Se cierra la Cumbre de la OTAN en Madrid

Sinfonía de la pleitesía

Una Europa y una España más encuadradas y subordinadas si cabe a los planes de la superpotencia norteamericana, la principal fuente de guerra del planeta. Esto es lo que esconde el deslumbrante brillo diplomático y organizativo, que tan alto nos dicen que ha dejado el pabellón de la "marca España", de la Cumbre de la OTAN en Madrid. Esto es lo que hay debajo de la sinfonía de la pleitesía.

Nadie sabe organizar Cumbres de la OTAN como España. Paseos de los presidentes y jefes de gobierno por El Prado, o de sus consortes por el esplendor rococó de los Jardines de la Granja. Los dirigentes degustando las delicias de la cocina española y la dieta mediterránea, o la primera dama de los EEUU de shopping junto a la reina Letizia por el Barrio de Salamanca, comprándose unas simpáticas esparteñas para lucirlas en la Casa Blanca.

El prestigio internacional de España y de su gobierno como anfitriones de un evento histórico, nos repiten sin cesar, ha quedado realzado, y el favor de Washington nos vuelve a iluminar. El emperador Joe Biden, tan campechano, se ha prodigado en muestras de cercanía y jovialidad hacia la Casa Real, y también ante un presidente Sánchez que en sus cuatro años de mandato no había conseguido ser recibido en audiencia, ni en la Casa Blanca, ni en la Moncloa, ni en ninguna reunión bilateral, por ningún presidente de los EEUU. Por su parte, las autoridades españolas no han dejado de entonar, en los hechos y en las formas, el tan berlanguiano ‘póngame a los pies de su señora’ ante el inquilino de la Casa Blanca.

Los consortes de los jefes de Estado y gobierno de la OTAN, acompañados por la reina Letiza, ante el Guernika de Picasso

Para la galería quedarán imágenes, tan estridentes como fariseas, de la comitiva de la OTAN -la mayor alianza militar del mundo, con un presupuesto de 1,17 billones de dólares, más de la mitad del gasto militar global, y que en las últimas décadas ha bombardeado Yugoslavia, Afganistán, Irak, Siria o Libia, por citar solo algunas- contemplando el símbolo universal contra el horror de las guerras imperialistas que es el Gernika de Picasso. O de Pedro Sánchez recibiendo al secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ante un cuadro icónico de la lucha antifranquista, «El abrazo» de Juan Genovés. Que poco le habría gustado al recientemente desaparecido pintor, que además de antifascista fue un encendido partidario del OTAN NO en el Referéndum de 1986.

Pedro Sánchez y Jens Stoltenberg ante «El abrazo», un cuadro icónico de la lucha antifranquista. Su autor, Juan Genovés, mantuvo siempre una posición antihegemonista y contraria a la OTAN

Estos días todas las televisiones, rotativos y tertulias nos han anegado con sus climas de opinión, intensamente proatlantistas hasta la náusea. «La OTAN está más unida que nunca para afrontar las nuevas y viejas amenazas». «La OTAN despega de nuevo». «Nuestro lugar está con los aliados de la OTAN». «¿Qué haríamos sin la OTAN?». «La OTAN, la paz y la democracia, relación si la hubiera».

Las únicas voces «disidentes» que se han colado en las tertulias son las que -como Unidas Podemos- critican que el aumento de gasto militar de España, que se duplicará de los 14.800 millones al año actuales hasta casi los 30.000 millones anuales, se detraerá inevitablemente de las partidas sociales como sanidad, educación o dependencia. Siendo esto terriblemente cierto… ¿es esta la principal crítica a lo que la Cumbre de la OTAN supone para nuestro país?

.

Empotrados con la principal fuente de guerra global

La Cumbre de la OTAN en Madrid se cierra con un nuevo Concepto Estratégico que pone a Rusia como antagonista de primer plano, pero como China elevada al rango de «amenaza sistémica», y por tanto enemigo principal de la Alianza. Es decir, unifica a los 30 países de la OTAN con las prioridades, imperativos y necesidades de la superpotencia norteamericana, unos EEUU en su ocaso imperial que intentan detener -o al menos ralentizar- el inevitable tránsito de un mundo unipolar con ellos como gendarme, a un orden multipolar en el que varias potencias exigen tratarse de tú a tú con Washington, y en la que los países y pueblos del mundo luchan por mayores cuotas de autonomía, independencia, soberanía, libertad, desarrollo y bienestar. Eso es lo que la OTAN y su nuevo ‘Concepto Estratégico’ buscan torpedear.

En un ejercicio de gigantesco cinismo, nos pintan a la OTAN como una alianza «defensiva» y como un garante de la paz y la estabilidad mundial, cuando no es otra cosa que una superestructura militar al servicio del hegemonismo norteamericano, una superpotencia que, sólo desde el 11S ha causado -directamente o a través de sus gendarmes como Israel o Arabia Saudí- decenas de guerras y conflictos que han provocado entre 6 y 7 millones de víctimas mortales, la destrucción de países enteros -Afganistán, Irak, Siria, Libia, Somalia, Yemen, Gaza…- y al menos varias decenas de millones de refugiados.

De la Cumbre de la OTAN de Madrid sale una Europa y una España mucho más férreamente encuadradas en los planes del Pentágono y en la geopolítica del hegemonismo norteamericano, la única superpotencia del mundo y la principal fuente de guerras, intervenciones militares e injerencias y desestabilización políticas de todo el planeta. La cabeza y principal sostén de un orden imperialista internacional que no hace sino acrecentar la desigualdad y el abismo social a escala global, generando enormes bolsas de pobreza, hambre y miseria, regímenes tiránicos y dictatoriales, y destrucción del medio ambiente.

De la Cumbre de la OTAN sale una España aún más subordinada a los designios de Washington, con una política exterior sometida a los imperativos de los EEUU. Lo hemos podido ver recientemente en el giro de 180º de la posición sobre el Sáhara Occidental, alineándose con la postura norteamericana -que apoya el «plan de autonomía» de Marruecos sobre la antigua colonia española. Aunque esto supusiera romper con el respeto a la legalidad internacional, con el compromiso con los derechos del pueblo saharaui, y malencararse sin remedio con una Argelia que es clave para el suministro de gas a España en plena crisis energética.

De la Cumbre de la OTAN en Madrid sale una España que no sólo va a destinar una enorme cantidad de dinero a recursos militares al servicio de los planes del Pentágono, sino con unas bases militares norteamericanas en nuestro suelo ampliadas y reforzadas: los destructores de Rota pasarán de cuatro a seis. Unas bases militares de las que parten las intervenciones militares del Pentágono contra Oriente Medio o el Norte de África.

Esto es lo que esconde el deslumbrante brillo diplomático y organizativo, que tan alto ha dejado el pabellón de la «marca España», de la cumbre de la Alianza Atlántica en Madrid. Esto es lo que hay debajo… de la sinfonía de la pleitesía.