La incidencia acumulada ya bate récords y supera la de la tercera ola

Sexta ola: medidas sanitarias… y unidad, unidad y unidad

Se puede pensar que las medidas del Gobierno son adecuadas o totalmente insuficientes. Pero no es tolerable que, en medio de una nueva y peligrosa ola de la pandemia, hayan fuerzas como la extrema derecha que sólo piensan en llenar de ruido, fango, crispación y griterío la vida política.

La situación de la pandemia en España cuando se inicia el periodo navideño es mucho peor de lo que cabría esperar hace pocas semanas.

Con un récord de 911 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días, la Incidencia Acumulada de la sexta ola del Covid-19 en España ha superado la cima de la tercera ola del 28 de enero de 2021 (IA 900). Los contagios -72.912 positivos diarios- suben de forma exponencial y la curva mantiene una pronunciadísima pendiente ascendente. Que esta sea la situación al inicio de unas fechas donde se multiplican los contactos sociales -muchos de ellos en espacios cerrados- junto a la extensión de una nueva variante -la Ómicron, que es mucho más transmisible y que ya supone más de la mitad de los nuevos contagios- hace temer a los epidemiólogos una situación realmente complicada en enero de 2022.

Curva de la Incidencia acumulada (911) a 24 de diciembre

Sólo hay un factor que marca la diferencia con respecto a olas anteriores: la alta tasa de vacunación en nuestro país, que está impidiendo que con esta elevadísima IA haya unas cifras de presión hospitalaria cercanas al colapso. Con 37,8 millones de personas (89,8% de la población) con la pauta completa (2 dosis), España es uno de los países de Europa con mayor cobertura inmunizante. Las vacunas no protegen del contagio, pero sí reducen drásticamente la posibilidad de la enfermedad grave, del ingreso hospitalario y de un eventual resultado fatal.

Sin embargo, a pesar de que las vacunas amortiguan considerablemente la presión hospitalaria, impidiendo que estas cifras récord de contagios se traduzcan mecánicamente en una avalancha de ingresos en planta o en UCI, es inevitable que, si los casos se multiplican más y más, también lo haga peligrosamente la presión que sufren los hospitales. El caso más grave es el de Cataluña, con sus hospitales en riesgo extremo: ya tiene un 48,1% de sus camas UCI ocupadas (32% de Covid UCI), pero la presión hospitalaria. Pero no muy lejos, con hospitales en riesgo muy alto, hay nueve CCAA más: Asturias, Cantabria, Euskadi, La Rioja, Castilla y León, Navarra, Aragón, Comunidad Valenciana y Baleares.

Situación de la vacunación en España a 23 de diciembre

Las vacunas son nuestra mejor arma contra el virus, pero no la única, y por sí mismas no bastan. Deben combinarse con las «tres emes» que tan bien conocemos -Mascarilla, lavado de Manos, Metros de seguridad- y a las que se suman tres recomendables emes más en estas fechas navideñas: Maximizar la ventilación (mejor una cena de nochebuena con las ventanas abiertas que un pleno de contagios en la familia); Minimizar en la medida de lo posible los contactos; y «Me quedo en casa» si tengo síntomas.

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Unidad, unidad y unidad contra la pandemia

Este es el más que preocupante contexto en el que el Gobierno central ha vuelto a decretar medidas como el uso obligatorio de la mascarilla en exteriores, además de impulsar el ritmo de la vacunación de refuerzo, la tercera dosis. Después de una reunión con las CCAA, y después de mostrarse que tanto Moncloa como la mayoría de comunidades eran reacias a la imposición de restricciones severas como sí pedían País Vasco o Cataluña, no se han tomado de momento medidas más restrictivas, aunque no están descartadas si se agrava la situación.

La vuelta de la obligatoriedad de la mascarilla en exteriores ha suscitado diferentes posturas. Unos argumentan que justamente es en estos espacios donde la mascarilla es superflua, y critican al Gobierno por su laxitud. Otros recuerdan que muchos sectores de la ciudadanía han seguido portando la mascarilla en exteriores para ir por la calle -sin ser obligatoria, por precaución- y que reforzar la obligación de llevarla en exteriores remarca aún más la obligación de no quitársela allí donde es realmente necesaria, en interiores.

Junto al debate -inevitable, normal y provechoso- en torno a si son suficientes estas medidas o si dada la situación y las recomendaciones de la comunidad científica deberían tomarse otras más contundentes, han aparecido otras posturas espurias, sectarias y desleales. Ataques al Gobierno que no están en función de lo mejor para la salud pública y para la vida de los ciudadanos, sino de llenar sin cesar de ruido, fango, crispación y griterío la vida política. La extrema derecha de Vox llama al desacato contra los «bozales» (término habitual en círculos negacionistas) y llama a la gente a desobedecer a obligatoriedad de usar la mascarilla en exteriores.

Se puede estar de acuerdo o no con las medidas del Gobierno. Se puede pensar que son adecuadas a la situación o totalmente insuficientes. Pero no es tolerable que, en medio de una nueva y peligrosa ola de la pandemia, hayan fuerzas políticas que llaman al enfrentamiento contra las medidas sanitarias -tratando de emular las movilizaciones negacionistas de la ultraderecha en otros países de Europa- es extremadamente grave. Demuestra por enésima vez el carácter extremadamente reaccionario y traidor de la formación de Santiago Abascal, y su total falta de escrúpulos en sus esfuerzos por extender su mensaje demagógico y de odio. Más allá de la opinión que se tenga sobre el gobierno y su postura sanitaria en esta sexta ola, este mensaje faccioso y sedicioso merece la total repulsa de todos los demócratas.

«La pandemia ha causado demasiado sufrimiento. No hagan de ella un uso partidista. No necesitamos slogans. La población esta confundida y preocupada, necesita un discurso común, sólido y científico de sus representantes», ha afirmado el doctor Amós García, presidente de la Asociación Española de Vacunología. Respaldamos el espíritu de estas palabras

Necesitamos unidad, unidad, y unidad para conseguir doblegar la sexta curva de la Covid, volviendo a la mejor situación epidémica que disfrutábamos hace apenas dos o tres meses. Hay muchas vidas en juego.