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Sucesión

Sucesión es una serie sobre la guerra sin tregua entre el clan familiar de los Roy ante el inminente retiro del patriarca Logan Roy al mando del imperio mediático Waystar Royco. Inspirada en Rupert Murdoch y su familia,  el magnate de la corporación Fox, dueño de medios como Fox News, The Times o The Sun. Hay también referencias a otras dinastías como los Redstone (Viacom),  los Sulzberger , dueños del New York Times, o los Koch.

Creada por el guionista Jesse Armstrong, la serie, ganadora de un premio Bafta a la mejor serie internacional, está protagonizada por un elenco sobresaliente con la actuación estelar del escocés Brian Cox como el gran Logan Roy. 

Sucesión retrata a ese 1% que concentra la riqueza. Dinero, poder y familia son la santa trinidad en Sucesión. Intrigas, traición y poder son los ingredientes de una de las mejores series del momento. Resulta inevitable la comparación con Ciudadano Kane de Orson Welles como una referencia indiscutible. 

En el reino de Logan la única manera de saber verdaderamente que has ganado es si tu rival está llorando. «No eres un asesino. Tienes que ser un asesino», exhorta el volcánico Logan a su hijo Kendall, aspirante al trono, por su forma “blanda” de hacer negocios. En el universo de Roy o ganas o pierdes, o matas o mueres

Logan Roy es una fuerza primaria: dominante, despiadada y salvaje

Logan Roy es una fuerza primaria: dominante, despiadada y salvaje.  Y es que los Logan, a pesar de pertenecer a la realeza de New York y de sus orígenes europeos, nada tienen de aristocráticos. Sus maneras son rudas, obscenas, vulgares e histriónicas. La cabecera de la serie realizada por el estudio de diseño Picturemill y la fascinante sintonía de Nicholas Britell resumen de forma magistral el universo de Sucesión. Por favor, que nadie se salte la cabecera

Los hijos del vikingo Logan intrigan para posicionarse tras la caída de su padre en un juego donde todos tienen un plan. Pero ninguno de los hijos parece estar capacitado para heredar el trono. Jesse Armstrong escribe así una galería de personajes excepcionales.  El trágico y patético Kendall, aspirante a heredar el trono de su padre; el histriónico Román Loy (Kieran Culkin) bufón de los Roy; la única hija Shiv (Sarah Snook) gran estratega y consultora política alejada de la empresa familiar y su marido el excéntrico Tom (Matthew Macfadyen) que aspira a escalar como ejecutivo en un mundo al que no pertenece. Pero lo verdaderamente importante en Sucesión, a diferencia de Juego de Tronos, no es quién se hará con el trono de hierro sino el retrato feroz que hace de la clase dominante norteamericana a través de los Roy. 

Sucesión retrata a ese 1% que concentra la riqueza

Kendall (Jeremy Strong) nacido en la abundancia, es el verdadero antagonista del gran oso Logan Roy. Pero a diferencia de su padre, Kendall es débil y fallido. Su ambición por el poder de la empresa es una forma de calmar el vacío, la ausencia de amor. No hay en Sucesión ni una traza de amor, las únicos personajes que pudieran representar un personaje maternal son mujeres huesudas tan erectas como los rascacielos de New York. No hay lugar para el romanticismo en la mesa. Las relaciones amorosas son una alianza. El amor por interés es algo natural en la familia, donde el sexo casi resulta metálico. Sucesión, un retrato familiar de América es la serie del momento. No se la pierdan.