Miles de personas se han manifestado en Bilbao para expresar su repulsa contra el último atentado de ETA, que ha segado la vida de Eduardo Puelles. Pero no se trataba de una manifestacion cualquiera. Estaba convocada desde el gobierno vasco. La pancarta de cabecera la portaban víctimas del terrorismo. Y el lema de la marcha no era una formal condena de ETA mezclada con insultantes llamamientos al diálogo, sino un contundente grito: «¡Por la libertad! ¡ETA no! ¡ETA ez!». Esto es lo que ha cambiado en Euskadi. El nacionalismo étnico, con Ibarretxe de lehendakari, ya no se ensñorea de Ajuria Enea. Como lehendakari, Patxi López ha querido dejar claro a los terroristas que «se acabó la impunidad». Se tiene que acabar la impunidad de quienes matan para imponer el terror, y también de quienes se benefician de terror para recoger nueces políticas
La manifestación, que ha recorrido toda la Gran Vía y la calle Buenos Aires ara acabar en el Ayuntamiento, estaba presidida por una pancarta que llevaban los dos hijos de Puelles. Con ellos, Iñigo (hijo del empresario Inaxio Uria), Carmen Hernández (viuda del edil del PP Jesús María Pedrosa), Marian Romero (viuda del ex edil socialista Isaías Carrasco), Marian Ziarrusta (viuda del empresario Joxe María Korta), Blanca Villafañe (hija del guardia civil Juvenal Villafñe), Maite Mollinedo (viuda del ertzaina José María Agirre), Dolores Quintanilla (viuda del policía asesinado también en Arrigorriaga Manuel Fuentes) y Maixabel Lasa (viuda del socialista Juan Mari Jáuregui).Víctimas del terrorismo vilipendiadas por los jelkides etnicistas después de haber sido señaladas con el dedo como “enemigos del pueblo vasco”.En su discurso, Patxi López ha querido recordar que Puelles, "asesinado por defender la libertad de los vascos, era uno de los nuestros. Gracias a él y a otros muchos como él, gracias a los miembros de la Ertzaintza, de la Guardia Civil y de la Policía Nacional, los vascos y las vascas vamos arrancando, trozo a trozo, con desgarro y sufrimiento, la mordaza de nuestra libertad".Se ha dirigido a los manifestantes que "hemos salido a la calle, apretando los dientes, para hacer frente a ETA y para decir que queremos ser libres; vamos a estar al lado de las víctimas y de los amenazados, y lo vamos a hacer con toda la contundencia del Estado de Derecho y la fuerza de la Ley. Y vamos a seguir ocupando las calles y las plazas de Euskadi porque son los espacios de los ciudadanos libres y de los demócratas".López ha denunciado "a los que falsifican las palabras, a los que pervierten la democracia, a los que cuando dicen ‘pueblo vasco’ sólo buscan súbditos atemorizados por el terror a sus amos". El lehendakari ha hecho un llamamiento a la sociedad vasca "para que se ponga en pie con la dignidad de los justos”.Y ha prometido a "nuestra ertzaintza y a nuestra policía" los medios que necesiten en su lucha contra ETA, "porque queremos que desaparezcan definitivamente de nuestras vidas".Todos recordamos a un lehendakari –Ibarretxe- que ordena a la ertzaintza paralizar la lucha antiterrorista. Ya no existe un gobierno que utiliza la educación o los medios de comunicación públicos para atizar el odio a España que alimenta la locura de las camisas pardas. Ya no tenemos que soportar que, desde el poder político autonómico, los jelkides etnicistas vilipendien a las víctimas mientras justifican veladamente a los verdugos.Hoy, felizmente, ese es un tiempo pasado. Y esta es una fortaleza para conseguir, de una vez, el final definitivo de ETA.Con los terroristas sólo cabe combatirles, a través de todos los instrumentos democráticos, hasta su disolución completa a incondicional. Pero el desmantelamiento del régimen de terror –sostenido y encabezado por los Arzallus e Ibarretxe-, que ha dado sustento y justificación al terror de ETA, sería el mejor paso hacia el final de la barbarie.