A día de hoy no está claro que una nuevas elecciones vayan a crear un escenario demasiado diferente. Los distintos sondeos predicen que tras una eventuales elecciones el 10 de noviembre, el panorama sería muy similar. Pero estas encuestas, advierten, no reflejan el más que probable pesimismo y desmovilización que cundiría entre el electorado de izquierdas
La encuesta que publicó ayer el gabinete demoscópico Key Data para ‘Público’ (un digital tradicionalmente próximo a las posiciones de Podemos) dice que en caso de elecciones en otoño:
– Bloque de la izquierda: El PSOE subiría de 123 a 135 escaños (+12), mientras que U.Podemos bajaría (pero contenidamente) de 42 a 36 escaños (-8).
– Bloque de la derecha: PP subiría de 66 a 83 escaños (+17), sobre todo a costa de Ciudadanos, que de 57 pasaría a 45 (-12); pero también de Vox, que de 24 escaños quedaría reducido a 16 (-8)
– Otros: PNV, ERC o Bildu sacarían idénticos resultados, y Jxcat perdería un escaño.
En síntesis, según esta encuesta, el bloque progresista sumaría 171 escaños frente a los 144 de las ‘tres derechas’, aumentando la ventaja actual.
Otras encuestas, como las de el diario.es o la de El País, aunque difieren en la magnitud del trasvase de votos, coinciden en su sentido. Vuelta de un cierto bipartidismo imperfecto. Suben el PSOE y la suma PSOE-Podemos, pero eso cambia poco los escenarios de gobierno.
No pocas voces advierten de la poca fiabilidad de estas encuestas, que no reflejan la desmovilización de los votantes progresistas en caso de elecciones. El diario.es cifra el posible aumento de la abstención en dos millones de votantes, presumiblemente de izquierdas.
Si se cumpliera esta predicción, se volvería a plantear una situación casi igual a la anterior. Un «día de la marmota” parlamentario en el que PSOE y Unidas Podemos tendrían que intentar reconciliarse y aprovechar su suma mayoritaria de escaños, aunque probablemente les bastaría con pactar con el PNV y no necesitarían a los independentistas catalanes.