Ciencia

Si no hay néctar, no hay sexo

La base para que una flor pueda reproducirse a través de la fecundación cruzada es que un insecto polinizador lo haga, y para ello ha de «pagar» con néctar por el servicio prestado.

Pero la roducción de néctar en las flores puede resultar costoso, y en algunos casos se emplea la emisión de olores atractivos para los insectos, pero sin producir néctar con que “pagarles”. En estas situaciones, las abejas no tienen un pelo de tontas. Según la investigadora Jeri Wright, de la Universidad de Newcastle, si una abeja se encuentra con dos flores de colores y aromas similares, sabe muy bien cuál es la que produce el mejor néctar de las dos. Esto puede ser clave para estudiar la evolución de los colores y las fragancias de las flores para llamar la atencion de los polinizadores. Como la producción de néctar supone el consumo de nutrientes, las plantas “aprenden a mentir” elaborando fragancias que ocultan que en realidad no tienen néctar o es de baja calidad, para así conseguir la fecundación cruzada necesaria para su reproducción. Pero a la larga salen perjudicadas, puesto que los polinizadores no vuelven a regresar a esas flores. En resumen, si una planta quiere garantizar su reproducción, y por lo tanto su supervivencia, más le vale invertir en la elaboración de néctar de buena calidad para que no le falten polinizadores a su alrededor.