Sí se puede un gobierno de progreso

Menos de 48 horas después de conocerse los resultados de las elecciones del 10-N, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias han firmado un acuerdo para formar un ”gobierno de coalición progresista”.

Esta es una excelente noticia que desde estas páginas apoyamos completamente, sin ningún tipo de reservas, porque se corresponde con la línea que venimos defendiendo de “gobierno de progreso”, porque es lo que han dictado los resultados y porque es la única alternativa que conviene al país y beneficia a los ciudadanos.

El 28 de abril la mayoría de los ciudadanos dejó claro que demandaba un gobierno progresista y por la unidad que trabajara por hacer realidad sus demandas, frente a los enemigos del pueblo que forzaron la repetición de elecciones para impedirlo.  Las elecciones del pasado día 10-N abrieron otra oportunidad al “gobierno de progreso” y este acuerdo inicial entre PSOE y Unidas Podemos es el primer paso para conseguirlo.

La firma del acuerdo hecha por tierra toda la propaganda de quienes pretenden hacernos creer que son las fuerzas de los grandes poderes económicos nacionales y extranjeros las que se han salido con la suya forzando la repetición electoral y “ganando las elecciones”. Los números son concluyentes: PP y Vox no suman los apoyos suficientes para poder gobernar, no pueden articular una mayoría de gobierno, a pesar de haber gozado de unas condiciones excepcionales con la repetición de elecciones y la agudización de las tensiones en Cataluña por la violencia de los sectores más radicales del independentismo azuzados por las élites del procés.

La mayoría social volvió a irrumpir este 10-N en las condiciones más difíciles para trastocar los planes de quienes buscaban enterrar cualquier posibilidad de gobierno de progreso.

PP y Vox han avanzado pero no suman, es Pedro Sánchez quien ha ganado las elecciones. A pesar de haber perdido 3 diputados, es la fuerza más votada con 120 escaños. Y el PSOE es la fuerza en torno a la cual se puede articular un gobierno. Y especialmente un gobierno de progreso y unidad frente a los sectores más ultras del independentismo (Torra y Puigdemont) y de la derecha (Abascal).

Unidas Podemos, aunque ha perdido 600.000 votos y siete escaños (fruto de su posición ante la investidura en julio y de las ambigüedades colaboracionista de sus dirigentes con los líderes del procés) sigue concentrando una gran parte del voto de izquierdas y progresista que exige una alternativa de gobierno de acuerdo a los intereses de la mayoría social y, al mismo tiempo, expresa el rechazo de amplios sectores de la izquierda a la colaboración con la fragmentación.

Unidas Podemos aporta 35 escaños, que unidos a los 3 de Más País y Compromís, suponen 38 escaños valiosísimos para una alternativa de progreso. Juntos con el PSOE suman  158 escaños, un suelo de partida suficientemente sólido para avanzar hacia una salida de gobierno progresista. Con prudencia, con todas las cautelas, porque  aún no hay nada decidido y todavía habrá que hacer frente a innumerables dificultades.

En primer lugar las propias de un proceso negociador para sumar sumar a las fuerzas necesarias para que salga adelante, entre las que están  las fuerzas minoritarias pero significativas, el PRC de Miguel Ángel Revilla en Cantabria con 1 diputado; Coalición Canaria con 2 y ¡Teruel Existe! con otro pueden aportar 4 diputados más a un gobierno progresista. El PNV que se ha desmarcado del “camino catalán”, rechazando embarcarse en caminos unilaterales, y se ha mostrado dispuesto a apoyar una alternativa de gobernabilidad frente a la derecha del PP y Vox, podría aportar 7 votos. Y que puede asumir Ciudadanos sobre la base de las mejoras sociales, la regeneración democrática y hacer frente a la situación en Cataluña en el marco de la Constitución. Con la suma de todos estos apoyos, y cuanto menos con la abstención de Ciudadanos puede salir adelante un gobierno de progreso en cualquiera de sus formas.

Pero hay un segundo tipo de dificultades. Unas previsibles, como los ataques desde la derecha o las negociaciones para sumar los apoyos suficientes para la investidura. Otras más ocultas a las que habrá que tener muy en cuenta para que este camino no descarrile.