Un nuevo terremoto político de escala 8 sacude el país
El juez del Supremo ha dictado prisión preventiva contra Santos Cerdán, hasta hace muy poco secretario de organización del PSOE, al que acusa de cohecho, organización criminal y tráfico de influencias.
A petición de la Fiscalía Anticorrupción, el juez envía a Cerdán a Soto del Real, incomunicado y sin fianza, basándose en el alto riesgo de fuga, posible destrucción de pruebas y coacción a testigos, y considerando a Cerdán el «jefe de la organización criminal» formada entre otros por Jose Luis Ábalos y Koldo García. El instructor estima que el “botín” obtenido por el amaño de contratos podría superar los 5 millones de euros.
Estamos ante una trama de corrupción de la que aún no sabemos toda su profundidad, pero que abarca al menos una década, centrada al parecer en el Ministerio de Transportes, y que implica a grandes constructoras del Ibex35, como Acciona, implicada en el 75% de los contratos bajo sospecha. Una trama de corrupción estructural en el seno del PSOE, de cuyas posibles ramificaciones ignoramos la extensión.
Lo que ya conocemos de este caso de corrupción es demoledor.
En el centro de la trama está un monopolio del Ibex-35, de la oligarquía, como Acciona, beneficiada por todas las adjudicaciones ilegales que el juez investiga. Que se protegía detrás de pequeñas empresas como Servinabar.
Apenas sabemos una pequeña parte de lo que ha sucedido. El juez cuantifica en 550 millones las obras adjudicadas ilegalmente a Acciona. Siguiendo las normas clásicas de la corrupción las mordidas deben ascender a 5 millones de euros. Y ahora solo se tiene localizado un millón.
La investigación judicial considera que la trama no puede reducirse tan solo al trío tóxico Koldo-Abalos-Santos. Y plantea que deben haber más personas -funcionarios, políticos…- que han participado en los amaños y han cobrado mordidas.
Y solo estamos empezando a comprobar las consecuencias políticas que este caso puede tener. Es evidente que la posición del gobierno, y del presidente, se ha debilitado. Y que arrecian, por diferentes motivos, las demandas de dimisión o elecciones anticipadas. Hay dos cuestiones que pueden ser la puntilla definitiva: si se implica a Pedro Sánchez de alguna manera -lo conocía y no actuó…-, o si se demuestra financiación ilegal del PSOE.
La corrupción es un crimen repugnante. La corrupción roba gigantescas cantidades de dinero público. La corrupción nos roba a todos.
Y los pormenores del caso, con varios implicados como Ábalos y Koldo grabados in fraganti «repartiéndose» las ganancias y mujeres prostituídas, hace aún más despreciable y repugnante este crimen.
La única posición que se puede tomar ante esto es la tolerancia cero, y perseguir a la corrupción como lo que es: crimen organizado. Persiguiendo a corruptos -los que se llevan cuantiosas mordidas- y haciendo que caiga sobre ellos todo el peso de la ley, pagando con su patrimonio personal hasta que devuelvan lo robado. Pero persiguiendo con la misma o mayor saña a los corruptores, a las empresas monopolistas que se benefician -de manera mucho, muchísimo más millonaria que los corruptores- del tráfico de influencias y del amaño de concursos públicos.
De la misma manera que el lugar que merece Cerdán es Soto del Real, también lo debería ser para los directivos de grandes constructoras como Acciona, que pagaron las mordidas.
Desde estas páginas exigimos que se vaya al fondo en la investigación, y que todos los implicados en la trama paguen el precio, sea penal o político.
Tolerancia cero con la corrupción.
