El abandono de Qatar Airlines de sus negociaciones para entrar en el capital de Spanair dejó ayer fuera de juego a la compañía área catalana tras fracasar igualmente las conversaciones mantenidas en paralelo con las autoridades chinas. De ese modo, se ha abierto un vacío en el sector aeroportuario catalán. Las necesidades de restricciones de gasto por parte de la Administración catalana han precipitado la caída de una compañía que nació como un reto en una fase de mayores perspectivas y recursos económicos.
En su segunda etapa, Spanair surgió como un proyecto de compañía aérea orientada a hacer del aeropuerto de Barcelona un eje aéreo intercontinental, que requeriría para ello el apoyo de la iniciativa pública y privada. Sus arranques, en cualquier caso, vaticinaban complicaciones.