Lo dijimos muchos al conocer el contenido de la reforma laboral: al abaratar y facilitar de esa forma el despido, iba a provocar un «efecto sustitución». En el que iba a producirse un relevo en masa de trabajadores cualificados, con contratos indefinidos y sueldos dignos por trabajadores jóvenes, con contratos precarios, salarios mínimos y sin derechos. Padres «caros» por hijos «baratos» en pocas palabras.
Pues bien, la propia CEOE, la gran patronal acaba de confirmarlo en su último informe sobre los Presupuestos Generales para 2012, donde afirma textualmente que “el Ejecutivo debería tener en cuenta que se puede producir un efecto sustitución dentro de los ocupados, en el que ganen peso empleos con bases de cotización más bajas”. Una forma diplomática de reconocer que están eliminando trabajadores de sus plantillas para que ganen peso los que resultan más baratos para las empresas. «Un aumento exponencial de la ganancia capitalista, aumentando el robo sobre el salario de los trabajadores»
Por debajo de toda la palabrería de gobierno, la gran patronal ha situado en su justa medida el verdadero objetivo de la reforma laboral. Cambiar la actual generación de trabajadores por una nueva con sueldos más bajos, contratos precarios, peores condiciones, sin apenas derechos laborales y menores cotizaciones sociales. En otras palabras, un incremento sustancial de la explotación sobre la fuerza de trabajo asalariada. Una profunda rebaja del salario nominal, real y relativo. Un aumento exponencial de la ganancia capitalista, aumentando el robo sobre el salario de los trabajadores.