Como si todo se precipitara al borde de una frenética cuenta atrás, avanzan las negociaciones entre el gobierno Olmert y los negociadores de Hamás. Hasta ahora, el movimiento islamista se había negado en redondo a que las negociaciones para llegar a una tregua estable estuvieran vinculadas a la liberación del soldado israelí Gilad Shalit, capturado por Hamás en 2006. En un giro brusco a las negociaciones, ambas delegaciones -mediadas por El Cairo- podrían estar cerca de llegar a un acuerdo que supusiera un tregua de 18 meses, junto con la liberación hoy mismo -antes de la jornada electoral- de alrededor de mil presos palestinos a cambio de la liberación del soldado israelí.
El acuerdo, de año y medio de duración, incluiría la aertura del 80% de los pasos fronterizos de Gaza, suponiendo por tanto el fin del bloqueo de Gaza, una de las exigencias irrenunciables de Hamás. Pero por otra parte supondría la apertura completa del cruce de Rafah entre Gaza y Egipto –único punto por donde los islamistas pueden abastecerse de armamento a través de multitud de túneles bajo la frontera- a condición de que quedara bajo control de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) controlada por Al Fatah, aunque se permitiría también la presencia en el cruce de fuerzas de Hamás.Entre el millar de presos habría reos con delitos de sangre y al menos 25 con cadenas perpetuas o que llevan largo tiempo encarcelados. Políticos de varias facciones palestinas, entre los que destaca el dirigente de Al Fatah Marwan Al Barguti, se contarían también entre quienes recuperen su libertad, aunque no así el secretario general del Frente Popular para la Liberación de Palestina, Ahmed Sadat, cuya liberación exigía Hamás. Cabe preguntarse cómo la el gobierno Olmert –que ha demostrado su capacidad para bombardear la franja hasta reducirla a un montón de escombros y de cometer crímenes de guerra sin contemplaciones- está dispuesto a dejar en libertad a un millar de potenciales combatientes de Hamás y otras facciones hostiles a Israel, entre ellos cuadros de su estructura intermedia y superior… por la vida de un solo soldado israelí. ¿Sentimentalismo?. ¿Estamos ante un Estado que cuida como un padre de sus “soldados Ryan”?.Por atroz que haya sido la infernal masacre desatada contra Gaza, Olmert, Livni y Barak prometen quedar reducidos a amantes de la paz en comparación con quienes se anuncian como ganadores de los comicios de mañana: el tándem Netanyahu-Lieberman, la derecha extrema y la ultraderecha del sionismo, dispuestos a incendiar sin demora cualquier compromiso con Hamás e incluso a volver a ocupar militarmente la franja.Todos los esfuerzos de los mediadores internacionales y especialmente los del emisario de la Casa Blanca, George Mitchell, podrían quedan en papel empapado… de gasolina. No sin razón Tzipi Livni –irónicamente una de las máximas artífices de la carnicería- se ha postulado como la única candidata capaz de avanzar en el proceso de paz y de ponerse en sintonía con la nueva política exterior de Washington. ¿No hará nada la Casa Blanca y las fuerzas más afines de la política israelí para intentar revertir en el último momento los resultados electorales?. La liberación del soldado Shalit –sobre la que hay una gran sensibilidad social en Israel- podría dar un empujón cualitativo a las políticas que defienden la negociación –aunque sea utilizando el chantaje- por encima de la fuerza bruta esta última un vía que en Líbano y Gaza ha demostrado que sólo conduce a la radicalización de los palestinos. Si es así, si la liberación del soldado Shalit busca ese efecto… hay que preguntarse si será suficiente y si llegará a tiempo a unas elecciones donde los partidarios de la Torá y de los Merkawa están contando los minutos.