está prohibido almacenarla en baterías propias) gratuitamente. O te expones a una multa de hasta 60 millones de euros. Un auténtico problema para muchas pequeñas y medianas empresas que han convertido la producción de energía en un pilar de ahorro tan necesario en tiempos de crisis.España importa el 26% de la energía que consume y además nuestra primera fuente, ocupando el 48% del consumo total, es el petróleo. Es decir el consumo energético español es una constante sangría de recursos económicos que van fuera del país. Hablamos de más de 50.000 millones de dólares que cada año salen de España solo enoro negro. Impulsando las energías renovables podríamos ahorrarnos entre el 15 y el 44% de la energía importada.¿Cuánto ahorro familiar, cuantas factorías de placas solares o molinos, cuanto I+d+I, cuantos técnicos, ingenieros, científicos y operarios significan ese ahorro de entre el 15 y el 44%?