La situación de los jubilados

Ser anciano es un problema

Cuando uno llega al final de su vida laboral y se jubila después de pasar mas de media vida trabajando nos convertimos en material desechable, sólo producimos gastos y problemas. Así­ de cruel es el capitalismo con quien ha sido su principal fuente de riqueza.

Ser anciano hoy en día es un verdadero roblema. Es el mundo al revés, cuando ya has cumplido con tus obligaciones laborales, cuando has dado buena parte de tu vida se supone que para sacar el país adelante, cuando necesitas que se te cuide o necesitas atención porque estás enfermo resulta que te has convertido en un cero a la izquierda y se te trata como tal por parte de las Administraciones Públicas. Todo son trabas y problemas, empezando por las pensiones de miseria que reciben buena parte de los jubilados y acabando por el trato recibido en hospitales, ambulatorios o esos “centros de internamiento” donde meten a los ancianos con alzheimer, demencia senil o enfermedades parecidas. El trato dado por los profesionales, médicos, enfermeros, y demás personal es bueno, hacen lo que pueden. Lo indignante es el trato dado por los responsables, por los cargos públicos y por los que dictan las leyes. Leyes que se convierten en auténticos muros burocráticos para los enfermos y sus familias. El principal objetivo de esos administradores es reducir gastos. La curación de las enfermedades pasa a un segundo plano, no es lo prioritario. Por supuesto si alguien tiene que ser internado en algún centro, ya sea público o privado, la Seguridad Social, que por supuesto, has pagado durante toda tu vida laboral, no se hace cargo de ese gasto, faltaría mas, lo pagas con tu pensión, pero eso si, te dejan un 20% para que te puedas comprar al menos la ropa interior. Y eso sí, si por desgracia tienes necesidad de este tipo de centros prepárate para lo que te espera. Trámites burocráticos sin fin, días de trabajo perdidos para hablar con los médicos para que te den certificados de la enfermedad, luego decenas de visitas con un asistente social, luego un sistema de puntos y una lista de espera según la gravedad de la enfermedad del paciente y varios meses de espera, que normalmente lo que sucede es que el enfermo empeora. Como no se sabe muy bien que hacer con él se le lleva de un centro a otro hasta que se le asigne uno ya definitivo y si el enfermo da mucho la lata pues se le empastilla y se le convierte en un vegetal. En que mundo vivimos donde a los que han dado todo se les trata de esta forma cuando lo que habría que hacer en primer lugar es tratarlos con exquisito respeto y cuidarlos de la mejor manera posible, son nuestra memoria viva, son nuestros padres y abuelos que se merecen un trato digno. Pero que podemos esperar si lo que impera es el máximo beneficio y a lo que ya no produzca se le hace la eutanasia. Y se acabó el problema.