Desde la Organización Médica Colegial (OMC) y el sindicato Metges de Cataluña informan que como consecuencia del malestar laboral, los profesionales sanitarios se van desde Cataluña hacia comunidades vecinas.
Los recortes salariales comenzaron con Zapatero, bajando un 5% de los salarios públicos en 2010; pero Artur Mas le dejó pequeño con el gran recorte del 2011. desde esa fecha la precariedad en la sanidad se hizo norma. Si Rajoy quitó una paga en 2012, Mas eliminó otra en 2013 y 2014. Y así hasta la fecha, en que el Instituto Catalán de Salut abona a profesionales de 8 hospitales y más de 400 centros de primaria, solo la mitad de los incentivos por objetivos. Los sindicatos calculan que la pérdida de salarios en conjunto es de un 30% desde 2010.
El secretario general de Metges de Cataluña, Josep Maria Puig, dinamitaba la justificación de que no hay dinero en unas declaraciones al diario La Vanguardia: “las demás comunidades han ido incrementando sus partidas sanitarias mientras Cataluña sigue prorrogando. No nos beneficiamos de ningún incremento y cuando el presupuesto de la Generalitat aumentó un 5,3% en 2016, a Salut solo le tocó un 3,8%. Sin entrar en el tamaño del pastel, ¿por qué nos toca una porción más pequeña?”.
Hacer las maletas
Así las cosas, se suceden las explicaciones de por qué profesionales cualificados y afincados en Cataluña prefieren irse a trabajar a otros sitios: responsabilidades tratando pacientes con cáncer con contratos de 6 meses y con un paciente por atender cada 10 minutos. Ofertas de trabajo en precario… Los médicos en Cataluña trabajan un promedio de dos horas más que sus colegas de otras autonomías y cobran entre 600 y 800 euros mensuales menos. Trabajan con un material a veces desfasado. Los contratos son a menudo por corto plazo… La inseguridad laboral es habitual. En Lleida, el pasado año, 233 de un total de 2.800 médicos solicitaron el traslado. Ya faltan profesionales, sobretodo en medicina de familia, pediatría de atención primaria, anestesia y radiología. Algunos puestos tardan un año en encontrar quien lo ocupe por las malas condiciones salariales y de ritmo de trabajo que se ofertan.
Y se pierde experiencia: en el Col·legi de Metges de Barcelona han detectado que los médicos están jubilándose antes. Si hasta ahora lo hacían a los 68 años de promedio, pues estaban a gusto con el ejercicio profesional, este año ya lo hacen a los 66.
Los perjudicados, los pacientes
Citaba como ejemplo un diario, en un artículo sobre el tema, que un pueblo de la provincia de Barcelona avisan por Whatsapp a los vecinos que solo habrá dos días de médico a la semana durante septiembre. La titular está enferma desde junio. Los vecinos denunciaban que les atienden médicos de otros municipios y se pasan horas de espera, «porque hay que contarle todo desde el principio, no te conocen».
A principios de mes se anunció, ¡tras 9 años de retraso! que se equiparan los nuevos quirófanos del Hospital de Bellvitge, (en el segundo municipio más poblado de Cataluña). La obsolescencia en tecnología y el retraso en las inversiones más urgentes también pesa en las quejas de los médicos; hace su trabajo más penoso y es un riesgo para los pacientes.
De la prensa
«Lluís Companys pronunció un discurso en la sesión extraordinaria del Parlament del 5 de enero de 1934, en que advertía que el peor fracaso del régimen autonómico sería el que derivaría de tener unos servicios que no hubieran recibido la dotación necesaria para cumplirlos dignamente. Es bueno recordar las palabras del que fuera presidente de la Generalitat en un momento como el actual, cuando se evidencia el malestar en los hospitales y ambulatorios catalanes, al comprobar que no se revierten los recortes que se iniciaron hace diez años.»
(Extracto de la Tribuna de opinión del director de La Vanguardia, Màrius Carol el pasado 8 de septiembre).