El motivo de la suspensión del Mobile World Congress es que varias grandes compañías anunciaron que no acudirían para proteger a sus empleados del Coronavirus. Las estadounidenses Facebook y Amazon fueron las primeras en borrarse.
Aunque el miedo al contagio del virus es un argumento real, sin embargo otras ferias con miles de asistentes de China y otros países asiáticos se han continuado celebrando. Luego el motivo oculto parece ser otro.
El presidente del Gremi d’Hotels de Barcelona, ponía el dedo en la llaga al hacer público su desconcierto por la cancelación del evento mientras otras ciudades europeas, como Ámsterdam, inauguraba a mediados de febrero el certamen ISE (Integrated Systems Europe) con normalidad, donde por cierto, sí acuden empresas como Intel, Cisco o Sony, que fueron de las primeras en causar baja en el Mobile de Barcelona. Incluso Ginebra albergará el Salón del Automóvil del 5 al 15 de marzo. A todas esa ferias acuden sin problemas decenas de compañías y miles de técnicos, directivos y comerciantes chinos.
El virus, la excusa
La suspensión del Mobile no se sostiene por la alerta sanitaria. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, recordó que se siguen los cuatro criterios hay marcados internacionalmente: la evidencia científica y el criterio de los expertos, el seguimiento diario de la evolución del virus y la reevaluación de las medidas, la coordinación con las comunidades autónomas, las autoridades sanitarias europeas y la Organización Mundial de la Salud (OMS), con una «transparencia informativa absoluta» para comunicar cualquier novedad a la población. Además, España solo ha tenido dos casos de infección, ambos turistas y ambos curados.
Así que el motivo real es otro y apunta a las presiones de EEUU para impedir que siga avanzando la difusión de la tecnología de la nueva red 5G que encabezan empresas chinas.
Ya el año pasado la estrella del MWC fue Huawei, que abrió acuerdos de colaboración para implantar su red con Reino Unido, España, Alemania, Suiza… y con decenas de compañías telefónicas y países de otros continentes.
El moderno Crypto
Que la tecnología china, a través de la compañía Huawei, instale la red 5G en países europeos fue calificado por el Secretario de Estado norteamericano Pompeo como «una amenaza para la alianza militar de la OTAN».
De hecho, el avance de China ha sido el centro de la Conferencia de Seguridad de Munich celebrada el mismo fin de semana que se suspendía el MWC.
Hacía apenas unos días que el Washington Post y una televisión alemana destapaban cómo durante 40 años la CIA espió a varias naciones a las que vendió máquinas de comunciación encriptada a través de una empresa suiza, Crypto AG, que realmente controlaban en secreto. Así tenían acceso a descifrar todas las comunicaciones basadas en esas máquinas.
Lo mismo que ahora hacen dominando la tecnología de comunciaciones, redes de móviles e internet y el sofware de los ordenadores… perder ese dominio, ese acceso al control de la información, es lo que les obsesiona.
Y sobre todo, que otras naciones puedan disponer de la tecnología más avanzada sin depender de Washington, porque es una base de mayor autonomía e independencia para esos países. Porque EEUU no puede aspirar a mantener su hegemonía mundial sin imponer relaciones de dependencia, incluso a sus aliados.
Sometidos
Como ejemplo de esas relaciones baste cómo la presión de EEUU acaba con este congreso sin que el Gobierno ni la Generalitat hayan podido impedirlo.
El sector económico de Barcelona sufre un fuerte golpe: se esperaba superar los 110.000 asistentes de 200 países diferentes, un impacto de 500 millones de euros y unos 14.000 empleos temporales en la ciudad. Los hoteles ya cifraron en 40.000 las reservas de habitaciones canceladas. Y Fira de Barcelona dejará de ingresar el 30% de su presupuesto anual.
Pero especialmente Barcelona y España pierden el mayor evento de tecnología, que nos colocaba en el centro del mundo durante una semana, víctimas de una batalla a otra escala en la que Washington no se preocupa si causa daños colaterales a terceros.
Sin un proyecto propio daremos bandazos sometidos a los proyectos de otras naciones con poder para imponernos sus intereses.
Por cierto, ha bastado una breve entrevista del citado Pompeo en Munich con la ministra española para que ésta confirme el uso futuro de las bases militares y la congelación de la llamada tasa Google, que no paga impuestos por sus enormes beneficios en nuestro país. Suma y sigue.