Violeta Tercedor
A colación de la polémica de las macrogranjas y del debate sobre el impacto de las grandes explotaciones de ganadería industria, entrevistamos a una experta en ganadería extensiva. Sonia Roig, doctora ingeniera de montes por la Universidad Politécnica de Madrid y profesora de Selvicultura y Repoblaciones forestales en el Departamento de Silvopascicultura de la misma universidad.
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¿Qué es la Sociedad Española de Pastos?
Es una sociedad científica, formada por biólogos, veterinarios, agrónomos… Que desde 1960 trabaja para el fomento de pastos, su conservación y mejora, y está muy relacionada con su principal herramienta de gestión que es la ganadería extensiva.
¿Podría explicarnos en qué se diferencian la ganadería extensiva e intensiva?
No es blanco o negro. En un extremo está la ganadería extensiva, totalmente ligada a la tierra. Aprovecha todos los recursos que hay a su disposición, es muy eficiente y genera muy pocos residuos. Y tiene muchos beneficios, tanto económicos, como sociales y ecológicos. En el otro extremo está la ganadería intensiva, desligada del territorio e independiente de los recursos disponibles en la zona. Se requieren gran cantidad de recursos, la producción es grande y rápida y, a cambio, genera muchas residuos. Y en medio hay muchas gradaciones.
¿Y en España qué es lo mayoritario?
España tiene un enorme patrimonio natural ligado a la ganadería extensiva. Está en nuestra historia, en el diseño de nuestros sistemas y en el modelado del paisaje. Hay una gran riqueza en cuanto a adaptación de razas y especies, movimiento del ganado para un aprovechamiento óptimo de todos los recursos, en el conocimiento tradicional y científico… La ganadería extensiva está en nuestro ADN como población y como país.
Pero está en declive a día de hoy por la falta de rentabilidad económica. Aunque en el sector bovino se ha mantenido, de hecho ha crecido porque no necesita tanta mano de obra, el ganado menor va decayendo desde hace muchos años, a la vez que sube la ganadería intensiva.
¿Qué problemáticas conlleva la ganadería industrial a nivel ambiental?
El problema principal es que con la falta de apoyo a la ganadería extensiva se pierden muchísimos beneficios ambientales y una importante herramienta de gestión del medio. Al sustituirla por la intensiva, aparece la necesidad de gestionar los residuos, que pueden suponer un gran problema. Lo que es un beneficio de la extensiva por la fertilización de todo el territorio, con una materia orgánica de gran calidad, se convierte en un residuo tóxico y contaminante en la intensiva.
Por supuesto, todo depende del grado de intensividad. Hay explotaciones intensivas pequeñas que hacen una gestión correcta de sus residuos. Pero según aumenta el número de animales y se reduce el espacio hay más dificultades para la gestión de purines y emisiones.
“La ganadería extensiva está en nuestro ADN como país”
¿Y cuáles son esos beneficios ambientales de la ganadería extensiva?
Los beneficios van desde la prevención de incendios a la conservación de hábitats de interés ecológico y comunitario. La preservación de muchos tipos de pastos está asociada a un mínimo de pastoreo con ganadería extensiva. Además de los beneficios para los animales, que están en condiciones mucho mejores.
¿Afecta el tipo de ganadería a la calidad de la carne?
Todos los productos que salen de cualquier tipo de explotación ganadera cumplen con unos mínimos de calidad que se fijan en legislación y que hacen que sea un alimento seguro.
Dicho esto, los productos asociados a una ganadería extensiva están asociados a una calidad superior gracias al bienestar animal y a la alimentación de gran calidad del ganado. Los animales asociados al pastoreo tienen acceso a una gran diversidad de plantas y tienen posibilidad de seleccionar el alimento. Y esa alimentación incorpora mejoras en las características organolépticas (de sabor y aspecto), pero también en beneficios para la salud como cada vez demuestran más estudios.
¿Y qué efecto tiene un tipo u otro de ganadería sobre la creación de puestos de trabajo?
Es muy variable. Depende del grado de extensividad, del tamaño de la explotación o de dónde se encuentre. Pero en ganadería extensiva es imprescindible contar con la mano de obra, porque es necesaria para el pastoreo, el movimiento del ganado,… Mientras que en la intensiva se puede llegar a reducir. Especialmente, las macrogranjas generan menos puestos de trabajo, pues están altamente tecnificadas.
Se puede pensar que con la extensiva no se puede producir suficiente carne…
Hay muchas posibilidades de aumentar la producción, todavía hay mucho espacio que utilizar el pastoreo. Hay capacidad para recuperar todo lo que se ha perdido en estos años.
“El sector primario debería estar más en el debate”
Respecto a si es capaz la ganadería extensiva de dar carne a todo el mundo, hace años solo teníamos ese tipo de explotación, aunque estaba ligada a un menor consumo. Ahora hay más demanda y se ha intensificado la producción. Yo creo que debemos aspirar a comer una mejor carne y en menores cantidades, y evitar así problemas de nutrición.
¿Qué retos considera que tiene la ganadería extensiva?
El principal reto para su mantenimiento es el reconocimiento y pago de los beneficios. Y para ello es fundamental tener la información en el producto, porque ahora mismo no puedes saber en el supermercado el origen de la carne que compras. Creo que la reflexión sobre el sector primario, sobre la producción de alimentos y la conservación del medio ambiente, debería estar más en el debate y en la toma de decisi